Los Turupiales en sus comienzos. Foto colección Ramón Alfredo Corniel
por Oscar Carrasquel
Traigo a la crónica a
mi amigo el poeta Alexis Herrera productor independiente su espacio radiofónico de gran sinfonía, de lunes a jueves, “Parrandeando
con Radio Artesana”. Ojalá su música parrandera y su poesía siga extendiéndose en el paisaje de
los valles aragüeños, ahora que llega el espíritu de la Navidad.
El espíritu de la Navidad nunca se pierde pero la verdad es
que la vida de antaño era muy distinta a la moderna. La música de aguinalderos,
a mi entender, era más pura, traduce y representa de manera más genuina el alma popular La
cercanía de la Navidad me hace recordar los preparativos que hacían los
conjuntos de parrandas en La Villa de San Luis a mediados del siglo pasado.
Poco se oía la garbosa gaita zuliana.
Llegaba el principal día. Desde las primeras horas de la
mañana del 24 de diciembre comenzaban a aparecer por la plaza Miranda los
alegres aguinalderos. Primero, para pedir el permiso y dar las gracias ante los
representantes de la Comandancia de Policía como era de ley, difundiendo sus coplas
de aguinaldos, para luego comenzar su
recorrido de calle en calle, de casa en casa, cantando su serenata navideña en
los nacimientos del Mesías y en cada portón. Mientras retumbaban los cohetes y sonaban las campanas de la Iglesia Matriz. También se
oyeron a través de la radiodifusión por “Radiodifusora La Villa” y Radio
Girardot de Maracay.
Hubiera deseado nombrar a todas las familias de todas las
condiciones sociales que acostumbraban todos los años a preparar su nacimiento
en La Villa. Entre los nacimientos que
le cantaban estaba el de la familia Matos, personas de exquisita educación residenciadas
en la calle Miranda. Yo era visitante de esa casa, hacía mandados. Las
Catequistas preparaban el nacimiento de la Santa Iglesia San Luís.
Los cantantes, son los propios músicos que embellecen el
ambiente con sus tonadas y versaciones. Uno de los fieles exponentes que yo
conocí en Villa de Cura es el folclorista Héctor Lombano, el popular Casunga,
creador del conjunto de parranda “La Flor de la Represa”. Eran tiempos que decir
“aguinalderos” era pronunciar los nombres de los villacuranos Guillermo Alahé
“Moronta” y don Emilio Pérez que después fundaron un conjunto más moderno. Del
estado Carabobo venía a tocar en la plaza Miranda y en algunos sectores de la
población “La Verde Clarita”, símbolo de la comunidad del Central Tacarigua. No
hay un número determinado de participantes. Los vetustos instrumentos típicamente
utilizados son el cuatro, el furruco, tambora, charrasca, las maracas y el
chineco metálico hecho con tapas de refresco. Llevaban los aguinalderos de la época
como emblema el estandarte que los identificaba, un farol y una estrella de papel transparente iluminado
con velas; además cada integrante con sombrero de cogollo bien arregladitos y
una pañoleta alrededor de la pechera. Es posible que en nuestros campos se
conserve aun la moda..
Recuerdo que en esos tiempos la recompensa o aguinaldo que
recibían los aguinalderos eran monedas de 0,25, de 0,50 y lochas que le echaban
en las casas por la abertura que tiene la guitarra y el cuatro. Lo cual invertían en la botellita
de caña para afinar la garganta.
Cualquiera persona que tuviera vena musical podía crear su
propio agrupación, le buscaba un nombre y hacia su aporte a la cultura popular. Los hombres imitaban el
canto de los pájaros, porque de allá de los campos, provenía la mayoría de sus
integrantes. 70 años después tenemos en La Villa conjuntos afamados en el
centro y resto del país como “Las Carruzas de la
Gaita”, “Los Turupiales de Aragua” , “Los Jomarcas” , “Alcides y su Parranda”,
entre otros más, muy difícil nombrarlos a todos..
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, 12-2022
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