jueves, 22 de agosto de 2024

LA DIMENSIÓN DE ESTEBAN NIEVES PATRIARCA DE UNA DINASTÍA MUSICAL

HA MUERTO UN GRAN AMIGO HERMANO.  Sentí una punzada muy grande en el alma cuando me anunciaron la muerte de un amigo querido, llenando de dolor mi viejo y cansado corazón. Traigo uno de los momentos compartidos que quedó plasmado en letras pero especialmente grabada en  mi mente para siempre, para recordar a este inolvidable ciudadano, Que tú viaje a la eternidad sea acompañada de música. Descansa en paz, compadre..


Por Oscar Carrasquel


Esteban Nieves nació el 13 de febrero de 1938 en Villa de Cura, pueblo cabecera del entonces llamado Distrito Zamora, estado Aragua, Venezuela. A pocos pasos de las faldas del cerro El Vigía quedaba su casa materna, en el barrio Las Tablitas para más señas. Sus inolvidables educadoras de primeros grados fueron las señoritas  Ligia Rodríguez y Priscila Bolívar, maestras  de la Villa de antaño, a quienes se les puede aplicar también el título de humanistas. 
Desde la infancia comenzó a despertarse en él  su amor por la música. Sin embargo nos cuenta que su andar con una guitarra lo  inicia  a los 14 años de edad; fue en una época de Navidad y Año Nuevo que recibió de regalo el instrumento de su padre,  un poeta espontáneo llamado don Pascual Nieves.
Recuerdo la primera vez que  lo vi tocar una guitarra   fue acompañando la voz del tanguero villacurano Antonio Tamiche,  que siempre lo iba a  visitar en su casa. A menudo  los veía por el patio como unas garzas gemelas

.Nosotros vivíamos al lado  y por entre una empalizada de alambre   lograba verlos cuando  se sentaban a ensayar bajo de la sombra de una mata de Guácimo. Debió ser por ahí a comienzos de la década del 50. Aquella vecindad nos sirvió de vena comunicante y una invaluable amistad que fue creciendo con el tiempo y hasta yo fui el padrino de bautizo Mariela.

Como conocedor del barrio Las Tablitas, muchas veces anduvo por sus calles en las noches tranquilas alumbradas de la raquítica luz de los postes del alumbrado público,    acompañando con su lira a otros cantantes, tales como Juan Nieves, Vinicio Jaén, Eladio Lovera, Pedro Ezequiel González, José Chacín “Gardelito”, Andrés Almeida, Agustín Ascanio, José Ángel Fagúndez, Teobaldo Parra y otros juglares. 

Esteban no faltaba a las interminables tenidas de nuestra Peña Morgado, amigo de celebraciones, o de repente dando serenatas a las damas solteras que se asomaban en los postigos de las ventanas  en los barrios de la Villa. Visitaba los sectores de Las Mercedes y Las Tablitas.

Muy bien acompañado también debió sentirse el afamado flautista de la Orquesta Sinfónica de Venezuela don  Ángel Briceño, cuando este joven músico Esteban Nieves,  en muchas ocasiones con su guitarra salía con el maestro a tocar en las  casas que visitaban y tomarse sus traguitos en La Villa, en San Sebastián de los Reyes, San Francisco de Asís y Magdaleno, donde tenían grandes amistades. Pero sus andanzas juntas no tenían límites. La idea era sentirse felices y contentos. 

Barriada vieja y querida de consolidada bohemia  ha sido siempre   Las Tablitas, suelo de hombres y mujeres humildes  y trabajadores que saben labrar la tierra y coser la alpargata, tierra que vio nacer a poetas, músicos y juglares, entre ellos, a su padre el poeta Pascual Nieves... Pascual un poeta popular. Su encuentro con textos  le permitieron la interpretación y conocimiento de leyes. Vino al mundo con  una pluma fuente y una libreta en sus manos, para dibujar con versos,   editó con recursos propios aquellas frescas cartillas de aguinaldo que nos deleitaron en las décadas del 40 y 50, para animar los días Pascuales y de Nochebuena.. Las cartillas de aguinaldo salían a la calle con el valor de una locha.

 Raimunda Esaà de Nieves (1900-1990) fue la mujer que trajo a Esteban al mundo, una abnegada y bregadora matrona muy religiosa, pobre pero de bien, que supo encaminar a sus hijos y con el pasar del tiempo se convirtió en una sombra protectora para sus retoños. Siempre estaba allí en medio de sus ocupaciones, cocinando, pensativa, bordando, ya agachadita por el tiempo.

Desde pequeña fue de las primeras peregrinas de la cofradía, inmediatamente después de su creación por el Padre Jiménez y la madre superiora Enriqueta de Lourdes. Fue toda su vida rezandera de rosarios en rituales fúnebres, cantaba y rezaba en velorios de la Cruz de mayo y adoctrinaba a los niños y niñas para que aprendieran el catecismo y se formaran para la Primera Comunión. Aficionada a la repostería,  doña Raimunda fabricó el típico rúscano o aliado más prestigioso de toda La Villa en aquellos tiempos.

Avanzando en esta conversa me vino claro  a la memoria el nombre de un noble cantante a quien se le puede endilgar el título de cantor popular, se trata de su hermano Adrián Nieves Esáa; consecuente bohemio y excelente amigo, dueño de un variado y nutrido repertorio musical, entonaba temas de diversos estilos: boleros, tangos, pasodobles, joropos, merengues y guasas. Cantaba  con una voz nasal pero  cristalina. Se  contaron  en la familia Nieves Esáa un total de cinco  hermanos,  dos hembras y tres varones, de los cuales  gracias a Dios quedan Celestina Nieves Esáa y Esteban Nieves Esáa.

Hay quien dice –por ligereza  que el amor de Esteban Nieves por la música solo era un   hobby para identificarse en la barra de una cantina, para dar una serenata y para jugar una partida de dominó con sus amigos y vaciar unas cuantas botellitas de cerveza. Pero no. Aquello era solo un decir.

 “Los Tablisónicos”, así se llamó el primer conjunto musical que formó parte Esteban Nieves en el barrio Las Tablitas. Muy reconocido como fuerza musical primigenia en el sector. Estaba integrado por cuatro conocidos músicos: Esteban como director y guitarrista; Raymond Pérez, bongó; Cuzate, maraquero-cantante y Natividad Jaspe, marimba. Salta a la palestra este grupo amenizando fiestas bailables de cumpleaños y reuniones familiares en toda Villa de Cura. 

--"Funcionaba  este conjunto y  realizábamos los ensayos -dice Esteban- en la casa de familia de Pedro Juan López, en nuestro barrio Las Tablitas".

Poco a poco, Esteban iba tomando impulso y descubriendo los escalones de su progreso, actuando en veladas,  en sitios públicos y reuniones sociales, hasta que promueve y funda el conjunto “Voces y Cuerdas de Villa de Cura”, el cual integraron Carlos Parra, guitarrista; Orlando Nieves, bajista; César Nieves, cuatrista; Raimond Pérez en el bajo; Esteban Nieves, bandolinista y director, con la alternancia de excelentes cantantes como Danny Páez, Andrés Almeida, Freddy Licón, Aurelio Carrasquel y Adrián Nieves. No se perdían una fiesta en pueblos aledaños y reuniones sociales donde eran contratados. El grupo amenizó en parte los actos inaugurales del espectacular escenario del Centro Hispano de Villa de Cura… Me ataja y cuenta el músico:
--"En esa oportunidad alternamos con la Billo’s Caracas Boys, la orquesta Los Melódicos y también con la “Orquesta Elegante” de Colombia que andaba cumpliendo una gira por toda Venezuela". 

Entre sus más importantes presentaciones también se cuentan las giras cumplidas por el conjunto al hoy estado Vargas y la ciudad de Caracas. De manera que estuvieron viajando  todos los sábados durante diez temporadas seguidas, bajo la conducción de su representante y estupenda promotora la joven Belkys Briceño, festejando la bienvenida de turistas extranjeros que arribaban por el terminal marítimo de La Guaira. Igualmente el grupo cumplió presentaciones en el Hotel Tamanaco, situado en Las Mercedes, en el Este de Caracas, alojamiento ideal para artistas y músicos que llegaban de otros países. También les correspondió alegrar con su música las funciones nocturnales, en la  célebre Quinta Anauco en San Bernardino.

--"En una ocasión - cuenta Esteban-entre los asistentes a una de estas presentaciones en la lujosa Quinta Anauco, se encontraba en el público un invitado de lujo el señor Aldemaro Romero. Recuerdo que le interpreté en la guitarra una pieza instrumental de su autoría titulada “Quinta Anauco”; se levantó de su asiento para darme las gracias, entablamos conversación  y mostró sus deseos para que  la repitiera".
Esteban, además de ser ejecutante de la guitarra clásica es también músico del cuatro, requinto, bandola llanera y bandolina y excelso compositor, entre sus sentimientos le brota el gusto por la poesía, una vez se propuso escribir una canción  entre silencios, cantos de chicharra y matas de cují, y le compuso al pueblito de San Francisco de Cara un vals en letra y música, antes que este pueblo quedara sepultado por las aguas de una represa.

Dicha pieza fue objeto de elogiosos comentarios en la farándula. En una oportunidad fue presentado este tema en la voz y guitarra del cantautor villacurano Víctor Parra Rivero, con la cual ocupó el primer lugar en un festival realizado en San Casimiro de Guiripa. Colgado en la pared delantera de su casa se encuentra un diploma con ese testimonio y otros múltiples reconocimientos.
Surgieron más adelante otros temas de su inspiración entre ellas “Caseda”,  una pieza dedicada al pueblo español adonde nació al presbítero Salvador Rodrígo. Otro vals de sentimiento villacurano donde cita y realza a los personajes de la población se titula: “Remembranzas de cantores villacuranos”.
Pero la más emblemática de todas es un tema con letra y música, solemne, dedicado a su pueblo natal, titulada "Villa de Cura"...Dice la letra: "Recuerdo cuando niño jugaba por tus calles...Quisiera Villa de Cura mía/ cantarte hasta que un día me aleje".
  
Escucharla en la voz y guitarra de su autor, emociona;  lo acosa la nostalgia, lo invita a correr como un niño bajo la lluvia y el sol. Constituyó un éxito rotundo, no solo en Venezuela, sino que la grabación recorre a través de las redes sociales parte de Europa y países Latinoamericanos. Contó con el arreglo e interpretación de una orquesta de baile española bajo la dirección de su hijo el maestro Lerman Nieves y la producción de su otro retoño Sergio Nieves...  Y sigue un conjunto de composiciones más.

 Mientras discurría el tiempo  y  se educaban sus hijos. Lerman, Sergio y Orlando, por sus innumerables  cualidades y su talento  ingresan al grupo coral parroquial de Niños Cantores de Villa de Cura, creado y dirigido por la respetable y quijotesca figura del presbítero Salvador Rodrigo.

Por cierto, Esteban en su comienzo fungió de recaudador del grupo coral. Yo lo veía salir a recolectar de casa en casa las contribuciones espontáneas en su carrito Volkswagen, se mantuvo  ayudando y viviendo momentos trascendentales con esta agrupación coral orgullo de Villa de Cura y de Venezuela. Esteban es reconocido como un hombre cabal, de comprobada rectitud y honradez.  Sé que estas virtudes le vienen del fervor materno. En la distancia del tiempo se las observo recordando   las rugosidades de la piel, en los ojos  y  los labios de Doña Raimunda de Nieves.

Esteban Nieves contrajo matrimonio con la villacurana María Eugenia Azuaje de Nieves, “Maruja”.  De esta  unión nacieron: Mariela, Esteban Rodolfo, Orlando, Lerman y Sergio, a los como buen padre cuales les sirvió de guía..

Ya cuando estaba consolidada la unión en la familia (las cosas pasan en un instante)  la implacable muerte le arranca de repente  de los brazos  a su hijo Orlando, dejando una profunda incertidumbre en la familia. De manera que se da perfectamente el pronóstico de aquel poeta que escribió que la madre es “sembradora, mártir y madre”.  

En ese vaivén de la vida surgió entre sus muchachos la idea  de irse de viaje y trabajar al exterior y se fueron a España. Lerman, ya formado como contrabajista, ejecutante de bandolina, bandola llanera y pianista. Al igual que Sergio, saxofonista, junto con el tenor de voz clara y sonora Francisco Flores y  con otros músicos que conocieron allá fundan en Las Islas Canarias el conjunto orquestal denominado “Caracas”. Reconocido por sus presentaciones a través del canal YouTube y otras redes sociales en Internet.

Los muchachos se casaron, procrearon hijos, viajaron ávidos de conquistar el público de otros mundos.  Ya tienen varios años residenciados en San Sebastián y Santa Cruz de Tenerife. Y llegaron los nietos.

Uno de los más nobles y plausibles pasos  de sus hijos fue llevar en unas vacaciones a Esteban y su esposa Maruja para que conocieran y disfrutaran del hermoso  paisaje de aquellos mares  y la vida cotidiana de  las Islas Canarias. Allá aprovecharon de visitar a “Caseda”, el pueblito del padre Salvador y otros lugares de las Islas atlánticas.
Pasear la mirada retrospectiva por la vida de Esteban Nieves es como recordar que siendo un joven de 19  años de edad ingresó a la Estación de Malariología  de Maracay, una dependencia del  Ministerio de Salud y Asistencia Social. Se prepara en metodologías de control ambiental y antiparasitario, enrolado en ese ejército de hombres formados por el investigador trujillano doctor Arnaldo Gabaldón... Entre 1959 y 1960. Gabaldón organizó la  primera campaña para la erradicación del paludismo o malaria en Venezuela,   pesquisando la diversidad de patologías en pueblos abandonados y en aéreas campesinas de difícil acceso.

Don Esteban fue durante  40 años un servidor público con verdadero sentido de heroicidad en beneficio de la salud humana. Había que ver lo que era subir y bajar cerros, bandear quebradas crecidas, caminar sin saber en dónde se iba a comer o pasar la noche, lo importante era poner la vacuna y llevar el medicamento antipalúdico, así como aplicar el dicloro definil (DDT), aunque fuera pasando las de Caín.

En las galeras de San Francisco de Cara y La Dantica, por ejemplo, la cuadrilla tenía primeramente que sondear bien el camino,  porque allí no era nada extraño distinguir un tigre mariposa asoleándose sobre una rama, y por el riesgo de encontrase en  cualquier rastrojo con la  mapanare y cascabel; pero  eso no era ningún impedimento, había que cumplir la misión de buscar  rostros, de día o de noche, sospechosas de haber contraído la enfermedad de  Chagas o  paludismo.

Entonces cabe  preguntarse ¿cuál ha sido la compensación recibida del Estado por tan nobles servicios? Por cierto, hoy todavía no han sonado las alarmas, pero se dice que los pueblos del sur del país se cundieron otra vez de este flagelo por el abandono de este programa.

Esteban Nieves, no solo domina el arte de tocar y componer, sino que es un reconocido Luthierista. Después de un sueño revelador que tuvo toda una noche, la siguiente mañana decidió dedicarse a la tarea de fabricar, reparar y vender instrumentos musicales de cuerda por encargos. Proveedor de cuatros, guitarras, bandola llanera y bandolinas para Aragua y otras partes de Venezuela. 

En una ocasión  recibió en su casa la visita del Cronista de La Victoria doctor Germán Fleitas Núñez, con el propósito  que le fabricara un cuatro y también aprovechó para repararle otros instrumentos de cuerda a este ilustre ciudadano de las letras. Platicaron y la comunicación se ha mantenido invariable.
Nieves, reconoce que su labor de fabricante de instrumentos musicales iba en ascenso pero de repente lo arropó la prolongada crisis económica que sufre el país, y debido  al alto precio de los insumos,  especialmente de la madera,  el negocio dejó de ser rentable.

Hoy, muy a pesar de los embates por las dolencias reumáticas y de la tensión, nunca  doblega su espíritu y su entusiasmo por la música, todavía cree que ser joven no depende de las canas, y lo demuestra  muchas veces cuando despoja de la funda y pone a tono las seis cuerdas de su guitarra marca "Paulino Bernabé" o de un requinto. 
Hoy en día se entregó a vivir escasamente de los recursos  derivados de su jubilación y la pírrica pensión que le paga el Seguro Social, la cual como se sabe , ya no  alcanza para las primordiales necesidades y el sostén de una familia, como establece la Ley del Seguro Social..
No quiero finalizar este trabajo sin dejar constancia de mi agradecimiento y reconocer su amable atención, por haberme abierto de par en par -una vez más- las puertas de su residencia en Villa de Cura, aquí  donde cada amanecer le regala aliento a su espíritu. También a la comadre Maruja , a mi ahijada Mariela. Gracias  a una guitarra que me reconoció, me abrió sus brazos, acudió a recibirme y me despidió con música romántica. Esteban, mi querido compadre me dio información cuantiosa  sin lo cual no hubiese sido posible realizara este trabajo. 
A la casa que habita Esteban, para los que anhelen visitarlo, se llega caminado, marcando varios pasos desde la avenida Aníbal Paradisi buscando la Lisandro Hernández.. En esta casa siempre se comparte una satisfactoria bienvenida y nunca falta una arepa recién salida de un budare y una taza de café caliente. Cierto que no provoca irse.
La conversa fue realizada en marzo de 2017
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenaria.

 

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