Foto colección de Milagros Almenar
Discurro el velo
del ancho ventanal,
de un mundo cerrado
un sábado por la noche
En la esquina desierta
pestañea
la mortecina luz
del poste de la cuadra
El asombro muerde
la inevitable congoja
de la penumbra
Como
aprendiendo
de una pequeña guerra
Especie
de tribulación
al aire
libre,
un cuento
con terquedad
de
verdades
La
tiniebla no reconoce
siluetas
en la calle,
ni varones ni de hembras
Un
mendigo de mirada triste,
de barba
espesa,
arrastra
su miseria
con un periódico en la mano
Un perro negro sin dueño
deambula
por la acera
desgajando
la bolsa negra
(Ya las manos inocentes de un niño
la desbastaron con asombro)
La ciudad
es un
valle pequeño
envuelto
en una red
Las agujas de un reloj de pared
marcan las nueve de la noche.
Un
silencio
como de
media noche
disgregase
en medio de
la calle
Arriba, un cielo oscuro
presagiando lluvia,
huérfano de luna y de estrellas.
La Villa de San Luis, septiembre de 2017
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