ALLÁ VIENE EL LOCO POR LA CALLE REAL...
Por Oscar Carrasquel
Desde hace mucho tiempo conocemos a este carismático personaje que responde al nombre de Ramón Alfredo Corniel , es un hombre necesario en nuestra comunidad, es como un árbol que da sombra y cobija, conocido en el ámbito cultural y refugiado en el humor , a veces lo vemos caminando la calle como un pez dando pancadas en la superficie del agua, como una mariposa de fulgurantes colores, pero es un personaje auténtico, culto y sencillo, sobre todo presente en todas las celebraciones importantes que se realizan en la festiva calle Páez de Villa de Cura
Sale a los desfiles con un clásico vestuario a la antigua, ajustadas elásticas, larga patillas, zapatos de dos tonos y con una camarita sobre la cabeza, de las que se usaban antes. En la Caracas vieja quien salía a la calle sin su camarita era tildado de loco. Después de tan refinada vestimenta, mientras espera la gente la música, se cambia de ropa grasienta y rostro maquillado,.
El tema escogido para la nota es para resaltar sus cualidades artísticas y calidad humana; entendemos que fue muy amigo de Juan Bautista Alayón y juntos fundaron una asociación que reunía a un grupo de artífices de la ironía, que parecen locos de verdad la cual se llamó Asoloza, (Asociación de Locos de Zamora) que tuvo su propia sede donde ellos se daban un abrazo en familia, no solamente para salir el 28 de diciembre, día de los locos, sino todos los demás días del año, y los sábados por regla general solían reunirse en la Panadería El Comercio.
Para colmo, un día estaban reunidos recostados de una pared de la vieja casa de la calle Comercio, y Juan Bautista Alayón en una de las conversaciones susurraba que Ramón Alfredo con el paso del tiempo iba a ser la próxima persona que iría a simbolizar al personaje de Loco Lindo, y por eso, ese mismo día allí hubo un brindis amenizado con tangos con música argentina grabada.
Corniel no se puso colorado le gustaba la idea, además tenía cierto parecido con el loco. Y una vez que despareció Alayón de su pueblo querido. Nadie lo creía, comenzó a aparecer el nuevo Loco Lindo en la calle Páez y en la calle Real, en el propio centro de la plaza Bolívar y la plaza Miranda, repleta de niños de todas las edades, en los desfiles de las escuelas, en la radio y en todos los espacios donde el loco frecuentaba. Para todos los ambientes lo invitan.
Le correspondió salir en las fiestas tricentenaria y en las fiestas patronales de nuestro pueblo, en carnaval, y la gente salía a oír el grito que dejaba su perolero cuando la calle estaba en silencio, y a gozar con su sonora y fresca palabrería tan clara como el agua cristalina de un tinajero. Siempre tiene la costumbre de salir con una carterita visible en el bolsillo del pantalón para saborearla de vez en cuando. Con todo ello había cumplido lo que le había prometido en su juramento. Es vecino de nuestra calle Páez. La voz del pueblo que graba todo lo confirmó como Loco Lindo II. Hay que tener en cuenta que las cosas de estos hombres parece que se heredan como un bien.
El loco SOTA, que hizo historia por allá en los años 40s, tampoco Loco Lindo Alayón, no dejan de patinar con la historia menuda. En una lectura que hicimos en la Casa de la Cultura de Villa de Cura nos faltó darle vivas a Corniel, el reemplazante, con su pintoresca versión, para hacer reír y alegrar el espíritu.
En cuanto a celebraciones, amigos, y gente que nos visitan dicen: “para el loco Alfredo lo que pida en la barra, hasta el viejo obeso Old Pard, para que brinde por la vida”.
Oscar Carrasquel, 10 de octubre 2023
Excelente: Loco Lindo redivivo...
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