Foto archivo O. C arreglos laboratorio Alfredo Corniel.
Por Oscar Carrasquel
Sin
el rumbo variar, con la alegría de vivir, la vida me trae por las ganas de estar ante tu presencia en esta ocasión especial de tu vida. Un 17 de agosto de 1940
llegaste al mundo en esta Villa de San Luis de Cura, cuando los partos los
atendía la comadrona.
Y me pareció volver atrás la mirada, a recordar cómo era nuestro pueblo, con su hermosa Alameda, y cerca, la verde Sabana, con una brisa generosa al anochecer. Villa apacible, primorosa y acogedora que se hizo vieja y desapareció.
Desde muchacho andas metido en la poesía. Si el tiempo hablara y lo pudiésemos regresar. Estábamos los dos muy
chicos, con el corazón pequeño, cuando
el domingo temprano pasabas al cuidado de doña Juana, madre trabajadora a tiempo completo, radicados en el populoso barrio de Las Tablitas. Entre tanto, las
campanas repicaban alegres en la Iglesia San Luís Rey.
Yo recuerdo que tu primera pasantía en la edad de la
adolescencia es la tipografía JM, un rinconcito de la poesía, el periodismo y las artes
gráficas. Tu otro inspirador fue el poeta Aquiles Nazoa que leyó algunos de tus poemas y eso te llenó de alegría. Entonces vuelcas tus sentimientos de amor mostrando interés por el soneto. En la crónica te fundes con dulzura en el paisaje de la
ciudad y la semblanza de destacadas figuras de la urbe. Colaboras en periódicos y
revistas. Tu pluma escribe los
más diversos géneros de la poesía. Escribes letras de canciones, cantadas
por artistas que participaron en festivales. Tu poesía la vive el público en tu
propia voz por haberla recitado mil veces.
Graduado de bachiller, te recibes de
licenciado en cultura en la Universidad Simón Rodríguez, guiado por excelentes maestros. Le das nombre a una sociedad, de vida artística y
literaria en Villa de Cura llamada CAUZA PC, una ramificación de SACVEN donde alza vuelo el arpa, el cuatro y las maracas. Queda pendiente por editar, para que lo sepan, el próximo libro con todas sus
crónicas y poesía, con un resumen curricular de su vida.
Ya eras poeta en toda
plenitud, cuando te tocó vivir unos cuantos años en Caracas. Allí
conociste, te hiciste novio, y casaste con Emilia, rodeada de naturaleza,
nativa de Galipán, en las faldas del primoroso Ávila. A ella le dedicaste tu primer poemario
titulado “El Canto del Ruiseñor”. La firma autógrafa del tenor Alfredo Sadel la
plasmó en la carátula de un Long Play con sus canciones; he leído una amplia dedicatoria del artista para
Emilia y Pablo.
Cómo
olvidar amigo la afinidad que nos une, si plasmaste con sensibilidad
única aquel poema titulado "Una Balada para
Isabelita", que estamos conservando en casa, sus hijos y nietos como una reliquia.
En
las tardes pobladas de soledad, tus pisadas se mueven como las aspas de un viejo molino de brisa
leve, allá en tu casa solariega, en el sector Los Colorados, feliz con el devenir de los años.
Pablo
Cabrera...viejo amigo en el aprecio y el afecto, con
tantos años compartidos. .Justo
es decirlo una y muchas veces: Larga vida te regale el cielo poeta. Recibe un abrazo cordial.
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis,
26 de abril 2024
Buen trabajo amigo Oscar. Pablo Cabrera también es miembro fundador de Villa Literaria Zamora; además participó el el taller literario de Villa de Cura junto a poetas de la talla de Aly Pérez (fallecido), Omar Gutiérrez (fallecido), Rosana Hernández Pasquier, Hernando Echegaray, Adolfo Tosta (fallecido), Oswaldo González (fallecido), Orlando Pulido, Antonio y Marianela Pérez, Pedro Flores, Fernando Olivo Rivas y Argenis Díaz, bajo la coordinación de Efrén Barazarte e Igor Barreto, sucesivamente.
ResponderEliminar