Por Oscar Carrasquel
Nuestro querido pueblo también tiene su historia menuda, que algunos no
recuerdan o conocen, entre ellos sus sitios emblemáticos. Existió y existe en La Villa un paraje icónico conocido como "Puente La Loca". Llegó el progreso a construir la ancha Avenida Paradisi, llegó la compañía que suministra la luz eléctrica y acabaron con la leyenda.
De manera que el suceso en comento tiene más de medio siglo, pero es importante que la conozcan las futuras generaciones.
Se trata de una pequeña encrucijada que da paso a la calle que conduce al estadio Ramón María Acosta y al hospital doctor José Rangel. Resulta que en plena avenida debajo del puente, entre las paredes de cemento, se apostaba una mujer de vida enigmática en medio de la más absoluta pobreza, con un destino duro.
Se cree que estuvo radicada en alguno de los cinco barrios que existían en la ciudad y quiso refugiarse en el silencio de aquel paraje. Otros afirman que había sido dada de alta de un hospital psiquiátrico. Tenía una apariencia callada de mendicidad, descalza siempre andaba con una vestimenta relativamente limpia. A la humilde mujer los vecinos especialmente los muchachos comenzaron a apodarla “La Loca”. El nombre y el apellido verdadero nunca lo revelaron.
La pobre con Dios y su ayuda hacía milagros para conseguir la comida con familias y dádivas de transeúntes. En el mismo sitio, cocinaba, lavaba los calembes o ropa y sus utensilios de cocina. Se auxiliaba con una quebrada rumorosa de aguas residuales que corría por debajo del puente. En los mediodías calurosos flotaba en dichas aguas, se asoleaba a la orilla como si estuviese en la playa. El tiempo pasaba y la mujer permanecía allí sin meterse con ninguno.
En las tardes y noches caminaba por los alrededores y se sentaba en los
estribos del puente, a disfrutar las
noches de luna y cuidarse del tiempo que amenazaba lluvia, viendo el
paso de los automovilistas y saludaba a todo el que pasaba por el frente.
Según la crónica oral, por boca de algunas personas que la conocieron, me enteré que murió por uno de esos accidentes
de carretera sin mayores detalles.
Eran tiempos que la gente creía en espantos y aparecidos, pasado un tiempo las personas supersticiosas pasaban a pie por allí con cautela. .Dicen las lenguas que cuando se iba la luz eléctrica en el pueblo, una mujer de su misma característica física, cubierta de un pañolón blanco asustaba a los que por allí pasaban, salía en el puente a cualquiera hora de la noche. Lo cierto es que hoy en día no se habla mucho de eso.
Se convirtió en una vía de mucho tránsito donde se siente la frescura del viento, muy nombrado pues los autobuses y moto taxis tienen la costumbre de colocar en su ruta de viaje el “Puente La Loca”...Todavía hay gente que tiene que aportar una dirección de un negocio grande de ferretería o de un edificio residencial que funciona al lado norte de la Paradisi, indican: “al lado del puente La Loca”.
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, Tricentenaria
Fotógrafo Ramón Alfredo Corniel.
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