Pedro Mejías en su carro de raspao. En fecha 29-09-2024 murió su esposa doña Genoveva Flores de Mejías, a la edad de 93 años. Nuestras condolencias a sus hijos, nietos, extensivo a demás familiares y amigos.
Por Oscar Carrasquel
Los vecinos lo llamaban "raspaero". La preparación de este delicioso helado o "cepillado" es de antiguas civilizaciones, lo introducen los conquistadores españoles. Hoy venimos a referirnos a Pedro Mejías, A evocar momentos de su vida. "Pollino", así le decían por cariño en una época cuando nadie estaba a salvo que le pusieran un sobrenombre, y él nunca se ofendía ni se disgustaba,. Lo corroboramos con una de las anécdotas que contó un amigo:
Cierto día ingresó con unos tragos a la casa de una señora que heredó el apodo de "La Burra", entró de sopetón pidiéndole la bendición. La mujer sorprendida le preguntó porqué le pedía la bendición, Pedro le respondió: ¡Es que tú eres la asna y yo el pollino!. Así era el comportamiento de este personaje que siempre andaba de buen humor. La verdad que el trajinar de Pedro Mejías en la vida no fue nada fácil, sino incansable y de mucho sacrificio.
Un hombre flaco, de cabellera abundante, que le caía de un lado de la frente, delgado, con la dentadura curva sobresaliente. Hombre de pueblo, recto, sin torcer el rumbo. Se distinguió por realizar cualquier trabajo honesto que se le atravesara para lograr sostener a su familia, de buen carácter. Fue muchos años vendedor de raspado, peón de almacén, alpargatero, botiquinero;. En los años 50 trabajó como repartidor, empujando un carretón de madera con el cual distribuía los pedidos de los almacenes para las pulperías.
Se desempeñó como mesonero, para lo cual debía de arreglarse y vestirse con ropa de sastrería y corbata, para servir las mesas en los celebres bailes del Club Social, ubicado en la calle Miranda- De paso fue mesonero del bar Savery, particularmente en celebraciones de bodas y fiestas de 15 años, siempre bajo la batuta de su cuñado Samuel Flores, uno de los barman más famosos que tuvo la villa..
Fue caletero a pulso en los almacenes mayoristas de don Manuel Melo, Enrique Piñero y don Francisco Matute Ramos. Igualmente fue dependiente del Bar Palumbo, un negocio que tenía adosado un salón de billar, ubicado por la calle Bolívar.
Don Samuel Flores, quien mucho lo apreció y fue hermano de su esposa, le enseñó el oficio de alpargatería, que desempeñó a su lado..Muchas veces lo veíamos andar por las calles pedaleando una bicicleta ring 28, entregando las docenas de alpargatas.
Un domingo decidió participar en una prueba ciclística de bicicletas de paseo, el 25 de agosto de fiestas patronales. Se metió medio "enratonado", pero cansado de tanto pedalear en una de las vueltas cayó al piso con la bicicleta encima; pero se negó que lo llevaran al hospital, solo pedía: "tráigame una chicha de Gregorio". Esto lo contaba su amigo el poeta J M Morgado en el "Cotejo Mocho".
Formó familia con su esposa Genoveva Flores de Mejías. Habitó una casa con su esposa y siete hijos (tres hembras y cuatro varones) en la calle Doctor Rangel de Villa de Cura, haciendo frente con la casa de familia de don Pedro Ezequiel González, quien fue su gran amigo.
Su especialidad era vender "raspao", frente a las escuelas, en el campo de béisbol; pero su parada habitual fue en la Plaza Miranda en la misma acera del "Cine Ayacucho", allí se estacionaba todas las tardes antes de la función de vespertina. Fue un vendedor ambulante muy pulcro, usaba siempre una bata blanca almidonada y una cristina militar color blanco.
Recuerdo que acondicionó una moto de tres ruedas con un cajón de metal donde llevaba las panelas de hielo y las botellas con jarabes de variados sabores. En definitiva Pedro, encontró en la rutina de este trabajo la mejor forma de ganarse la vida y mantenerse activo.
Como es natural el hombre envejece. Pedro Mejías murió hace unos cuantos años, pobre pero apreciado por todo el mundo,.. Nada más grato que traer el recuerdo de este personaje y darle las gracias por sus cuentos y brindarnos el sabor de sus granizados..
Oscar Carrasquel. Villa de San Luis, Tricentenaria
Fotos cortesía de la señora Genoveva Flores
diagraman por Ramón Alfredo Corniel.
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