UNA DESPEDIDA AFECTUOSA
Y CÁLIDA
Oscar Carrasquel
La escritura de estas cortas líneas
tienen el propósito de expresar el profundo dolor que nos produjo la repentina
desaparición física de Aníbal Pérez Santodomingo, hijo dilecto de nuestro
querido amigo Aníbal Pérez Zamora, cuya escuela de experiencia, de probidad, de
trabajo la sembró en él. El apego definido, entre bendiciones y el sentimiento de su mamá doña
Carmen Cecilia Santodomingo de Pérez, que lo trajo al mundo el 15 de
septiembre de 1976, se le fue su vida para siempre. Como es sabido, Aníbal era
uno de los sobrinos de nuestro amigo Pancho Pérez Zamora.
La hora suprema cuando
se termina la existencia y hasta el aliento se escapa con el viento por los
ventanales del alma. El supremo instante en que el corazón se convierte en un
erial de sentimientos, y los ojos en un río de lágrimas.
Aníbal Pérez sabía
caminar por ese duro sendero que es la
amistad verdadera, no se economizaba momentos para hacer amigos. Lo comprobé
allá en su negocio donde tuve el gran placer de conocerlo. Y en la cantidad de personas de aquí y de fuera que se volcó a la calle para acompañarlo en su viaje final. Porque sin duda alguna, el afecto y la
amistad, es también lo que nos une a ese cordón umbilical que es la tierra que
nos vio nacer, crecer, soñar y amar, y a cuyo abrazo eterno hoy devolvimos su
cuerpo. Se nos fue un joven muy villacurano, querendón y querido de su pueblo. Así como ha sido todo tiempo la vida de su entorno familiar,
Estar en Dios su alma
es lo que nos llena de plenitud. Descansa en paz Aníbal.
La Villa de San Luis, 9 de agosto 2023
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