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Por Oscar Carrasquel
Nunca asumo el compromiso de conferesista ni tampoco me precio de analista literario, lo único que he logrado ser es un acucioso
lector ( me apasiona leer a Pindaro, a Darío y convecinos)... A lo largo de toda su historia Villa de Cura ha contado con el desvelo de una pléyade de extraordinarios poetas y escritores, mujeres y varones.. Conocemos al personaje de este trabajo, camino adentro, a través del trato personal y el
repaso de sus libros y su poesía. Un hombre que ha cosechado experiencia, conquistado muchos amigos y querencias. Hace tiempo tuvimos la dicha de tener en nuestras
manos uno de sus trabajos literarios, condensado en una jovial
novela que se titula EL BANCO DE LA INFAMIA. Son conclusiones que dibujan
historias, anécdotas, y de cosas reales vividas por el autor. El prólogo
de esta obra le fue encomendado a la profesora María Teresa Fuenmayor Tovar.
Por la pluma de la prologuista nos enteramos que tres autores nacidos
en Villa de Cura figuraron entre once menciones honorificas por el veredicto del
“Tercer Concurso Internacional de Microliteratura”, fueros ellos, Marcos Julio Leal
Ceballos con “El Banco de la Infamia”; Luis Núñez Rojas “Si las plantas fueran humanas” y una poeta de nuestro pueblo Liris Margarita Miyares Manuitt con la obra “Libertad”.
Más allá del gesto que agradecemos, con solo ojear sus páginas, Marcos Leal nos dice mucho de lo que hay dentro de sus orígenes de hombre de pueblo. Su contenido nos recuerda cuando reuníamos a nuestros socios de la Peña para contarles lo experimentado en las tantas horas navegando a brazo partido en esa fuerte corriente que es la vida. Incluso, de las vivencias y los episodios de la infancia y la adolescencia. Y, es entonces cuando colocamos el libro del poeta Marcos Leal Ceballos delante de nuestros ojos, como un cáliz abierto sobre la mesa del comedor, mientras tomamos el café y el desayuno; también en la alta noche enfocada con la mortecina luz de una lámpara de emergencia, y lo leemos lo miramos con ojos de pájaro montaraz.
Marcos Leal dedicó a su progenitora este libro un "día de la madre". Y como un grito que de repente se desgarra de adentro del alma, nos pone a recorrer caminos que hemos transitado desde que eramos niño. Todo sigue vigente y en continuo movimiento, los personajes hombres y mujeres, reales e imaginarios, las imágenes de la vieja urbe que se nos escapó de las manos sin que nos diéramos cuenta.
“El Pueblo Alegre”, capitulo cuyo referente son sus paisajes, caserones de salientes cornisas, y en su
periferia las viejas casas de techos de
zinc, paredes de caña amarga y barro; de caminos aniquilados sin esperanza de estaciones de trenes, y de los personajes que tantas veces anduvieron y
retornaron por sus calles. O, también el otro capítulo “El
mundo es un pañuelo”, que va como produciendo desdenes y adioses, en un
mundo atrapado por el código de la ira y la violencia, de batallas ganadas y
perdidas. Hay alegría, sollozos, amores y desamores, hay de todo eso en la obra de Marcos Leal.
El narrador Marcos Julio Leal Ceballos sin hacer mucha bulla le ha regalado, más que una ofrenda literaria a la tierra que le oyó el primer grito, le ha brindado el estilo de sus letras para que la gente sencilla en la calle lo lea y escuche. Un puñado de criollas páginas es esta novela EL BANCO DE LA INFAMIA. De un escritor, poeta, profesor de educación; pero sobre todo de un hombre de pueblo del más puro gentilicio villacurano. Hijo de la señora Ceballos que le metía el pecho a la cocina de un restaurante en La Villa.. Marcos es también orador en actos públicos. El titulo de MAESTRO DE PUEBLO le deviene pasado por la mente de un amigo suyo de alta estima llamado Carlos Palma, un poeta y abogado interesado por el quehacer cultural del pueblo villacurano en todo momento.
Un día, creo que a comienzo de este año 2022, Carlos Palma y Marcos Leal hablaron para concretar una idea, fueron creadores y moderadores de un espacio literario por la radio titulado “Entre Cielo y Tierra”. Ahí había poesía, luz para la oscuridad, temas históricos y ambientales para compartir. Tuvo el programa el mérito que se acercó al pueblo al calor de su gente. Extrañamente cayó en silencio lo vimos extinguirse prontamente.
Hemos vertido esta sucinta nota que le dispensamos al profesor Marcos Leal y su obra, antes que la noche venga y nos arrope con sus silencios y ocasos. De los viejos cargadores del Santo Sepulcro de Villa de Cura y conocedor, año a año, de la historia del santo y de su morada.
Diagramador don Ramón Alfredo Corniel.
Foto 01 archivo María Teresa Fuenmayor. Foto 2 tomada del FB de Carlos Palma.
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