Cuadro simbólico pintado por Carlos Martínez "Cejota", cortesía de Ramón Alfredo Corniel
Por Oscar Carrasquel
Ya cercanos a la Navidad es bueno evocar los preparativos que hacían
los conjuntos de aguinalderos en La Villa de San Luis a mediados del siglo
pasado. En aquel entonces poco se escuchaba por la radio la gaita
zuliana.
Somos testimonio por eso lo contamos. En nuestros tiempos comenzaban a aparecer enfrente de la Comandancia de Policía los alegres aguinalderos con el tañido de instrumentos difundiendo sus coplas. Como indispensable requisito solicitaban permiso a la Prefectura del Distrito, para enseguida comenzar su recorrido de calle en calle, de portón en portón, y se estacionaban al frente de bares, restaurantes, negocios llevando la serenata navideña. Uno de sus destinos era el estudio “A” de Radiodifusora La Villa, donde eran presentados por el locutor Manuel Vicente Zapata para divertir a la audiencia.
En ese tiempo se acostumbraba pintar toda la casa, el frente y acera, se iluminaba toda una cuadra con luces de colores y bambalinas y un equipo de sonido moliendo música de antaño. Las familias fabricaban un pesebre, y colocaban vistosos arbolitos de navidad en la sala o en un rincón.
Entre los nacimientos navideños grandes y hermosos, estaba el que preparaba la señorita Beatríz Matos, con vista hacia la calle Miranda.. Otro pesebre muy bonito era montado el Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María en la iglesia San Luís Rey. La gente llegada la noche se paraba a contemplar un pesebre particular y aguinalderos, en un nacimiento casero que armaba el Sargento Mayor José Esaa Martínez, con domicilio en la calle Sucre.
Los cantadores de aguinaldo, son los propios ejecutantes de los instrumentos, quienes embellecían el ambiente con sus tonadas y versaciones.
Héctor Lombano, el popular “Casunga”, fue de los principales exponentes, creador de la típica parranda “La Flor de la Represa”. Era normal que todos los años se instalara con sus corotos en la plaza Miranda, desde los primeros días de diciembre, y como dice la canción "nos hizo temblar de alegría" . El padre Salvador hacía sonar las campanas y procuraba los regalos de Jesús para los niños.
En 1960 el señor Rufo Cuence fundó la parranda “La Verde Plateada”, en el siempre festivo barrio La Coromoto, al norte de la ciudad. Se enmarca como una de las mejores.
El negro Guillermo Alahé
“Moronta”, furruquero y asesor musical, junto con el maestro Emilio Pérez,
cuatrista, cantante y compositor, ampliamente conocidos, fueron los creadores de las parrandas "La
Ranchera" y "La Unión Sonora"; posteriormente
se agregaron otros parranderos, y entre todos creqaron una agrupación
icono con el nombre de "Los Turupiales de Aragua",
obteniendo importantes galardones.
Provenientes
del Estado Carabobo llegaban a la plaza Miranda y algunos sitios de
la población, una parranda con el pomposo nombre de “La Verde Clarita”,
símbolo de la comunidad del Central Tacarigua, reconocida como leyenda, que
después derivó en otra con el nombre de “La Rival Clarita”- También
se recuerda la “Unión Santa Elena” de Palo Negro. Otra de las
parrandas típicas que nos visitaba es “La Vencedora” de la
apacible localidad de Güigüe, estos parranderos se reunían y
alternaban en diversos sectores de La
Villa especialmente en las festividades decembrinas de nuestra “Alameda”.
De mis años escolares recuerdo que salían impresas de los
talleres de Tipografía Miranda las populares "Cartillas de Aguinaldo",
producidas por el cronista popular y poeta villacurano don Pascual Nieves, al
precio de 0.25 cada librito.
Como
se recordará en la formación de una agrupación de parranderos hay una cantidad
indefinida de músicos, acompañados de cuatro, furruco, tambora, charrasca, maracas
y chineco, hecho con tapas de refrescos.
Los músicos cantan por turnos.
Llevan como
emblema un estandarte que identifican la parranda; farol, y una estrella
fabricada de papel celofán, con una vela encendida en el centro; cada
integrante usa sombrero de cogollo y una pañoleta blanca alrededor del
cuello con el nombre y origen de la parranda.
El aguinaldo consistía en monedas de 0,25, de 0,50 y lochas, que le depositaban al cuatrista. Lo cual cambiaban por licor para afinar la garganta y avivar el espíritu. Además le servían hallacas, pan de jamón, pernil, dulce de lechoza y un trago de ron para poner a tono la garganta. Crecimos viendo los parrandos que se presentaban en los bares de La Alameda.
Pasamos de una etapa a otra..
Ahora que llegó diciembre las plazas y su arboleda son decoradas con luces de colores. Muchos años después tenemos en La Villa
conjuntos afamados como “Los Turupiales de Aragua”, “Los
Jomarcas” , “Alcides y su Parranda Show”, “Los
Serenateros”, “Generación Juvenil” entre otros más. Muy
difícil nombrarlos a todos.
Em el presente siglo entidades civiles de auto gestión, instituciones educativas públicas y privadas y organismos vinculados con la cultura, vienen promoviendo en Villa de Cura la creación de una cantidad de conjuntos de aguinalderos.
La moda hoy es una explosión de música gaitera a talento vivo, fuegos artificiales y el encendido de luces para dar inicio a la Navidad, tanto en la Plaza Bolívar, como en la Plaza
Miranda, A lo que no escapa la feria navideña de la calle Páez y la calle
Sucre.
En cuanto lo que representa la Navidad para la U.E.P.C. "Josefina Rojas Lovera", la E.B.N Teresa Carreño y otras instituciones educativas, el personal docente forma sus agrupaciones de parrandas para
seguir la tradición y permitir a los niños estar acorde con la temporada navideña y sus alegrías.
Participación de maestras y alumnos de la E.B.N. Teresa Carreño
Honor a parranderos y aguinalderos de distintas comunidades y épocas del municipio Zamora, estado Aragua, que siempre hacen su trabajo con excelencia.
Oscar
Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenaria

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