lunes, 28 de febrero de 2022

LA SONORIDAD DEL REDOBLANTE EN LA PROCESION DEL SANTO SEPULCRO.

 


José Arístides González Romero 26 años tocando el redoblante en la Procesión del Santo Sepulcro. Foto álbum familiar.


Por Oscar Carrasquel



Como se sabe el Viernes Santo en Villa de Cura posee un largo tiempo de tradición  por la procesión de la imagen milagrosa del Santo Sepulcro. Desde la hora que los cargadores alzan la imagen para trasladarlo desde su morada hasta la Iglesia San Luis Rey, y en su recorrido de regreso, los fieles creyentes que seguimos la procesión, conseguimos oír en todo su recorrido el retumbo seco de la tarola, el sonido característico del redoblante vibrando detrás de la caja mortuoria..
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¡parapanpan! parapanpan!... 
Los cargadores danzan debajo del mesón hombro con hombro al compás del repique de esta sonora tambora, mientras los fieles se rinden en adoración y fe. La originalidad de este instrumento se remonta al siglo XVI , y tuvo su mayor acogida en las orquestas clásicas y en bandas de guerra.

A las pocas horas de recorrido la tambora entra en espera, mientras la orquesta interpreta el clásico Popule Meus del músico y compositor José Ángel Lamas. Rendida la música marcial, se alista  otra vez el redoblante con su palpitar como de corazón jadeante, en honor a la venerada imagen de Jesús Yacente
                                                               ¡parapanpan! parapanpan!

Quien hace sonar el redoblante como costumbre o tradición de una forma reverente es un hombre sencillo del pueblo, habilidoso, que busca pagar una promesa, generalmente de sanación para él o su familia, o,  para que Dios le cure sus pecados y arrepentimientos y perdone las ofensas que se le infringen .

Esa jornada del toque del redoblante en Villa de Cura tiene varios protagonistas. Algunos nombres los conservo, otros se perdieron en la memoria. No se puede asegurar que uno fue mejor que otro; todos estos hombres lo hicieron bello de todo corazón para ganar la luz del cielo. La  mayoría fueron almas conocidas que ya fallecieron hace algún tiempo, pero dejaron huellas en su largo transitar por la vida de nuestro pueblo y su recuerdo difícilmente se puede borrar.
 
Debo dedicar unas sentidas palabras a la memoria  de mi amigo Luís Cordero Adames, quien desde muy pequeño hasta su desaparición física demostró su vocación musical, con el redoblante en la diana de su pecho, escoltando todos los años la imagen del Santo en la procesión. Su muerte fue sentida, su partida temprana entristeció a la comunidad católica.

La historia del Santo Sepulcro nos recuerda al "Mocho Manuel”.. Su nombre era Manuel Muñoz.  Desde que se hizo hombre fue músico autodidacta, oriundo de El Cortijo y residenciado en la Parroquia Las Mercedes, de carácter muy jovial, fue una cátedra tocando el cuatro y el redoblante; además se hizo popular ejecutando la armónica.  Recuerdo que usaba un peine de carey dentro de una bolsa de papel pasándolo por la boca como simple acompañamiento; era mocho de una pierna y andaba con la ayuda de muletas lo que nunca lo apartó de sus quehaceres artísticos. Muchas Semana Santa, tocó el redoblante en la procesión hasta que el tiempo le fue agotando su vigor.

Una persona d dimensión conocida fue don Carlos Limoges, fue también uno de los artífices con los palos y los cueros, un hombre sencillo, catire, ojos verdosos, vecino del sector  “Las Tablitas”, muy religioso y fino tocando el redoblante, amó su instrumento musical y su bella música. Se mantuvo activo más de un cuarto de siglo en su adoración  tocando en la procesión del héroe de la cruz.

Un personaje emblemático de mucha fe que despertaba entusiasmo fue José Arístides González Romero, quien durante 26 años nos ponía el corazón acelerado con el roce de los palillos sobre el redoblante. Su semilla dejó muchas huellas pues hoy están presentes en estas misma devoción sus  sobrinos Pedro José González Agüero y Pedro Luís Díaz González; la promesa de tocar en la procesión, según tenemos entendido, sería hasta que los venza el límite de los años.

Desde que era una niña, la joven Lorianny Linares con el corazón siempre abierto, con su sabiduría se incorporó a la procesión y acompaña a la imagen en su travesía. Ella es una joven invidente, aprendió a tocar a la perfección el redoblante.Pagar una promesa es un deleite del alma y de la mente. Como ella no ve sino con los ojos de Dios, aprovecha  el  sonido de la matraca que le sirva de brújula y de guía. Hace tiempo la niña Lorianny tiene participación en la procesión, año tras año, y pese a su incapacidad visual  la podemos ver acompañando  en su  recorrido de la procesión. Lorianny Linares hace historia, ya que es la primera dama que pasa por esta experiencia de tocar el redoblante.. Además tiene buena voz para cantar y talento en composición de canciones.


Pedro José González Agüero, Pedro Luís Díaz González y la joven Lorianny Linares. Foto archivo familiar

Ya pasado el tiempo de la pandemia del Covid-19,  alejado todo peligro de la población. Se vuelve a sacar la milagrosa imagen, igual como hicieron los caraqueños con el Nazareno de San Pablo, en aquel tiempo cuando se desató la peste del “vomito negro” en la ciudad de Caracas. Dios mediante hará su recorrido otra vez, en acción de gracias, cuando estemos viviendo el Viernes Santo en la ciudad. Alabemos pues como siempre su paso con flores, con música sacra, palmas, con cimbalillos y redoblante.  ¡Hosanna!  ¡Hosanna!

 Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Semana Santa 2023

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