martes, 6 de agosto de 2024

RAFAEL ERNESTO AGUDO “FALO” EL MODO DE VIDA EN UN CIRCO

                                        

"Falo" sobre zancos en el portal del circo. foto archivo  O C corregida por Ramón Alfredo Corniel


                                            Por Oscar Carrasquel

 

Nuestro pueblo está lleno de episodios en donde compilan muchos personajes del paisaje que cayeron en el olvido...Pocos recuerdan que a mediados del siglo pasado en este villorrio se fundó el  Circo Hermanos Castro, que  alcanzó renombre con actores locales, nacionales, hasta internacionales. Historia que no se lee en bibliotecas, ni en anaqueles de librerías, sino en el testimonio de sus propios  protagonistas. Hay casos heroicos, se trata de un hijo de este pueblo  cuyo verdadero nombre  era Rafael Ernesto Agudo, hijo de doña Petra Agudo. Según afirmaba él, su padre se llamó don Carlos Agudo,  que trabajaba en el ramo de la albañilería.


“Falo”, como era conocido cariñosamente por todo el mundo,  vivía  junto con su familia en las inmediaciones de la calle Doctor Manzo, fue muchacho escolar de todos los días en la "Aristides Rojas". Por los predios de la Bodega Las Brisas se entretenía jugando metras, chapitas y barajita. Le llamaba la atención los juegos tradicionales de la época; pero a medida que fue creciendo resultó ser aficionado a  las apuestas. Nunca lo vimos tomando licor. Tampoco fue hombre de fullerías o trampas, pero sí, con mucha habilidad en el juego,  ganaba con facilidad.

“Falo” era un  hombre liviano de trato, de piel blanca,  pelo liso, abundante como el de Tarzán. colmillo de oro. Siempre dispuesto para la brega, pero imprescindible en los juegos  donde estuvieran de por medio dinero,  En el juego de bolas criollas en La Alameda, dados, gallos de pelea,  barajas, ruleta, batea blanco y negro y demás juegos de azar; allí en este escenario siempre estaba él, buscando con quien cazar una partida; también era dueño de un humor nato.

Por allá cuando contaba 28 años edad,  se enroló en un  circo llamado  “Circo  Hermanos Castro”. Este empresa circense que ya no existe fue fundado en La Villa por el ciudadano cubano Oscar Castro, un empresario circense considerado sobreviviente del naufragio del gran Circo Razzore, quien se casó con una dama de esta ciudad.

Rafael Ernesto  Ingresó al circo como utilero,  ayudar a  montar y desmontar la lona y  tableros en las partes donde viajaba el circo; y casi de seguidas se incorporó a desempeñar otras atracciones más, aprendidas allí dentro de aquel  universo de almas. El hombre, gracias a su poco peso y  su agilidad  fue enseñado a andar sobre zancos, con un micrófono a toda voz hacía los anuncios en la entrada del circo antes de comenzar el espectáculo.

Como  esclavo de los juegos de azar, con la apoyo de un ilusionista del circo se dedicó a aprender trucos  con las barajas, realizaba un número donde  extendía y barajaba con las manos juntas un puñado de cartas sobre una mesa, y adivinaba la suerte como un mago. Tenía su público.

Otras de sus peculiaridades fue disfrazarse  de payaso, personificó  a uno con el nombre de "Chaplin”. El circo armó´ un grupo de payasos donde entraban,  Chaplin, Canillita, Repollito  y Rabanito. 

También lo pusieron a realizar  “La mesa de la muerte”, se colocaba martirizado sobre una mesa llena de escarpias. En otro  se colocaba parado de perfil al lado de un tablón para que un indio Piel Roja afinara su puntería,  lanzando puñales de fuego alrededor de su cuerpo y  su cabeza. Además, uniformado de músico de la banda vendía, caramelos, confitería y globos entre la concurrencia de palco y luneta.

Con el Circo Hermanos Castro fueron muchos los pueblos recorridos en Venezuela, también pudo hacer giras por varios países  latinoamericanos. Terminó  conviviendo entres trapecistas, animales amaestrados, músicos, titiriteros y bellas mujeres, bajo un techo  de lona, como una casa grande donde cabían todos como una sola familia. 

Gracias a una joven llamada Yanet Castro, com quien hablé en  Villa de Cura, nieta de Oscar Castro, dueño del circo, me contó el año 2017 parte de esta historia, escuchada por ella de su abuela Petra Aponte de Castro, quien trajinó como equilibrista y administradora del circo.

Hace ya tiempo Rafael Agudo "falo", retirado de sus quehaceres lo vino a reclamar la muerte, alejado de su Villa de Cura querida, golpeado por los años, enfermó y murió al lado de sus hijos en la ciudad de Valencia. Se le terminó el tiempo que nos regala Dios para estar en la vida. Qepd.


Oscar Carrasquel La Villa de San Luis, Tricentenaria

 

 

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