lunes, 10 de junio de 2024

LA CASA DE LOS CARVALLO BLASÓN HISTÓRICO DE LA CIUDAD

             

    Impresionaba su belleza cuando era Casa de los Carvallo, de las pocas que siguen en pie, foto archivo Villa Literaria Zamora


Por Oscar Carrasquel

 

En lo que podría considerase el casco histórico de la ciudad de Villa de Cura, en lo cual está el atractivo de los pueblos y el cultivo de su  historia, exactamente en la céntrica calle Miranda, cruce con la calle Doctor Rangel, a escasos  cien metros de la plaza Miranda y la Casa Amarilla, se ubica lo que en un tiempo se llamó CASA DE LOS CARVALLO. 
En sus espacios tienen su sede dos instituciones culturales de gran  importancia, la Biblioteca Pública "Ezequiel Zamora", un sitio de encuentro pedagógico-cultural, creada en 1975... Y aloja también el  "Museo de Tradición de la Ciudad  Inocencio Utrera", fundado el 09 de abril de  1976. Acá en este contexto pretendemos señalar sus orígenes y significación.

¿Por qué  CASA DE LOS CARVALLO O LA CARAVALLERA?. Se le bautizó de esta manera  porque en una época la ocupó el señor Stefhan Carvallo y su familia. De aquí concretamente viene su nombre,  una familia prominente en Villa de Cura... La CASA alojó a la familia Carvallo durante más de cuatro décadas. Como amante de ese legado,  por temperamento y formación familiar, nos dice que el día que la vende la entregó totalmente original, pintura, techos, pisos y paredes, sin sufrir modificación alguna en su estructura, manteniendo íntegramente su diseño colonial tal como fue fabricada.

En ningún tiempo el inmueble ha  permanecido desocupado,  siempre fue habitada por núcleos familiares o instituciones sociales y educativas.  En la década de los años 50 fue utilizada como sede de una institución educativa privada. Pasado un tiempo usada como oficinas del INOS; y sus espacios fueron durante algunos años atrás sede del Club Social de Villa de Cura. Carvallo se ufana de que siempre estuvo pendiente de su cuido y progreso. Como si de una niña se tratara.

En primer término tenemos que decir que esta casa es una de las pocas sobrevivientes del portento histórico en el casco central de La Villa. A pesar de todo, no ha cambiado su rostro, conserva todas sus líneas arquitectónicas y de construcción originales que data de comienzos del siglo XX... Imponente su fachada. Esta edificación encierra más de un siglo de historia, de vida, y de imborrables recuerdos.

Como es sabido, acá en el centro de la urbe ninguna de las casonas de aspecto colonial se salvó de la implacable “piqueta”. No hay un ejemplo más elocuente que la  Casa Paradisera; en la esquina de la Plaza Miranda. La fachada de los viejos caserones, se encuentran mutilados y acondicionados para comercios chinos, loncherías, ventas de lotería y animalitos, verduleras, y otras que hoy son quincallería, zapatería y tiendas de ropa.. Acá en  nuestro terruño como que se hubiese terminado el amor por la ciudad o que el bien patrimonial es secundario. 

A mucha gente, y en especial al visitante, le cuesta trabajo creer el abandono y la indiferencia que se aprecia en una ciudad con demasiada historia  como es Villa de Cura. No había quien hiciera el mínimo esfuerzo por conservar y por lo menos  recuperar algunos de estas casonas que sirvieran como joya patrimonial. 

Tendiendo la mirada retrospectiva. Tanto la parte externa como el interior  de la casa eran  majestuosos. Si se observa bien su fachada  en una vieja fotografía da la impresión  que estuviera pintada al óleo sobre un lienzo.

El señor Stefhan Carvallo siempre amistoso accedió a una consecuente conversación , quien nos permitió hurgar archivos y una serie  de documentos. Tuvimos que andar, recorrer y adentrarnos en sus espacios en compañía de la profesora de música María Teresa Fuenmayor, en donde siempre coincidimos.

La mayoría de sus instalaciones han mantenido su esencia original. Otros no... La casa tiene su entrada principal por la calle Miranda, con aleros sobresalientes en lo alto de su techumbre.  Después del zaguán el primer patio  con cuatro corredores, con sus arcos y  gruesas columnas de mampostería. Los pisos revestidos de arcilla cocida de las Tejerías de las márgenes del río Tucutunemo... Desde cualquier ángulo de su plano, visto desde arriba, pudiésemos mirar su techo de tejas criollas de color rojo.

 En la parte central había un jardín, con rosas y pequeños árboles de tallo largo y una fuente  de arte contemporáneo. Y ventanales en el área central para combatir los calores veraniegos. Al fondo  un segundo patio con portón y salida por la calle doctor Rangel. Los cuartos quedan al frente del primer patio, con  ventanales  de “poyo”, donde hacen ángulo las calles Miranda y Doctor Rangel. Con sus impecables techos de madera cedrus. En todos sus cuartos colgaban hermosas lámparas de  luces góticas  estilo colonial. 

El señor Stefhan Carvallo nos relata la historia de  la CASA. Un solo macizo de casa, la terminó de edificar  un artesano  del pasado siglo xx, terminada de construir en  1905; no le fue posible recordar el nombre del maestro de la obra, pero sin duda fue utilizada mano de obra villacurana. 

El  inmueble lo adquiere el señor Stefhan Carvallo con los protocolos de rigor de los sucesores de doña Amalia Rodríguez de Rangel, quien a su vez la hereda de su padre don Emiliano Rodríguez, próspero  ganadero oriundo de San Juan de los Morros, de padres trujillanos. Don Emiliano Rodriguez hombre de faja de dinero, gallero, apostador de sumas de pesos en riñas de gallos y jugador impenitente de cartas y dados. Ocupó la casa durante años junto con su grupo familiar.

En fecha 28 de noviembre de 2007, la casona pasa a ser propiedad del Ayuntamiento del Municipio Zamora. Recordamos que esta casa fue adquirida a fin de que cumpliera una función cultural para disfrute de los villacuranos, .atendiendo a varias iniciativas,  sin embargo se oyó decir que la última palabra para aprobar su compra surge del Alcalde de ese momento señor Stefano Magiore.

Como es evidente, el concepto de utilización para la cultura, gracias a Dios se ha mantenido, por la lucha tenaz e impostergable que como soldadescos sostiene una sociedad de amigos, mujeres y hombres, amantes de estas dos instituciones culturales que hoy hacen vida dentro de sus instalaciones. Es justo mencionar a la organización cultural Villa Literaria Zamora, entre otras..

Por cierto se observa en la zona, al lado donde se ancla la CASA, están dos casas deterioradas, a punto de caerse que se están muriendo; Comprarlas, unidas una con otra, el área de terreno pudiera servir  para construir  espacios culturales como galería de arte, danza, sala de conferencia,  teatro y poner a funcionar una cantina escolar. 

La batalla la piensa seguir la misma gente, para evitar el deterioro progresivo por los rigores de la lluvia y el sol. En 2015 advertimos en una columna la falta de mantenimiento, por el estado ruinoso de sus paredes interiores y su fachada, que de daban la sensación de descuido y abandono. Y además encadenaban su portón sábado y domingo. .

Son muchos más los encantos y maravillas que encierra esta casona, propia de las más antiguas. Pudiera decirse que casi todos sus espacios poseen su atractivo antiguo. Ojalá en el futuro se logre  restaurar enteramente su estructura..

En la oportunidad que la visitamos no hay duda que algunos de sus ambientes interiores y exteriores se resienten,  hay una gran parte deteriorada, el techo en algunas de las habitaciones es un manare y cueva de murciélagos.. Las paredes del frente las han tomado para pintar insignias, dibujos y graffitis.

En 2024 justamente en fecha reciente la visitamos otra vez y se notan alguna intención para mejorar su estética. Es necesario darle mayor calor humano.. Los que han asumido la dirección del Museo y la Biblioteca, en todos ha predominado la buena intención. El clamor general es que necesita inyectarle recursos para evitar que se siga deteriorando lentamente.  Existen suficientes razones para  pedir por su  conservación y  vigilar su destino cultural, es algo que nos pertenece a todos. 
Cada vez en la época se han presentado proyectos, aprobado ordenanzas,  y documentos de todo tipo, duermen el sueño engavetados. La leyenda sigue allí con su belleza vieja negándose a morir,

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenaria.


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