Cruz María Parra. Foto colección Ramón Alfredo Corniel
Cruz Parra fue un símbolo real que desde muy joven demostró la verdad de lo que significa trabajar con ahínco y responsabilidad, perteneció a esa raza de hombres que la palabra para ellos es un documento que no requiere firma. De esos que le ponen amor al sentimiento humano quedan pocos. Un maestro de la talabartería de los últimos que van quedando en nuestro pueblo, que se dedicó a esta labor señalando caminos, abriendo bien temprano la puerta de su negocio donde realizaba su minucioso trabajo, con la angustia que significa en estos tiempos asegurar el pan de cada día.
Últimamente a pesar de los años, allí en aquella pieza donde echó raíces hacía de todo, desde una silla de montar a caballo, también confeccionaba correas, llaveros, carteras y hasta cosía un guante de jugar béisbol o reparaba unas botas y un bolso escolar. Un hombre honrado, serio con mucha paciencia, era raro sacarle una sonrisa, sin embargo era muy fácil entablar una amistad con él. Cuando venía gente de fuera buscando resolver algo enseguida preguntaba por Cruz Parra el talabartero.
La mayoría de nosotros debemos lamentar la partida física del seguro amigo y compañero. Buen padre de familia, hermano, tío, abuelo y amigo incondicional, y con la inquietud íntima de enseñar, dando el buen consejo y ofreciendo sus conocimientos a los más jóvenes. Un auténtico Maestro con mayúscula, de los que casi no se ven..
Dejó de existir pues don Cruz Parra dejando un legado de su trayectoria existencial con su oficio. Un singular hombre de la villacuranidad auténtica, una institución creativa de la industria de la talabartería en Aragua y toda Venezuela y un villacurano valioso, cabal.
CRUZ PARRA un nombre inolvidable, inconfundible. Que Dios le dé a su alma el descanso eterno y consuelo a sus familiares y amigos..
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, 09 de abril 2023
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