HA MUERTO UN GRAN AMIGO HERMANO. Sentí una punzada muy grande en el alma cuando me anunciaron la muerte de un amigo querido, llenando de dolor mi viejo y cansado corazón. Traigo uno de los momentos compartidos que quedó plasmado en letras pero especialmente grabada en mi mente para siempre, para recordar a este inolvidable ciudadano, Que tú viaje a la eternidad sea acompañada de música. Descansa en paz, compadre...
Por Oscar Carrasquel
Esteban Nieves nació el 13 de febrero de 1938 en Villa de Cura, pueblo
cabecera del entonces llamado Distrito Zamora, estado Aragua, Venezuela. A
pocos pasos de las faldas del cerro El Vigía quedaba su casa materna, en el
barrio Las Tablitas para más señas. Sus inolvidables educadoras de primeros
grados fueron las señoritas Ligia Rodríguez y Priscila Bolívar,
maestras de la Villa de antaño, a quienes se les puede aplicar también el
título de humanistas.
Desde la infancia comenzó a despertarse en él su amor por la música. Sin
embargo nos cuenta que su andar con una guitarra lo inicia a los 14
años de edad; fue en una época de Navidad y Año Nuevo que recibió de regalo el
instrumento de su padre, un poeta espontáneo llamado don Pascual Nieves.
Recuerdo la primera vez que lo vi tocar una guitarra fue
acompañando la voz del tanguero villacurano Antonio Tamiche, que siempre lo iba a visitar en su casa.
A menudo los veía por el patio como unas garzas gemelas
.Nosotros vivíamos al lado y por entre una empalizada de alambre lograba verlos cuando se sentaban
a ensayar bajo de la sombra de una mata de Guácimo. Debió ser por ahí a
comienzos de la década del 50. Aquella vecindad nos sirvió de vena comunicante
y una invaluable amistad que fue creciendo con el tiempo y hasta yo fui el
padrino de bautizo Mariela.
Como conocedor del barrio Las Tablitas, muchas veces anduvo por sus
calles en las noches tranquilas alumbradas de la raquítica luz de los postes
del alumbrado público, acompañando con su lira a otros cantantes,
tales como Juan Nieves, Vinicio Jaén, Eladio Lovera, Pedro Ezequiel González,
José Chacín “Gardelito”, Andrés Almeida, Agustín Ascanio, José Ángel Fagúndez,
Teobaldo Parra y otros juglares.
Esteban no faltaba a las interminables tenidas de nuestra Peña Morgado, amigo
de celebraciones, o de repente dando serenatas a las damas solteras que se
asomaban en los postigos de las ventanas en los barrios de la Villa. Visitaba los
sectores de Las Mercedes y Las Tablitas.
Muy bien acompañado también debió sentirse el afamado flautista de la
Orquesta Sinfónica de Venezuela don Ángel Briceño, cuando este joven
músico Esteban Nieves, en muchas ocasiones con su guitarra salía con el
maestro a tocar en las casas que
visitaban y tomarse sus traguitos en La Villa, en San Sebastián de los Reyes,
San Francisco de Asís y Magdaleno, donde tenían grandes amistades. Pero
sus andanzas juntas no tenían límites. La idea era sentirse felices y contentos.
Barriada vieja y querida de consolidada bohemia ha sido siempre
Las Tablitas, suelo de hombres y mujeres humildes y trabajadores que
saben labrar la tierra y coser la alpargata, tierra que vio nacer a poetas,
músicos y juglares, entre ellos, a su padre el poeta Pascual Nieves... Pascual
un poeta popular. Su encuentro con textos le permitieron la interpretación y
conocimiento de leyes. Vino al mundo con una pluma fuente y una libreta
en sus manos, para dibujar con versos,
editó con recursos propios aquellas frescas cartillas de aguinaldo que
nos deleitaron en las décadas del 40 y 50, para animar los días Pascuales y de
Nochebuena.. Las cartillas de aguinaldo salían a la calle con el valor de una
locha.
Raimunda Esaà de Nieves (1900-1990) fue la mujer que trajo a Esteban al
mundo, una abnegada y bregadora matrona muy religiosa, pobre pero de bien, que
supo encaminar a sus hijos y con el pasar del tiempo se convirtió en una sombra
protectora para sus retoños. Siempre estaba allí en medio de sus ocupaciones,
cocinando, pensativa, bordando, ya agachadita por el tiempo.
Desde pequeña fue de las primeras peregrinas de la cofradía, inmediatamente
después de su creación por el Padre Jiménez y la madre superiora Enriqueta de
Lourdes. Fue toda su vida rezandera de rosarios en rituales fúnebres, cantaba y
rezaba en velorios de la Cruz de mayo y adoctrinaba a los niños y niñas para
que aprendieran el catecismo y se formaran para la Primera Comunión. Aficionada
a la repostería, doña Raimunda fabricó
el típico rúscano o aliado más prestigioso de toda La Villa en aquellos
tiempos.
Avanzando en esta conversa me vino claro a la memoria el nombre de
un noble cantante a quien se le puede endilgar el título de cantor popular,
se trata de su hermano Adrián Nieves Esáa; consecuente bohemio y excelente
amigo, dueño de un variado y nutrido repertorio musical, entonaba temas de
diversos estilos: boleros, tangos, pasodobles, joropos, merengues y guasas.
Cantaba con una voz nasal pero
cristalina. Se contaron en la familia Nieves Esáa un total de cinco
hermanos, dos hembras y tres varones, de los cuales gracias a
Dios quedan Celestina Nieves Esáa y Esteban Nieves Esáa.
Hay quien dice –por ligereza que el amor de Esteban Nieves por la música
solo era un hobby para identificarse en la barra de una cantina, para
dar una serenata y para jugar una partida de dominó con sus amigos y vaciar
unas cuantas botellitas de cerveza. Pero no. Aquello era solo un decir.
“Los Tablisónicos”, así se llamó el primer conjunto musical que formó
parte Esteban Nieves en el barrio Las Tablitas. Muy reconocido como fuerza
musical primigenia en el sector. Estaba integrado por cuatro conocidos músicos:
Esteban como director y guitarrista; Raymond Pérez, bongó; Cuzate,
maraquero-cantante y Natividad Jaspe, marimba. Salta a la palestra este grupo
amenizando fiestas bailables de cumpleaños y reuniones familiares en toda Villa
de Cura.
--"Funcionaba este conjunto y realizábamos los
ensayos -dice Esteban- en la casa de familia de Pedro Juan López, en nuestro
barrio Las Tablitas".
Poco a poco, Esteban iba tomando impulso y descubriendo los escalones de
su progreso, actuando en veladas, en sitios públicos y reuniones
sociales, hasta que promueve y funda el conjunto “Voces y Cuerdas de Villa de
Cura”, el cual integraron Carlos Parra, guitarrista; Orlando Nieves, bajista;
César Nieves, cuatrista; Raimond Pérez en el bajo; Esteban Nieves, bandolinista y director, con la
alternancia de excelentes cantantes como Danny Páez, Andrés Almeida, Freddy
Licón, Aurelio Carrasquel y Adrián Nieves. No se perdían una fiesta en pueblos
aledaños y reuniones sociales donde eran contratados. El grupo amenizó en parte
los actos inaugurales del espectacular escenario del Centro Hispano de Villa de
Cura… Me ataja y cuenta el músico:
--"En esa oportunidad alternamos con la Billo’s Caracas Boys, la
orquesta Los Melódicos y también con la “Orquesta Elegante” de Colombia que
andaba cumpliendo una gira por toda Venezuela".
Entre sus más importantes presentaciones también se cuentan las giras
cumplidas por el conjunto al hoy estado Vargas y la ciudad de Caracas. De
manera que estuvieron viajando todos los sábados durante diez temporadas
seguidas, bajo la conducción de su representante y estupenda promotora la joven
Belkys Briceño, festejando la bienvenida de turistas extranjeros que arribaban
por el terminal marítimo de La Guaira. Igualmente el grupo cumplió
presentaciones en el Hotel Tamanaco, situado en Las Mercedes, en el Este de
Caracas, alojamiento ideal para artistas y músicos que llegaban de otros
países. También les correspondió alegrar con su música las funciones
nocturnales, en la célebre Quinta Anauco en San Bernardino.
--"En una ocasión - cuenta
Esteban-entre los asistentes a una de estas presentaciones en la lujosa Quinta
Anauco, se encontraba en el público un invitado de lujo el señor Aldemaro
Romero. Recuerdo que le interpreté en la guitarra una pieza instrumental de su
autoría titulada “Quinta Anauco”; se levantó de su asiento para darme las
gracias, entablamos conversación y mostró sus deseos para que la
repitiera".
Esteban, además de ser ejecutante de la guitarra clásica es también
músico del cuatro, requinto, bandola llanera y bandolina y excelso compositor,
entre sus sentimientos le brota el gusto por la poesía, una vez se propuso
escribir una canción entre silencios, cantos de chicharra y matas de
cují, y le compuso al pueblito de San Francisco de Cara un vals en letra y
música, antes que este pueblo quedara sepultado por las aguas de una represa.
Dicha pieza fue objeto de elogiosos comentarios en la farándula. En una
oportunidad fue presentado este tema en la voz y guitarra del cantautor
villacurano Víctor Parra Rivero, con la cual ocupó el primer lugar en un
festival realizado en San Casimiro de Guiripa. Colgado en la pared delantera de
su casa se encuentra un diploma con ese testimonio y otros múltiples
reconocimientos.
Surgieron más adelante otros temas de su inspiración entre ellas “Caseda”,
una pieza dedicada al pueblo español adonde nació al presbítero Salvador
Rodrígo. Otro vals de sentimiento villacurano donde cita y realza a los personajes
de la población se titula: “Remembranzas de cantores villacuranos”.
Pero la más emblemática de todas es un tema con letra y música, solemne,
dedicado a su pueblo natal, titulada "Villa de Cura"...Dice
la letra: "Recuerdo cuando niño jugaba por tus calles...Quisiera
Villa de Cura mía/ cantarte hasta que un día me aleje".
Escucharla en la voz y guitarra de su autor, emociona; lo acosa la
nostalgia, lo invita a correr como un niño bajo la lluvia y el sol. Constituyó
un éxito rotundo, no solo en Venezuela, sino que la grabación recorre a través
de las redes sociales parte de Europa y países Latinoamericanos. Contó con el
arreglo e interpretación de una orquesta de baile española bajo la dirección de
su hijo el maestro Lerman Nieves y la producción de su otro retoño Sergio
Nieves... Y sigue un conjunto de composiciones más.
Mientras discurría el tiempo y se educaban sus hijos.
Lerman, Sergio y Orlando, por sus innumerables cualidades y su talento
ingresan al grupo coral parroquial de Niños Cantores de Villa de Cura,
creado y dirigido por la respetable y quijotesca figura del presbítero Salvador
Rodrigo.
Por cierto, Esteban en su comienzo fungió de recaudador del grupo coral. Yo lo
veía salir a recolectar de casa en casa las contribuciones espontáneas en su
carrito Volkswagen, se mantuvo ayudando y viviendo momentos
trascendentales con esta agrupación coral orgullo de Villa de Cura y de
Venezuela. Esteban es reconocido como un hombre cabal, de comprobada rectitud y
honradez. Sé que estas virtudes le vienen del fervor materno. En la
distancia del tiempo se las observo recordando las rugosidades de la piel, en los ojos
y los labios de Doña Raimunda de Nieves.
Esteban Nieves contrajo matrimonio con la villacurana María Eugenia Azuaje
de Nieves, “Maruja”. De esta unión
nacieron: Mariela, Esteban Rodolfo, Orlando, Lerman y Sergio, a los como buen padre
cuales les sirvió de guía..
Ya cuando estaba consolidada la unión en la familia (las cosas pasan en un
instante) la implacable muerte le arranca de repente de los brazos
a su hijo Orlando, dejando una profunda incertidumbre en la familia.
De manera que se da perfectamente el pronóstico de aquel poeta que escribió que
la madre es “sembradora, mártir y madre”.
En ese vaivén de la vida surgió entre sus muchachos la idea de
irse de viaje y trabajar al exterior y se fueron a España. Lerman, ya formado
como contrabajista, ejecutante de bandolina, bandola llanera y pianista. Al
igual que Sergio, saxofonista, junto con el tenor de voz clara y sonora
Francisco Flores y con otros músicos que conocieron allá fundan en Las
Islas Canarias el conjunto orquestal denominado “Caracas”. Reconocido por sus
presentaciones a través del canal YouTube y otras redes sociales en Internet.
Los muchachos se casaron, procrearon hijos, viajaron ávidos de
conquistar el público de otros mundos. Ya tienen varios años
residenciados en San Sebastián y Santa Cruz de Tenerife. Y llegaron los nietos.
Uno de los más nobles y plausibles pasos de sus hijos fue llevar
en unas vacaciones a Esteban y su esposa Maruja para que conocieran y
disfrutaran del hermoso paisaje de aquellos mares y la vida
cotidiana de las Islas Canarias. Allá aprovecharon de visitar a “Caseda”,
el pueblito del padre Salvador y otros lugares de las Islas atlánticas.
Pasear la mirada retrospectiva por la vida de Esteban Nieves es como recordar
que siendo un joven de 19 años de edad ingresó a la Estación de
Malariología de Maracay, una dependencia del Ministerio de Salud y
Asistencia Social. Se prepara en metodologías de control ambiental y
antiparasitario, enrolado en ese ejército de hombres formados por el
investigador trujillano doctor Arnaldo Gabaldón... Entre 1959 y 1960. Gabaldón
organizó la primera campaña para la erradicación del paludismo o malaria
en Venezuela, pesquisando la diversidad de patologías en pueblos
abandonados y en aéreas campesinas de difícil acceso.
Don Esteban fue durante 40 años un servidor público con verdadero
sentido de heroicidad en beneficio de la salud humana. Había que ver lo que era
subir y bajar cerros, bandear quebradas crecidas, caminar sin saber en dónde se
iba a comer o pasar la noche, lo importante era poner la vacuna y llevar el
medicamento antipalúdico, así como aplicar el dicloro definil (DDT), aunque
fuera pasando las de Caín.
En las galeras de San Francisco de Cara y La Dantica, por ejemplo, la
cuadrilla tenía primeramente que sondear bien el camino, porque allí no
era nada extraño distinguir un tigre mariposa asoleándose sobre una rama, y por
el riesgo de encontrase en cualquier rastrojo con la mapanare y
cascabel; pero eso no era ningún impedimento, había que cumplir la misión
de buscar rostros, de día o de noche, sospechosas de haber contraído la
enfermedad de Chagas o paludismo.
Entonces cabe preguntarse ¿cuál ha sido la compensación recibida
del Estado por tan nobles servicios? Por cierto, hoy todavía no han sonado las
alarmas, pero se dice que los pueblos del sur del país se cundieron otra vez de
este flagelo por el abandono de este programa.
Esteban Nieves, no solo domina el arte de tocar y componer, sino que es
un reconocido Luthierista. Después de un sueño revelador que tuvo toda una
noche, la siguiente mañana decidió dedicarse a la tarea de fabricar, reparar y
vender instrumentos musicales de cuerda por encargos. Proveedor de cuatros,
guitarras, bandola llanera y bandolinas para Aragua y otras partes de
Venezuela.
En una ocasión recibió en su casa
la visita del Cronista de La Victoria doctor Germán Fleitas Núñez, con el
propósito que le fabricara un cuatro y también aprovechó para repararle
otros instrumentos de cuerda a este ilustre ciudadano de las letras. Platicaron
y la comunicación se ha mantenido invariable.
Nieves, reconoce que su labor de fabricante de instrumentos musicales iba en
ascenso pero de repente lo arropó la prolongada crisis económica que sufre el
país, y debido al alto precio de los insumos, especialmente de la
madera, el negocio dejó de ser rentable.
Hoy, muy a pesar de los embates por las dolencias reumáticas y de la
tensión, nunca doblega su espíritu y su entusiasmo por la música, todavía
cree que ser joven no depende de las canas, y lo demuestra muchas veces
cuando despoja de la funda y pone a tono las seis cuerdas de su guitarra
marca "Paulino Bernabé" o de un requinto.
Hoy en día se entregó a vivir escasamente de los recursos derivados de su
jubilación y la pírrica pensión que le paga el Seguro Social, la cual como se
sabe , ya no alcanza para las primordiales necesidades y el sostén de una
familia, como establece la Ley del Seguro Social..
No quiero finalizar este trabajo sin dejar constancia de mi
agradecimiento y reconocer su amable atención, por haberme abierto de par en
par -una vez más- las puertas de su residencia en Villa de Cura, aquí donde
cada amanecer le regala aliento a su espíritu. También a la comadre Maruja , a
mi ahijada Mariela. Gracias a una guitarra
que me reconoció, me abrió sus brazos, acudió a recibirme y me despidió con
música romántica. Esteban, mi querido compadre me dio información cuantiosa
sin lo cual no hubiese sido posible realizara este trabajo.
A la casa que habita Esteban, para los que anhelen visitarlo, se llega
caminado, marcando varios pasos desde la avenida Aníbal Paradisi buscando la
Lisandro Hernández.. En esta casa siempre se comparte una satisfactoria
bienvenida y nunca falta una arepa recién salida de un budare y una taza de
café caliente. Cierto que no provoca irse.
La conversa fue realizada en marzo de 2017
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenaria.
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