Andrés Delgado, foto del laboratorio fotográfico Ramón Alfredo Corniel
ANDRÉS DELGADO “EL GALLO”
Oscar Carrasquel
En el lenguaje de tu guitarra
cabían todas
las canciones de Gardel
tangos, valses y milongas
Bonita como la Mar del Plata.
La guitarra de Andrés Delgado
Es como un beso de boca a boca
Peregrina de
la nocturnidad
Escultura de infinitos tonos
Un concierto de pájaros en la alborada
Evoco en este instante tu cordaje de plata
Hablo de tu figura Helena
Fiel
compañera en un camino de tristeza
En el frenesí de una noche
Tu música brota y se expande
Celebras la caricia de un beso que se da
Sacudes los latidos tiernamente
de un
corazón doloroso de quebrantos.
Como relámpago sonoro
Le cantabas al corazón de la barriada
Llegaba hasta la alcoba de las almas
Me quedaron intactas tus alegrías
Quienes quisimos al "gallo Andrés"
Quienes cantaban
serenatas noctámbulas
Quienes lo vimos pulsar el instrumento
Nos metimos en su mundo.
En ocasiones se olvidaba
de la máquina de coser y la tijeras
en la sastrería La Fortuna
para acompañar a la compadrada
Hemos de recordar a los poetas del tango
que llevamos en el corazón
Que un día también se marcharon
Vinicio Jaén, José "Gardelito", Eladio Lovera.
Ni se escuchará el canto de Martín González
moliendo "Mi Buenos Aires querido".
Tu ausencia porque "tus ojos se cerraron"
me hace sentir una tristeza vitalicia
Un recuerdo que nunca muere.
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