José Chacín "El Gardel Villacurano". Foto Editorial Miranda. EXPRESIÓN 9/1994
"Tango que me hiciste mal y sin embargo quiero"
A mi amigo Ricardo "catire" Jaén, dedico
Por
Oscar Carrasquel
Con gusto y emoción. traemos a la crónica a la figura de José Chacín. El don que Dios le dio, fue la de entregarle una voz pura, privilegiada. Tenía voz de barítono. Cantante de tangos y milongas, lo que originó el doble apelativo, “Gardelito” y el “Gardel villacurano”, como se le decía. Fue un personaje popular que formó parte de aquella cordial Villa de Cura de las décadas del 50 y 60 del siglo pasado, que se nos fue en el vuelo de una gaviota.
José
Chacín había nacido en la población de Zaraza,
estado Guárico hacia 1920, Fue hijo de
doña Ramona Chacín, y hermano de doña Anita Chacín, amigas de mi mamá. Buscando la ruta del centro llegaron a Villa
de Cura en 1935, cuando aún no había cumplido los 15 años de edad, era un chico muy dinámico. Enseguida se
incorporó buscando la efervescencia de los juegos de pelota en la sabana de La Villa, ,y otras diversiones de aquella juventud de entonces.
Los estudios escolares de Chacín fueron escasos, debió ponerse a trabajar para ayudar al
sostén del hogar. Vinicio Jaén en la revista EXPRESIÓN dice que,
por penurias económicas hizo de mandadero en casas de familia
pudientes, lo buscaban para que entregara regalos de boda, y con un azafate colgado del
cuello fue vendedor de confites y maní tostado en el cine El
Corralón. A los 18 años aprendió a
trabajar de barman en el reconocido “Bar Palumbo” situado en la
calle Real (Hoy Avenida Bolívar).
Sus compañeros contaban que José Chacín, de tanto oír a Carlos Gardel, Libertad Lamarque, Sara Montiel y Hugo del Carril, en películas y en grabaciones, le fue creciendo su afición por la melodía Argentina.
Cantaba este genero musical en cantinas y arrabales, el pago era un palo de ron,. Formó parte de ese grupo de juglares, un emporio donde estaban los maestros del tango Juan Pancho Rodriguez, Vinicio Jaén Landa, Juan Bautista Alayón, Antonio Martínez, Juan Pancho Rodriguez, Andrés Delgado, Eladio Lovera, Adrián Nieves y el recordado Martín González. Acompañados de las guitarras de don Esteban Nieves, el Che Julio Martínez y Carlos Parra. Se daban cita en la Panadería El Comercio.
Se sabía un largo repertorio de los más afamados tangos de Carlos Gardel, cantaba acompañado de guitarras o a la sordina. Una de sus rutas preferidas era la Parroquia Las Mercedes, donde contaba con un grupo de valiosos amigos. Uno lo conseguía seguro en el negocio "Tango Bar" de don José Pérez. "el moreno porteño".
“La Comparsita”, “Mano a Mano”, “Las Cuarenta” “Melodía de Arrabal”, “Gira Gira”, “El Día que me Quieras”, “Amores de estudiante" "Tus ojos de cerraron”, “Mi Buenos Aires querido”; fueron tangos que gemía. No interpretaba otro género que no fuera la música rioplatense. Cantaba en actos culturales, celebraciones en familia, en la mesa de un bar, y en las inolvidables serenatas de media noche para la madrugada.
Nuestro fraterno amigo Vinicio Jaén en plan de trabajo, de vendedor y cobrador por cuotas, para no viajar solo, lo contrató como ayudante, lo montaba en su camioneta Willys, y pasaban días en el llano, pernoctaban en la población de El Sombrero, estado Guárico. En las noche después de cenar cantando y compartiendo en casas de amigos.
El maestro Críspulo Gallo, director de teatro, le habían hablado del talento del
joven cantor, le bastó con oírlo cantar una sola vez y enseguida se lo llevó para su agrupación, bajo su guía, actuaba acompañado de piano, en las veladas artísticas en el cine “El Corralón”. Sabemos que el director de teatro lo presentaba como el “Gardel villacurano”.
El poeta y locutor Vinicio Jaén lo presentaba en un estelar programa a las 8 de la noche en el espacio “Variedades Pampas”, por las ondas de “Radiodifusora La Villa”, De este pueblo que lo adoptó desde pequeño recibió las más consideradas expresiones de aprecio y cariño, por su trato , por ser un hombre sencillo y sin tachas.
Con
el paso del tiempo, extrañamente por un desencuentro amoroso se vio atrapado hasta el cuello en una congoja sentimental interminable; su voz ya no era la misma, Fue cuando eligió una conducta exagerada con
las copas de licor, como hundiéndose al fondo de un río, lo cual “lo llevó a una prematura muerte”, según contó el poeta Vinicio Jaén.
Son muchos los abuelos de aquella Villa de Cura gentil que lo siguen recordando. José fue mi amigo personal ,Gardelito vivió aferrado al tango como ninguno, recuerdo como si fuese ayer, cantaba un tango o una milonga con los brazos abiertos insinuando que lloraba,.. Con José Chacín se nis fue un pedazo del alma de bohemio..
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, Tricentenaria
Auxiliar de este blog Ramón Alfredo Corniel.
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