Don Marco Rodríguez. Foto álbum familiar
Por Oscar Carrasquel
La designación para cualificar al personaje pareciera extraída de un filme del mexicano Mario Moreno....No!. EL CARTERO DEL PUEBLO es la denominación que bastante escúchanos
ayer para identificar a este hombre del pueblo, para enralecer la calidad humana de
este villacurano que desempeñó el oficio de
Cartero por más de tres décadas en esta urbe aragüeña. La crónica de hoy viene
a rendirle merecido tributo de recuerdo a don Marco Rodríguez; hombre que fue humilde, alegre, soñador, que nunca
perdió la brújula en el camino recto. No lo podíamos dejar por fuera cuando se
nombra a esta vieja Villa de San Luís tricentenaria y a su gente.
Se trata al mismo tiempo de brindarle
un homenaje a nuestro amigo Marco Rodríguez, el último Cartero que tuvo Villa
de Cura, cuna de gente guerrera, trabajadora y estudiosa. En cuanto al oficio
de Cartero, es muy conocido desde la antigüedad y tan arraigado popularmente
que encontró motivo en títulos de canciones y en películas de Hollywood. Basta
con recordar a don Pedro Flores, compositor de la melodía LINDA, un ritmo
de bolero que popularizó Daniel Santos, “Menos
el domingo todas las tardes salgo a ver al cartero a ver si trajo algo para
mí..." Igualmente recordamos que Antonio Skarnata escribió el guión de la película "El
Cartero de Neruda" de tanta figuración.
Pues bien, lo que venimos es a honrar la memoria
de Marcos Rodríguez, el último Cartero con autenticidad que conoció esta Villa de Cura, capital del municipio
Zamora de los valles aragüeños, la ciudad de los tres siglos de existencia. Marco Alberto Rodríguez Méndez, como era su nombre real, nació el 03 de octubre de 1942 en los predios de El Samán en aquella Villa de rancherías y techos rojos, era hijo de un carretero de profesión llamado don Pablo Rodríguez, y la madre doña María Dolores Méndez de Rodríguez, experta en preparar el sabor de la comida y dulces criollos. Hay que decir que fue un ser que a pesar de su pobreza de sentía feliz ejerció su labor con amor y entusiasmo. En momentos de esparcimiento le gustaba distraerse oyendo música llanera.
Siendo muy joven recién salido
de la educación básica la cual cursó en la Escuela Arístides Rojas se inicia en IPOSTEL, donde ingresa sin haber cumplido la mayoría de edad en 1942 para ayudar al sustento del hogar. El
encargado de la Oficina de Correos en Villa de Cura era don Salustiano
Yusti Prieto, natural de Sabaneta estado Barinas. En la Oficina de Correos
laboró Marco Rodríguez por espacio de 32 años ininterrumpidos hasta 1992. La
citada oficina quedaba en la calle Carabaño .a 50 metros de los talleres de
Editorial Miranda. Entonces el Cartero realizaba su trabajo a pie,
posteriormente le fue asignada una bicicleta. Recuerdo que su lema fue "Entrega inmediata". La Oficina de Correos además se
ocupaba de encomiendas y de giros en dinero cuando en La Villa no había entidades bancarias.
Todo eso cambió. Ahora se maneja el correo a través de computadoras.
Lo acompañaron a guerrear en
el reparto de cartas los villacuranos Pompeyo Rodríguez Alayón y el tenor José
Ángel Fagúndez. Diariamente se advertían en la travesía de sus calles bajo el
sol canicular. Casi todos los días laborales en los años 50 cuando el cielo
villacurano se hacía más claro lo veíamos pasar por la calle jineteando una
bicicleta de paseo como un potro sin brida, con una vieja petaca llena de
cartas para repartir en el comercio mayorista y en casas particulares. En
especial, llevando cartas a la invasión de inmigrantes europeos de la década
del 50 que esperaban noticias de sus familiares y que hicieron de La Villa su
segunda tierra, pues habían sido víctimas de la Segunda Guerra Mundial. Al
primero que le llevaba correspondencia era a su amigo el sastre italiano
Giovanni Donnaruma en la calle Bolívar. La migración es una caravana
sin regreso, el mal que preocupa a un sinnúmero de venezolanos.
Con su cariño y docilidad logró conquistar el amor de una mujer villacurana. En el año 1975 contrae nupcias con la joven Gladys Victoria Rojas Cordero. De la unión son sus dos hijas Carla Roseline, Lcda en Educación y Gladymar del Valle de profesión Bioanalista. Abuelo por demás consentidor de Karla Victoria y Valentina Roseline.
En tiempos recientes cuando
fue separado del Correo por jubilación, y empezó la tendencia de carros
particulares en el trasporte de pasajeros, se compró su propio auto para
hacer carreras cortas, al hospital, a la iglesia, a los CDI, y con el producto
de este trabajo comenzó a producir para ayudar a cubrir los gastos de la casa.Organizó y dirigió la linea de taxis "El Dande".
Un ser humilde, buen amigo, excelente
padre de familia, gozó del buen aprecio en toda la colectividad villacurana... Tuvo una clientela fija en la comunidad para su
quehacer especialmente gente de su confianza. Así transcurrió la vida de este villacurano integral, cabal, siempre trabajando
en un pueblo aparentemente tranquilo y de paz.
Pero comenzaron a aparecer las enfermedades que
transformaron su vida, primero surge un ACV y sus posteriores consecuencias.
Agarró cama y la muerte sin compasión pasó como una ladrona a cerrar sus
párpados, falleció rodeado de del afecto de su gente en la misma ciudad que lo vio nacer el 03 de diciembre de
2019.
En la llamada "época de oro"; entre Marco Rodríguez, Juan
Bautista Alayón, José Manuel González, su hermano Raúl González Gutiérrez y quién esto escribe, existió una gran amistad que nos unió toda la vida. Lo encontrábamos siempre
bien contento. Pero otros fueron los designios de aquel que está en el cielo. Que
en paz descanse tu alma amigo.
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, abril 2022
Reportero de calle y corrección de fotografía a cargo de Ramón Alfredo Corniel.
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