BAR LA ALAMEDA DE DON PANCHO ESPI
Oscar Carrasquel
Hoy me vuelvo a recrear
en el espejo de la tarde
en el espejo de la tarde
recordando a don Pancho Espi
en su bar de La Alameda
frente a las ramas de un samán
Con su voz sonora
-temblorosa-
Sirviendo a los parroquianos
palos de whiskys en el mostrador
Y voces de hombres
jugando partidas de billar y dominó
Las copas chocando en manos
del lerense Teódulo Aguilar
del lerense Teódulo Aguilar
aquel de vida bohemia
que cantaba como un gallo
A veces
la casa grande de tejas y aleros
se transformaba en tolerante
para los enamorados
que cantaba como un gallo
A veces
la casa grande de tejas y aleros
se transformaba en tolerante
para los enamorados
Se miraba cruzar por un lado
a la “Negra Inés”
con su faldón de campana
olorosa a pachulÍ
Pasaba el umbral
la figura del Negro Testamar
dándole puntadas a un sombrero
Desde la acera del frente
buscando su mundo divertido
Rufo Archila y Manuel Botello
un par de maestros cortando pelo
Todos con el tiempo
Pasaba el umbral
la figura del Negro Testamar
dándole puntadas a un sombrero
Desde la acera del frente
buscando su mundo divertido
Rufo Archila y Manuel Botello
un par de maestros cortando pelo
Todos con el tiempo
ya caminaron hacia las estrellas
Todavía viven
en la sumisión de mi recuerdo.
en la sumisión de mi recuerdo.
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