En la foto don Juan Díaz, de Barbacoas Estado Aragua,, las veces que debió trabajar como "pajarero", lo dice la señora Sara Carucí en una dedicatoria al dorso de la fotografía. La imágen fue tomada de LA VENEZUELA DE AYER EN FOTOS. Don Juan Díaz vivió sus últimos años con su familia en Villa de Cura, sus cenizas reposan en el viejo cementerio municipal de esta ciudad.
Villa de Cura
Estado Aragua
FIESTAS PATRONALES, PROGRAMA, ILUSIONISTAS QUE NOS VISITABAN
En 1950 Villa de Cura era todavía un pueblo pequeño, ingenuo, pero encabezaba la lista de las mejores fiestas patronales de todo el Estado Aragua, en ambiente alegre, divertido. Tenemos que tener conocimiento de nuestro pasado muy visitado. En pocos días a nuestra Villa de Cura le llega la fecha de sus Fiestas Patronales en honor a nuestro patrono San Luis Rey de Francia. Queremos resaltar el otrora pueblo con sus calles y troncales transitable, era muy visitado por gente de otros lugares lo que nos empuja a recordar a nuestra querida Alameda de Crespo. A las posadas de Juanita Changarai y los hoteles y restaurantes. Nadie se perdía de un mondongo y arepas con relleno en La Única. Nos visitaron comerciantes, ganaderos, y hombres de letras y de la eterna bohemia, de expresiones poéticas y artistas.
Solía visitar la población en temporada de fiestas un circo muy famoso llamado "Circo Razzore" que instalaba su grandes carpas con animales salvajes en nuestra "sabana" , cuya atracción principal era el célebre Blakamán, un Faquir que delante de todos se acostaba en un tablón lleno de garfios sin un rasguño; además ponía a obedecer a tigres, leones y cocodrilos; hipnotizaba gallos y pavos que quedaban como noqueados, y podía adormecer a la multitud de las gradas y de palco por unos minutos.
El otro espectáculo que venía, era el show de "El motociclista de la muerte", dando vueltas a toda velocidad en una esfera de cinco metros de circunferencia,. Pero la verdad es que llegaba de todo a esta especie de feria popular, tales como carruseles, bazares, carritos chocones, ilusionistas, payasos enanos, ruleteros, juegos de batea blanco y negro, galleros, curanderos y adivinadores.Los villacuranos ponemos nuestra parte con el famoso "come vidrio" compartiendo espectáculos callejeros.
Juegos de beisbol en la Sabana con encuentros con los mejores equipos de la máxima categoría de Caracas. Los rumbosos bailes en La Alameda con sus atractivos prostíbulos y sus recetas culinarias típicas. Y qué decir de las incomparables tardes de toros coleados con la presencia de los mejores coleadores de Distrito Federal, Carabobo, Guárico y Aragua . Sus tres salas de cine full. Sus grandes almacenes mayoristas, Cómo olvidar los paseos musicales de madrugada y las retretas bullangueras en la plaza Miranda. Desfile de la Reina en su trono rodeada de jinetes y lindas amazonas.
La gente de fuera visitando talabarterías, comprando trajes confeccionados en sastrerías. La emblemática casona de don Dionisio Infante y doña Carlina de Infante repleta de coleadores y caballos en un establo. La Panadería El Comercio era parada obligatoria de transeúntes. Al igual que la sombrerería del Negro Testamar, y la La Casa de los Cuadros ofrecía perfumería y ventas de sombreros pelo e guama . Y el Bar Savery la primera tasca al estilo italiano. Los legendarios botiquines La Garita y El Chorrito, albergue de coleadores y toreros de talanquera. Frente a la plaza Miranda estaba la refresquería de la familia Rossilli y Macuto que ofrecía barquillas y tinitas.
Siguiendo hacia San Juan estaba el bar cabaret "La Cita". En el bar El samán se podía comer la famosa parrilla de Jesús Gómez al precio de tres reales. Acababan de llegar a La Villa las familias de todos los países europeos huyendo de dictaduras. Aquí le dimos hospitalidad. Las campanas de la torre de la Iglesia Matriz repicaban todo el día, y el 25 de agosto en horas de la noche salía en Procesión el Santo Patrón. Los bailes de gala en el Club Social de la calle Miranda para los miembros era una novedad.
Ramoncito Trujillo, era dueño de un espectáculo bastante ingenuo, Desde el propio Altozano de la Iglesia Matriz, en horas de la noche, lanzaba unos globos de papel al espacio como de un metro de circunferencia, con la particularidad que la gran bola llevaba un mechón encendido en el centro. El globo levantaba flotaba. El gentío en la plaza, en especial los infantes, elevaban la mirada hasta que el globo desaparecía en el horizonte..A Ramoncito le dieron el sobrenombre de “el chivito”, porque siempre lo acompañaba a todas partes una cabrita. Se recuerda que Víctor "sordo" Criollo tocaba un pianito de manilla en los bares de La Alameda.
Deseo destacar a un personaje que llamaba la atención, el cual te llevaba a pasear por un mundo de curiosidad. Dicho señor vestía siempre de buena forma, llevaba sombrero negro ala corta, combinado con pantalón y blusa de lino blanco. Aunque venía todos los años la verdad es que nadie lo llamaba por su nombre de pila, sino como "El Pajarero". El mundo ingenuo disfrutaba todo aquello como un pasatiempo.
El hombre con una jaula abrazada llegaba en autobús por la ARC, andaba por todos los alrededores de la plaza Miranda. Se presentaba con un periquito rehén de una pequeña jaula. "El pajarero" lo llamaba “periquito mágico”. El lorito no pronunciaba palabras, pero era adivinador.
La pequeña jaula en su interior estaba provista de un gavetero o portacartas corredizo donde cargaba una fila de sobres cerrados, cada uno con un mensaje distinto. No era gratuita la consulta, sino que usted pagaba medio real (0,25) y luego el perico cumplía su trabajo.
Después de pagar, en cuestión de segundos, el perico sacaba alzado en su garfio un envoltorio cerrado con un suave y perfumado papelillo dentro, se lo coloca en la palma de la mano; y al abrirlo se descubría la repuesta, el cual indicaba un placentero augurio, un piropo, versos, viajes futuros, predicciones sobre el amor, la salud, sobre el presente y futuro.
El pajarero tras exponer su trabajo seguía su camino entre el gentío de la plaza y el Altozano de la Iglesia, andando por entre la gente con su jaulita debajo del brazo...Y se escuchaba el divertido gorjeos del lorito y la singular perorata del hombre caminando por la callejuelas de la plaza: ¡El periquito mágico!.., ¡Prueba hoy tu suerte!... ¡El periquito mágico!
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, agosto 2018/2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario