martes, 30 de julio de 2024

" PIRULÍ " Y SU FANTASIOSO MUNDO

 

Imagen referencial bajada de Internet

                                          Por Oscar Carrasquel

 

Nuestro modo de vida de antes era único, muy diferente como es ahora. PIRULÍ era un hombre común que nadie supo su verdadero nombre, nadie sabía de dónde llegó... Cuando hablamos de Pirulí, se trata de un sabroso caramelo artesanal de forma cónica con una paleta en el centro como una chupeta. Era el premio que el señor ruletero le daba como forma de pago a los niños y jóvenes que apostaban un centavo (cinco céntimos) por ganar en una ruleta con una fila de animalitos. 

En  los año 1948-50 en la vieja Villa de Cura llegaba en las fiestas patronales del pueblo, en Peregrinación y Semana Santa y se quedó entre nosotros. Salía temprano las tardes y se estacionaba  en una esquina de la plaza Miranda diagonal con el mercado viejo. Siempre transportaba una mesa rustica, un mueble y una rueda que la hacía girar igual a las manecillas del reloj. Parecía hipnotizado sentado o de pie ... Mientras estaba parado junto a la mesa sacaba puñados de un bolso lleno de caramelos.

Para nada le molestaba que lo  llamaran con cariño "Pirulí" o "pirilusero",  mote que se fue haciendo familiar entre los pequeños y adultos. 

Yo muchacho nunca le apartaba la vista de encima.. Tenía una clientela variada, sobretodo niños. Lo puedo resumir como un hombre ojos azules, barrigón, de andar pausado.. Unas  trenzas de pelo le colgaban de la frente, y la camisa desabotonada cubriéndole en parte  la panza. Tenía manos grandes y regordetas. 

Empezaba su faena de esta manera: "el que levante pierde" y le daba vuelta y vuelta a una ruleta . Afianzado en esta divertida labor se ganaba el diario sustento...José Manuel Morgado se introdujo en su mundo de trabajo,  me contó que se entretenía en la ruleta al salir de clase. 

Quiero compartir con ustedes amables lectores un poema que es un espejo del personaje, salido  de la pluma de nuestro  amigo  el poeta del pueblo José Manuel Morgado, seguidamente reproduzco sus estrofas.



Con su mesa-ruleta en la cabeza

 

y en la mano la silla,

 

Rumbo a la plaza, su figura obesa

 

es una viva estampa de mi Villa.

 

Su nombre entre la bruma

 

de los años pasados

 

de mi mente se esfuma

 

como el humo del tren sobre los prados.

 

Lo recuerdo: sentado, como un Buda

 

con su manaza regordeta y ruda

 

cansón, dándole vuelta a la ruleta

.

De ese tesón, con visos de desvelo,

 

a cambio de entregar en caramelos

 

lo que ella le marcaba,

 

Tan solo un centavo le quedaba.

 

Plantado en nuestra plaza, en una esquina

 

él le endulzó la vida a mucho niño

 

y mi pobreza a mí.

 

Así como él llamó a su golosina

 

Nosotros con amor y cariño Llamábamos a secas…Pirulí


J. M. Morgado tenía ingenio para expresar sus sentimientos de belleza poética. Ahora lo hace la sensibilidad y el estilo de la profesora Carmen Muñoz de González, Ella se encarga de investigar y escribe sobre Villa de Cura y su gente en interesantes crónicas. 

Después de pasados tantos años, solo me quedó de PIRULÍ  un lejano recuerdo que emerge de la memoria.  Hoy la crónica siente inmensa satisfacción en  evocar a este popular ciudadano.. Gracias al poeta José Manuel por contarme tantas anécdotas  sobre este ciudadano y  sus celebrados caramelitos, con los cuales endulzó la inocencia de tantos niños que habitamos la ciudad de viejo gentilicio.


Oscar Carrasquel.La Villa de San Luis, Tricentenaria,

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