miércoles, 20 de agosto de 2025

LA CHICHA DE ANTAÑO DE DON GREGORIO GARCÍA

 




Gregorio García.  Foto 1 y 2  de Félix García “El Chino” (su hijo) restauradas por Félix Humberto Herrera

Por Oscar Carrasquel

¿Quién de los que eran niños, adolescentes, y mayores de edad a mediados  del siglo xx no conoció en Villa de Cura a don Gregorio García y su famosa chicha?. Fue uno de esos personajes que dejaron huellas en la memoria colectiva. La famosa chicha preferida de liceistas, maestras y monitores deportivos. Era inevitable pasar por frente a la Iglesia y no tomarse un vaso de esa fresca chicha..
 
Llegó procedente de tierra larense a deleitar a varias generaciones de villacuranos, dueño de la formula perfecta para preparar una chicha criolla con una característica y sabor muy especial. Con dicha chicha  soñábamos  los muchachos de la época. Una ración en un vaso Dixie por medio (0.25). Refrescaba, energizaba y daba valor todo un día al espíritu.  Había gente que le compraba al mayor llevando. el envase. Me contaron que la señora Carmen Rodríguez, una compañía sincera de su vida, una excelente cocinera le colaboraba en la preparación de la mezcla.

Gregorio García, el más notable de los chicheros en Villa de Cura salía a tomar aire bien temprano   pedaleando un triciclo con una parrilla en la parte delantera. En el lado derecho del cajón una campana como un despertador que la hacía sonar dándole unos golpecitos con la palma de la mano... Arriba llevaba  dos latas de aquellas donde venía la popular manteca "Los Tres Cochinitos" y una cántara de aluminio con el producto.
 
Se estacionaba a la salida del colegio Arístides Rojas, después cogía la ruta de la plaza Miranda, mejor si hubiera fiestas en el pueblo; sin embargo, su parada exclusiva era frente a la Iglesia Matriz. 
Al cajón de madera le mandó a pintar con "6 JAS" un letrero donde se leía: “CHICHA HELADA SIEMPRE IGUAL”;. La espesa bebida de fabricación casera la batía  y servía con un pesado cucharón de aluminio, con hielo bien picado,pura chicha sin canela ni añadurías..
 
La del cruce a la izquierda es la  avenida  Bolivar, allí ocupaba puesto debajo del ramaje de un  Merecure la competencia. Allí se veía de cerca con  el triciclo del también "chichero" don Tomás García. Eso provocaba encontronazos verbales cotidianos. Gregorio era muy delicado se enojaba con facilidad.

Es bueno recordar que don Gregorio  García era oriundo de la bella población de Duaca, capital del municipio Crespo Estado Lara. Se trasladó en los años cuarenta a la población  de Villa de Cura y jamás regresó a su lugar de origen. En esa época circulaban pocos automóviles, no había  buhoneros en la calle Real,  era una hazaña encontrar una motocicleta rondando por una calle.
 
La Villa contaba con su emblemática y hermosa Sabana donde se practicaba béisbol. Allá llegaba la chicha de don Gregorio. En este terruño aragüeño formó y levantó a dos familias, toda su vida fue trabajar honradamente como un  buey.

Gregorio García, fue un hombre lleno de coraje,  disfrutaba con sus amigos, una cátedra de fino humor, conversador, refranero, mamador de gallo, aficionado a la pesca deportiva los domingos. En aquel tiempo era fácil toparse con él en la vieja gallera de don Pío Zapata , pero era la esencia  de una persona de carácter fuerte. Lo más importante es que fue un hombre carismático,  se granjeó el cariño y afecto de muchas familias prominentes.

Hay cosas que no se olvidan fácilmente, aunque sean banales, seríamos felices si hoy pudiésemos volver a saborear una deliciosa chicha de antes.  Se daba por pasar a la hora cuando las almas estaban almorzando, o disfrutando de un programa musical " el Show de las 12",  por el canal Radio Caracas TV con Víctor Saume.. Las amas de casa dejaban los que estaban haciendo y salían a esperar al "chichero" con tarros en la mano. El "chichero" rompía el silencio de mediodía con el siguiente pregón: 

                         ¡Chicha Helada…Chicherooo!  Chicha helada.

El pobre andaba calzado de zapatos negros bien pulidos tipo mocasín, con una bata blanca corta con tachón atrás y grandes bolsillos. Jamás utilizaba gorro cristina para taparse el cabello, usaba siempre  un  sombrero de fieltro marca Borsalino , lo que él nos decía muy ufano  que fue comprado en "La Casa de Cuadros".

En torno al personaje surgieron en aquellos días muchas  peripecias y anécdotas. Una de las cosas que  mas le disgustaba a este señor es que lo llamaran “chichero". Había que decirle simplemente Gregorio. Y es que don  Gregorio  gozaba defendiendo la dignidad de  trabajo...Prevenido, cuidadoso del  producto que expendía, nunca salía sin una pulida vera encabuyada en el cajón, por si alguien llegaba  con chanza  espantando a las damas. A su pana "Meneco" en lo que se asomaba lo hacía correr.

Gregorio García enfermó, se nos fue yendo lentamente. Solo la muerte pudo interrumpir su alegre  paseo por la vida.  El 13 de enero de 2001, a la la edad de 86 años, dejó de latir el corazón de aquel larense de ojos pardos y achinados en una casa rural situada en el callejón 3 del barrio El Rincón, al norte de la ciudad; entre un montón de refranes escritos en las paredes; tenía inclinación por coleccionar mariposas disecadas, y en el patio  una cantidad de pájaros de todas clases en cautiverio que silenciaron su trinar.
 
Cuando yo intenté saber los lugares donde vivió, me encuentro que fue vecino de nuestro alero en la "Cuadra Larga" (calle Urdaneta norte).  Su osamenta descansa en el viejo cementerio municipal de la calle Comercio de  Villa de Cura. Que en paz descanse.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís Tricentenaria


                                   






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