Por Oscar Carrasquel
La crónica va dedicada a los que han contemplado con tristeza y en silencio el destino de este espacio del casco histórico de la ciudad, que tuvo una muerte por cuota. La hacienda "El
Ancón" es parte de la historia de Villa de Cura. A poca distancia del centro se encontraba ubicada una de las fundaciones más vistosas, dominante y de una belleza sin par, ubicada a un costado de la ciudad.. La historia indica que la posesión abarcaba un área
aproximada de 500 hectáreas de superficie, una parte plana y otra montañosa. De
lo que hoy solo queda la sombra.
En el tránsito hacia Las Mercedes nos topamos con una mente que está pendiente de todo quien nis dice casi sollozando (no quiso dar su nombre) .
---Se
encuentra en total abandono, desmantelada, tanto la casa como las demás instalaciones son irreconocibles.
Ya no le llaman El Ancón, todo el mundo
menciona este sitio de forma despectiva “El portón negro.
De lo que fue la belleza pomposa de esta residencia, los que escriben la historia dicen que fue un paraíso, un sitio ideal donde pastaba ganado y factor importante de producción agrícola. La visita por afamados escritores y periodistas era obligada para sus investigaciones. Su mantenimiento fue nulo, nadie se interesó para que regresara a la vida.. La historia de esta hacienda es larga, como para contarla historiadores, lo escrito modestamente por este servidor es un ligero escarceo sentimental.
No había otra igual que poseyera tanto atractivo colonial. Se dice que la construcción de la mansión data del siglo XVII. En algún momento desarrolló en mediana escala la cría de ganado vacuno y de equinos; con potreros sembrados de paja alparal. Era hábitat de la fauna silvestre, venado, lapa, vaquiro, pato real, y demás especies.
La edificación fue la de mayor atracción desde tiempos de la colonia. De amplias habitaciones y corredores. Su techo de tejas sobre gruesas paredes, columnas y murallones de rocas. Tenía su cobertizo para albergue de la servidumbre. El piso de mosaico antiguo le daba brillo y colorido;. un muro forrado de flores de trinitaria. Una torre que servía de garita. En sus inmediaciones fue construida una Ermita como oratorio para los dueños oír misa.. La fuente de suministro de agua era por medio de molinos y aljibes, con un buco para llevar agua a sus instalaciones. Una chimenea que se eleva sobre el tejado y habitaciones con ventanales de poyo y protectores de hierro. Por cierto la cámara calidoscopio del cronista gráfico Giuseppe Girlando recorrió y retrató todos los ambientes de este inmueble.
Recordamos que la escritora Lely López en las páginas de la revista Expresión de Editorial Miranda de Villa de Cura, refiriéndose a esta mansión escribió que, en su interior existieron objetos del período colonial, lámparas de techo antiguas, cuadros y obras de arte de importancia, ella dice dice
----En una litografía muy bella, aparece un sofá en el que se sentó El Libertador y también un cuadro con la plana mayor del ejército del general Joaquín Crespo.
En tiempos pretéritos la hacienda cumplió un papel primordial en lo que fue el desarrollo agrícola de la región. Poseía torre factora para el procesamiento del cafeto.
Me tomo la libertad de dar a conocer un extracto de una carta entregada a este redactar por don Félix Hernández Castillo, Perito Agropecuario, oriundo de Villa de Cura, uno de los primeros graduados en la Escuela de de Perritos de La Providencia del Estado Aragua, donde expresa
----Ésta
hacienda formó parte junto con muchas otras del encomendero Garci
González De Silva. Estas tierras estuvieron al principio cultivadas sobre todo
de añil. Sembraron otros tipos de rubros de la época, ya que su propósito era
eminentemente agrícola.
Es oportuno
señalar que sus dueños en el pasado siglo, se reservaron cierta restricción para
entrar a la finca, sin embargo después concedieron permiso para que fueran utilizados como camino real para acceder a otras
fundaciones agropecuarias, colindante con la hacienda La Lagunita de don Gonzalo de Castro.
Los datos que
poseemos de Hernández Castillo nos indican que, "La Hacienda El Ancón perteneció a una familia
de apellido Bigott, pasado el tiempo la traspasan en 1924 al doctor Elías
Rodríguez, con fama de gran emprendedor. Este último la hace cambiar
de rumbo comenzando a sembrar caña de azúcar, convirtiendo su extensión en
grandes cañaverales".
Poseía la hacienda trapiches donde se molía la cosecha de caña de la hacienda y la de fincas circunvecinas. Fabricaba papelón y otros derivados, sus predios eran unos cañaverales. De acuerdo con lo expresado por nuestro respetado historiador villacurano profesor Jhonny Hernández Calvo, ex Cronista de Villa de Cura, nos enteramos en uno de sus escritos
---A
la altura de 1885 ejercía el derecho de propiedad sobre la hacienda Luís
González Espinoza.
La hacienda
posteriormente fue adquirida por don Ricardo Vegas, donde pasaba algunas
temporadas, casado con doña María Teresa Rodríguez de Vegas, que era una
persona de mucha sabiduría y bajo cuya batuta anduvo varios años la
propiedad. A principio de la década del 40 empezó
a decaer el negocio de la caña, fue cuando sus dueños cambiaron de estrategia y
comenzó como una de las primeras en sembrar y cultivar tabaco en el centro del
país, sin dejar de producir caña de azúcar, pero ya en menor proporción.
Continuando con nuestras indagaciones pudimos conocer por medio de una nota remitida por el profesor Oldman Botello, historiador y ex cronista de Villa de Cura, en la cual nos dice:
---En la década del 90 fue traspasada la posesión por
Ricardo Vegas Rodríguez, nieto de un ministro de sanidad de López Contreras y
ex Rector de la UCV a la Alcaldía del municipio Zamora del estado Aragua, su
titular era el señor Luís Herrera, quedó abandonada.
Tenemos información de época reciente sobre la
propiedad.. En 2009 la finca pasó a manos del gobierno nacional a través del
Instituto Nacional de Tierras (INTI). Se dispuso que fuera destinada “para
el desarrollo de la soberanía alimentaria de la población”. Igual suerte
corrieron la mayoría de parcelas agrícolas y ganaderas, productoras de ganado
de carne y leche del Valle de Tucutunemo.
En relación con el aspecto que presenta la casa principal, leyendo en la importante columna que aparece en la prensa digital “Rumbo Sur” del escritor y periodista Oldman Botello dice.
---Es
lastimoso el estado de ruina en que se haya este monumento histórico
villacurano…ya está en vías de desaparición.
Preocupación es lo que siente la ciudadanía por las recientes quemas que, no se sabe cuando, ni por donde van a venir. Han llegado hasta los centros educativos.
La mansión pudo ser convertida en un patrimonio turístico y una referencia cultural de Villa de Cura...Una vez se nos pidió respaldar una aspiración del sector cultural de La Villa, según la cual se podía recuperar la casa y convertirla en el Museo Histórico Inocencio Utrera de la ciudad, lograr pues un rincón propio aparte para nuestro Museo. Lamentablemente la sugerencia encontró oídos sordos.
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís.Tricentenaria
Colaborador de publicaciones Ramón Alfredo Corniel
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