domingo, 28 de mayo de 2023

ROSA GUERRA DE CARTAYA "MELITA" UNA VIDA CONSAGRADA A LA EDUCACIÓN.

                                        Foto archivo O.C. Reproducción Ana Moreno Carrasquel


                                                            Por Oscar Carrasquel

 

En la mañana iluminada por un claro sol, en lo que despunta el día, instalados en un banco de la plaza Bolívar miramos pasar a la maestra "Melita", llevando como un collar muy especial ese cariñosa sobrenombre .  Para obviar el nombre de pila le fue añadido "Melita" en lo dulce de su hogar allá en el oriente venezolano. Pertenece a  las antiguas camadas de maestras que  durante un  largo peregrinar pasaron por planteles de Villa de Cura y otros lugares; educadoras a tiempo completo. Maestras preparadas para cumplir integralmente  con la formación  social, moral y cívica del alumno. 

"Melita" hoy en día es maestra jubilada, digna defensora de su gremio y de los trabajadores de la enseñanza, de sus derechos. Así como ella hay un listón  que supieron ganarse el respeto y la solidaridad del 90 por ciento de la nación  luchando por sus reivindicaciones y apostando a una calidad superior de la educación.

La pasada generación sabe reconocer, como estos educadores de nobles ejecutorias enseñaron castellano, matemáticas, aritmética, ciencias de la naturaleza, y a conocer la historia de Venezuela y a los héroes de nuestra emancipación.  Enseñar lo que es derecho y deber. Un egresado de 6to grado de antes, tenia preparación  como de un bachiller.

Quién no conoce en esta ciudad a "Melita"? ..A esta amable educadora, la cual en muchas oportunidades irrumpe, cruza con la frente en alto las callejuelas de la plaza Bolívar de La Villa, sostenida, ayudada con un bastón guía para andar. 

Sus datos personales que reposan en el archivo del antiguo Ministerio de Educación señalan que su nombre de bautizo es Rosa Esther Guerra Rivas. Vino al mundo en la ciudad de Caicara de Maturín, capital del municipio Cedeño estado Monagas, en el seno de una familia llena de humildad, el 27 de mayo de 1940, donde transcurre su niñez y adolescencia. Su padre se llamó Pedro Manuel Guerra y su madre  Rosario Rivas de Guerra. Memorizo que en este mayo celebró sus cumpleaños, paralelo con su ciudad adoptiva..

Aprendió las primeras lecciones en la escuela “Monseñor Guevara y Lira” en Cantaura estado Anzoátegui. La educación secundaria la realiza en el Liceo “José Gil Fortul” en Valle La Pascua, estado Guárico. Inició sus estudios de Normal en el “Instituto Privado Simón Bolívar” en Valle de la Pascua. Luego se traslada al centro del país en donde consolida su instrucción y se gradúa de Maestra Normalista en la Escuela de Educación Normal  "Luis Alejandro Alvarado”, en Cagua, municipio Sucre estado Aragua. A la vuelta de los años hizo cursos de perfección en el “Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio” con el fin de especializarse en la implantación de los conocimientos básicos previstos en los programas oficiales, cubriendo todos los aspectos relacionados con la educación primaria, en áreas de lenguaje, matemática moderna, lectura y escritura.

Se capacitó aprendiendo los secretos de la naturaleza siguiendo cursos preparatorios en la “Escuela Granja Mayorica”, ubicada en la ciudad de San Felipe, Estado Yaracuy, también realizó estudios en la “Escuela Granja de San Francisco de Asís”, municipio Zamora, estado Aragua.

Rosa Esther Guerra Rivas casó en primeras nupcias con Ramón Romero, de cuya unión nació Ramón Alejandro Romero Guerra. Luego de enviudar contrajo segundas nupcias con Juan José Cartaya Palma, de cuyo matrimonio nacieron Juan José Cartaya Guerra y Luís Rafael Cartaya Guerra.

Inicia su labor docente designada por el Ministerio de Educación en la Escuela Estadal Graduada “Leopoldo Tosta” de Villa de Cura, en esta institución impartió sus servicios magisteriales durante dos décadas, cuyos alumnos disfrutaron de su sabia docencia. Debemos agregar que posteriormente fue nombrada subdirectora de la Escuela Básica Nacional “Juan Antonio Pérez Bonalde” en la misma ciudad hasta su jubilación en 1986.

Hoy en día comparte con sus colegas retiradas el fervor y amor eterno por su gremio quienes van a darle impulso a la Asociación de Maestros Jubilados y Pensionados AMEJUP Zamora, organización a la que ha estado ligada siempre. En un tiempo fue nombrada Secretaría de Finanzas de la Asociación de Pensionados  y Jubilados del Municipio Zamora, estado Aragua. Siempre lista y a disposición. Todavía a sus 83.años acude con valentía a eventos convocados por la Asociación.

En su pecho habita un puñado de premios que le llegaron en su dilatada ejecutoria. Le ha sido otorgada placa de reconocimiento “15 de enero”, por el Concejo Municipal del Municipio Zamora en 1981. Placa “Al Maestro con Cariño” por la Escuela Básica “Juan Antonio Pérez Bonalde”; también recibió Orden al Mérito de la mencionada institución; la placa “Lourdes Cáceres” le fue otorgada por AMEJUP.  

Su nombre está inserto en las páginas de un libro de oro escrito con amor, en honor a las mujeres y hombres que desempeñaron la profesión en el ámbito de la educación en el estado Aragua, titulado “Educadores Emblemáticos del Estado Aragua”, (Tomo II) escrito por el profesor Luis Antonio Parada Flores.

Por donde quiera que pasa, en "Melita" siempre está presente un gesto de cariño, de ternura y de respeto. Es vista en la cotidianidad de la comarca como maestra, madre, hermana,  tía, abuela, y sobre todo madre para muchos niños que se pasean por  las calles de La Villa que reciben su bendición..Sirvan las menciones anteriores como percepción de cómo ha sido su vida.

No ha cambiado. Cuento finalmente una especie de anécdota. En días pasados en la plaza Bolívar  un par de señoras buscaban  a una maestra retirada, chiquita, risueña  de nombre Rosa Guerra; no la encontraron, no supimos dar razón. Hay necesariamente que preguntar por la Maestra "Melita", como una colega lo indica. Entonces sí es fácil dar con la dirección donde transcurre su vida, resolviendo sus particulares ecuaciones con el irrisorio salario de maestra jubilada que perciben.. Ahí está ella´multiplicando calendarios y caminado sobre el puente que nos conduce infaliblemente al poniente, ya que el paso del tiempo no se detiene. Que Dios le de mucha vida..

La Villa de San Luís de Cura, tricentenaria

Colaboradores en esta edición:

Prof, Milagro Rafaela Almenar de Pérez

Prof Luis Parada Flores

Sr. René González Romero

  

 

 

 

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