Por Oscar Carrasquel
Sabemos que la muerte es un hecho natural. Que
toda muerte es dolorosa, fuerte. Más amarga es para quienes sufren la ausencia
para siempre de un ser querido. La nostalgia que uno siente es de solidaridad
con alguien que ni siquiera conocemos de trato a villacuranos de pura cepa. Hace poco murió la
esposa del conocido Maestro Agustín Gil Fueron 25 años compartidos los que permitió Dios Quién sabe cuánto esfuerzo y sacrificio hizo y luchó por su salud,
finalmente falleció su amada compañera sentimental y abnegada educadora con
experiencia de aula Tania Centofante de Gil, a la que le dedicó todo el amor,
cuyos latidos ya no resonarán más en su pecho, ni su risa en los oídos de sus
hijos, que fue su gran don, ni se oirá en los espacios mimados por ella. Todo ese panorama cambió. Siempre hemos escuchado que, detrás
de un gran hombre siempre hay una gran mujer. Sus cenizas serán honradas.
La crónica viene a registrar en Villa de Cura otra
muerte de dolor colectivo y esa es una de las razones por la que vengo a
escribir esta lineas. Hace un momento recibimos la noticia de la muerte de
doña Columba Loreto. Cómo olvidar que era amiga presente en el afecto de la
profesora Gilda, mi hija. Que hizo de la iglesia católica manos tendidas para
la evangelización de los habitantes de esta querida Villa de San Luis .
Organizadora del Templo en tiempos de Peregrinación de la madre de Dios bajo la
advocación de la Virgen María de Lourdes y la Procesión del Santo Sepulcro.
Además, trabajando en la congregación en la grata compañía de las Lourdistas en
la convocatoria para impartir los más elevados conceptos religiosos. En este
sentido debemos apuntar que su entrega no era de tipo ocasional sino de todos
los los días del año. Tenía una gran capacidad para convocar a los fieles a oír la
palabra en la fe de Nuestro Señor Cristo durante la Eucaristía, enseñar y preparar a
cientos de niños para el catecismo para que luego hicieran la Primera Comunión.
Dios la constituyó junto a la religiosa doña Mariana Ramírez de Storacci para que le
dieran servicio espiritual a la comunidad y fundaran la congregación católica
del sector Sanabria Méndez.. La señora Columba Loreto era
Cofrade adorando y amando a nuestro Padre Jesús Sacramentado de la Parroquia San Luis Rey de Francia.
Con una ejemplar vida a favor de las personas
necesitadas y la dádiva espontánea. Con un profundo dolor espiritual le decimos
adiós hoy que la Divina Providencia la llevó a contemplar el rostro de Nuestro
Señor Jesucristo. Doña Columba Loreto seguirá siendo un símbolo y un
ejemplo para la Iglesia Católica. Que en la paz del Señor descanse su alma.
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís,30-11.2023
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