sábado, 15 de abril de 2023

"MENECO" UN PERSONAJE ICÓNICO DE LA VILLA DE SAN LUIS

         Natividad Bermúdez "Meneco" durante la entrevista. Foto tomada por O C


INTRÓITO

"Meneco" se había convertido en uno de los personajes más populares de la ciudad. Ya no está en el plano terrenal, su muerte fue un sinsabor que se apoderó de los villacuranos..Poco a poco se le fue yendo la vida a nuestro querido amigo Natividad Bermudez.. El 18 de abril 2020  un día como hoy se le acabó el tiempo, no pudo resistir más. Hacía meses que había dejado de alegrarnos con su presencia, Jamás seremos capaces de ganarle la batalla al destino y a todos nos tocará ese momento.. A "Meneco" le llegó el minuto final en este pueblo donde hace tiempo llegó .  Ojalá Dios  tenga un lugar reservado para  él en el cielo....Como un sentido homenaje a su memoria, volviendo la vista al pretérito, comparto con sus amigos y con sus hijos esta conversa que sostuvimos en La Villa un día cualquiera, fue la última vez que nos vimos. En esa ocasión nos contó  algo de su vida. Descansa en paz Meneco.  

A SUS HIJOS, DEDICO

"Meneco" Un personaje icónico de la Villa de San Luís 

  Por Oscar Carrasquel



¡Natividad¡ Así con este nombre lo llevó a bautizar su madre porque nació en víspera de  Navidad en el mes más alegre y esperado del año, como hasta  hace poco solíamos llamar a diciembre, el mes más alegre, la última hoja que desprendemos del calendario. El diciembre de antes, de mesa servida en todo hogar por pobre que fuese, de vino y ponche crema, pan de jamón, cesta navideña, utilidades, estreno de telas y calzados, hallacas, de intercambio de tarjetas y regalos, de Niño Jesús, de cantadores de aguinaldos de casa en casa.

Su apellido es el mismo de la madre: Bermúdez,  porque ella fue madre soltera.  El párvulo vio la primera luz en la población de Tucupido el 12 de diciembre de 1931, capital del municipio José Félix Rivas, estado Guárico. También son nativos de allá sus dos hermanos don Rómulo Bermudez y doña María Bermudez. La solícita madre, un día al despuntar el alba, después del café, con el viento  a  favor trazó la ruta  del centro  y sus pasos anclaron en Villa de Cura para el resto de su vida. Cuando eso el chaval contaba apenas seis años de edad. Aquí asistió a la escuela Arístides Rojas. Siendo un adolescente la sabiduría popular de La Villa de San Luis decidió borrar su nombre de pila y lo reemplazó por un apodo cariñoso, corto pero sonoro: ¡Meneco¡ Así se quedó y es como lo conoce todo el mundo. Ese me lo pusieron los jodedores (Fue exactamente la frase que me soltó). La inspiración de su sobrenombre parece que proviene de una melodía cubana.

Nuestro personaje fue un hombre sensible con una estampa jocosa, estrechamente ligado a un grupo de apasionantes compañeros  de una raza que ha sido catalogada como la  "de los años dorados"..Meneco reía  a carcajadas en algún grato momento.  La vida le ha enseñado un poco de cada cosa para disfrutarla, Por eso sus andanzas son innumerables.

Cuando nos habla de su infancia esboza su apego por los juegos infantiles tradicionales, paseos al campo y los ríos, travesuras,  el ponedor de sobrenombre, el humor ácido, largas tertulias, cuentos,.mucha chispa criolla, siempre formando un circulo que unía a los muchachos forasteros  con los del patio. Algunos llamaron a este grupo: “cuerdita de jodedores”; pero fueron jóvenes sanos, de grato compartir, incapaces de irrespetar, ni tampoco de provocar daños al semejante. Aquel que entraba a esta órbita no quería salirse nunca. Los círculos en que se reunía, la mayorìa eran estudiantes, deportistas, placeros, galleros, jugadores de billar y apostadores. . 

Después de pasados los años  avanza por el otoño de la vida, ahora su voz es apagada, sus pasos lerdos deslizándose por las aceras, visitando algún mercado, mirando  de frente los espacios de la ciudad. A veces se detiene y vuelve la vista al pasado. Quizás rememorando sueños inconclusos, bares que lo acercaron a mujeres, amores que llegaron y se fueron, y rememorando los nombres de sus antiguos  compañeros. Una parte parte de ellos se fueron de la ciudad, y otros ya emprendieron el viaje a la eternidad. 

Meneco no es ni la sombra de aquel que pedaleando un caballito de dos ruedas veíamos pasar velozmente a reunirse con sus amigos alrededor de un banco de la plaza Miranda. Ahora no es ese joven buenmozo, enamoradizo, acostumbrado a rociarse con perfumes de la "Tienda de Cuadros", que lucía un copete en  su lisa y oscura cabellera.

En un salón de billar laboraba haciendo el trabajo de coime, con jugadores de experiencia y de novatos como yo, o cazando y pagando apuestas de dupletas en un conocido bar ubicado en la calle Bolívar donde además de bebidas, se conseguía una variedad de dulces del arte de misia María Palumbo: Confeccionaba semanalmente una "dupleta" para apostar a las carreras de caballos del 5 y 6, y el lunes cuando le preguntaban por el ganador, siempre te respondía:  "Ganó Cruz Parra", con lo cual te indicaba que tu dupleta estaba perdida por mala suerte.  
 . 
Natividad Bermúdez fue preparador, seleccionador y jugador de gallos de pelea de la cuerda gallística "La Molinera". Contando con el asesoramiento y la protección de don Ángel Molina (Molinita) se hizo buen gallero. "Molina me enseñó lo básico del juego" Aprendió perfectamente el método de preparar gallos para las peleas  y conoció centímetro a centímetro el lenguaje de los galleros y las apuestas.

Gregorio García, el célebre vendedor de chicha de La Villa irónicamente le llamaba “doctor”, porque "Meneco", adrede lo llamaba “chichero”,  sabiendo que al larense le disgustaba al extremo que le identificaran por el oficio, lo cual celebraba con una sonrisa.

No se puede soslayar que Meneco fue un tipo exitoso en el mundo femenino. Narrador  de cuentos y anécdotas y amigo de jugar tretas. Genial para derrochar jocosidades. En un tiempo fue la picardía hecha hombre. Sabía imitar otras voces para  que no creyeran que era la suya. Le echaba bromas  a la persona que conocía, pero un extraño tampoco escapaba de sus ocurrencias. 

Hubo un día que  se le ocurrió colocar una enorme corneta de pera en un cruce de esquina de la calle Real, y cuando Leopoldo Figueroa venía muy tranquilo frente al volante de un camión donde transportaba ganado , "Meneco" activó el  sonido largo de la corneta, lo que provocó  que Leopoldo pegara un frenazo que casi lo hizo salir  por el parabrisas, mientras él salía en disparatada carrera buscando la calle Comercio. Se ocultóó detrás del mostrador del bar "El Teide".

Otro día se apareció a la lunchería de Míster Botta, en la calle Real, exigiendo que le preparara un sándwich “económico”; y cuando el comerciante italiano le preguntó si era con jamón o queso, "Meneco" le respondió que lo quería con galleta de soda, y de seguidas salió en veloz carrera.

Aquellas pequeñas salidas humorísticos del personaje causaban hilaridad entre la gente. Se peinaba su ondeada  cabellera con brillantina Palmolive y siempre llevaba sus  patillas y bigote bien arreglados, al  mismo estilo de un galán del cine norteamericano. Los mamadores de gallo le decían que se parecía a  Errol Flynn,  "Meneco". era un tipo con chispa para galantear con respeto a las damas. .Amigo de todo el mundo.

Fue un ser nacido en el llano pero convertido en villacurano por adopción de donde no salíó nunca. Me invitó a visitar su casa de familia, está residenciado en la calle Miranda. Dinámico y con una voluntad  decidida para ganarse con claridad  los centavos. Así, llevando la vida tranquila y transparente  lo recuerdan hombres y mujeres de su generación. 

Hoy lunes de diciembre, metidos en una conversa en una acera de la calle Blanca (Miranda), mirándome fijo a los ojos  me indicó que se sentía enfermo. Me dijo que casi no lo dejaban salir afuera, que se asomaba a la reja para ver los rayos del sol, aguardando el momento propicio para salir a la calle. "El ñero Manuel (El Indio Eulogio) es más viejo que yo"me dijo  haciendo siempre comparaciones y jugando una broma a su amigo Manuel Jiménez.

Lógicamente Meneco  no es el mismo de antes, todo lo dejó en el camino, en la ancianidad se entregó a representar al hombre solitario y melancólico y pausado en su recordar. Al principio de la conversa  no se acordaba mucho  por no contar ya con  con el aroma fresco de la memoria. Pero después me sonrió. posee la misma sencillez y sonrisa cariñosa de antes.

Hay días que nos detenemos en una acera, circulando en fila india para no tropezar  con los tarantines de los buhoneros..Conversamos un largo rato. Es tiempo para darle varias palmadas en el hombro ahora que puede sentirlas, siempre resaltando el amor por la familia y su terruño villacurano. Los años llegan, no se detienen, son como el caudal de agua de una represa que aumentan en cada  invierno. Creo honestamente que "Meneco" pertenece al patrimonio icónico de esta Villa de San Luis de Cura, para la eternidad...

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, diciembre 2019
Foto tomada por O C con celular JEZZ 


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