LA CASA DE LOS MATUTE PADRÓN
Por Oscar Carrasquel
En los viejos caserones que había en el pasado en el centro de Villa de Cura, como
la casa Paradisera, la antiquísima casa de los Ríos (Hoy del Santo Sepulcro). La casa de las Matos, la de doña Carlina y Dionisio Infante, la casa de Carvallo, la casa de los
Roldán; la Hernandera, frente a la plaza Miranda, etcétera, está contemplada la
identidad de nuestro pueblo, pues fueron casas que le dieron lustre al gentilicio.
Venimos a mostrar la vieja estampa de LA CASA DE LOS MATUTE, del archivo fotográfico
de nuestro amigo villacurano ingeniero Manuel Matute Padrón…Manuel es hijo de
don Francisco Matute Ramos, un comerciante nato venido de la población de Ortíz
estado Guárico, formador de un hogar con la villacurana doña Luisa Padrón de
Matute. De este matrimonio nacieron Andreina, Gisela, Francisco José (El negro
Matute), Manuel Enrique, Luís Rafael (Pim) y Luisa Cristina..Nacieron en Villa de Cura y se levantaron en esta vivienda. Vale recordar los pasos por esta casa de sus amadas hijas Virginia Matute y Zenobia Matute.
Yo tuve la dicha de conocer y de oír todas estas
voces y de saber lo que vale la amistad, y de disfrutar de aquella sonrisa y
trato cordial de don Francisco y doña Luisa, pues yo desde muchacho
frecuentaba esta gran familia. Algo que me impresionaba es que en esta casa no había perjuicios
sociales. Don Francisco Matute era un hombre sencillo y formal, un llanero de costumbre casera que
sentía gusto por los trajes de lino blanco.
Se trata de una edificación con un ambiente de
estilo colonial de la Villa de San Luis de Cura de antaño. Esta casa, según
datos que nos fueron proporcionados, en la tercera década del siglo xx fue
casa de habitación del comerciante judío Moisés Bendayán Chocrón, de dónde
proviene el actor y animador de radio y televisión nacido en esta Villa, Amador
Bendayán; posteriormente la habitó el comerciante calaboceño don Damián
Álvarez Ramos, y por último la familia Matute Padrón.
Hoy ya no está la bella casa, sino un cascarón
vacío. Lo que hay en este espacio, lo que se contempla, después de un prolongado
silencio, es un imponente edificio de paredes de cristal a medio
construir para saturar sus paredes de bloques de cemento. La casona estaba
enclavada en una de las calles principales cerca de la plaza Bolívar, diagonal
con la cerca de viejo hospital doctor José Rangel, específicamente en la calle
Miranda, en el cruce de la calle Bolívar y Villegas. En toda la esquina de la
casa, hace como sesenta años, fue abierto un local que fue laboratorio de
la Bioanalista de la UCV Andreina Matute Padrón, en la esquina siguiente la
librería de doña Mariana.
Cómo es sabido, la residencia de los MATUTE era una
casona con su fachada de arquitectura tipo colonial, con techo de tejas,
de cuartos y corredores a un lado y un
patio central sombreado de rosas de todos los matices, malangas y palmeras, que
le aportaba frescura y elegancia a su interior. Destacaba a la entrada un
portón doble de madera y a la salida su amplio zaguán y ante portón.
Además mostraba la grata sombra de sus salientes y anchos aleros y ventanales
de postigo. Doña Luisa siempre tertuliaba desde la ventana con los transeúntes
conocidos.
La Villa poseía en su casco central urbano
algunos caserones que hemos nombrado con estas mismas características, la
mayor parte sufrieron graves mutilaciones o fueron desaparecidos por completo,
aparentemente por interés comercial. Y para otros, en aras de la
modernización de la ciudad… ¡Ah! qué bella se vería nuestra ciudad ya
tricentenaria si pudiéramos mostrar al visitante el rostro original
de la vieja comarca con sus edificaciones de estilo colonial, con sus caserones
igual al que mostramos en la gráfica de la Villa de Cura de antaño.
De esta desaparecida casa que fue residencia de los
Matute Padrón, ya no va quedando sino historias, leyendas y huellas del pasado
que ya no existe. Leyenda porque uno escucha tantas veces nombrar LA
CASA DE LOS MATUTE.
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, mayo 2022
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