lunes, 16 de septiembre de 2024

LAS HERMANAS POLEO ADALIDES DE LA EDUCACIÓN INICIAL

 



                                   Por Oscar Carrasquel

 

Ha sido reiterativo oír hablar  sobre  la calidad de la educación  actualmente en Villa de Cura, y del "porqué" ahora  los muchachos en la Escuela Basica publica  reciben  clases  solo dos días  a la semana (dos horas de dosis)...El no encontrar repuesta a ese “porqué”, nos obliga a desarrollar estas breves reminiscencias de hace tres cuartos de  siglo atrás, desde cuando se crearon aquellas escuelas que recibieron el nombre de Escuela Unitaria, incluso, aquellas privadas que fueron establecidas en un salón de una casa de familia.  Autorizadas por una ley y su reglamento. que fueron un éxito, atribuido a la inteligencia del maestro  Luís Beltrán Prieto Figueroa. 

Debemos ponderar positivamente la dedicación de las maestras, que tuvieron que cumplir un maratón de doble turno, un menú de tres horas en  la mañana y volver dos horas en la tarde,  teníamos los muchachos que asistir a clases  dos veces al día.

El ejemplo claro lo tenemos en la escuela fundada por las hermanas Poleo, que abrieron en su domicilio, la cual estaba ubicada en el barrio Las Tablitas,  al final de la calle Bolívar y Villegas, en el cruce con la calle Guárico, en lo que se ha dado en llamar la Caja de Agua.

Las hermanas Poleo respondían a estos nombres, la niña Jesusita Poleo y la señorita Miguelina Poleo. El pago no pasaba de dos bolívares mensuales,  un lápiz mongol y un cuaderno de dos rayas que debía llevar el alumno. Fueron mujeres que lucharon con fuerza de voluntad y las ganas que se llevan en el corazón.. Cómo sería el temple de esas maestras Preceptoras, que parcialmente conocían el proceso educativo del ME, algunas apenas poseían  un Certificado de 6to grado,  su emprendimiento fue por el amor a  los niños y su formación. Se aprendía  a leer correctamente, a escribir, matemática, ortografía  además de otras materias como es la urbanidad y el contexto básico de la historia.

Es bueno recordar que en el proceso de inscripción del nuevo año escolar en septiembre, el muchacho era admitido por la Escuela Federal Graduada,  para el aula de 3er grado de una vez, en virtud de que  iban bien formados moral y cívicamente. 

Entre otras de sus labores cotidianas, {as Poleo  daban clases de catecismo a hembras y varones, para que hicieran la Primera Comunión. Era una familia muy católica. Hace falta mencionar a  Pedro Pablo  Poleo,  que se caracterizó como dirigente de Copey y gestor de un despacho de abogados.

En esta casa ancha se veneraba  a la Santísima Virgen Rosalía de Palermo. La talla no llegó producto de una compra, vino de la familia Matos, que la donaron junto con el altar a la Niña Jesusita Poleo, la imagen era adorada en la vida familiar y por el creyente cristiano del entorno. La señorita Miguelina Poleo sabía el oficio de costurera. Le dedicaron tiempo a la artesanía. Ellas fabricaron las muñecas de retazos de trapo, en esa etapa difícil de poder acceder a una muñeca de las que caminan y lloran.

Estas indagaciones se originan buscando en la memoria de testigos excepcionales, que  cimentaron su educación y la de sus familiares en la escuelita de las hermanas Poleo, y todavía llevan la institución educativa en su corazón. Son tantos los abnegados villacuranos  que desfilaron por este colegio, cuando andaban por los ocho años de edad, entre tantos mencionamos a Gladys Ybarra Ortega, Salvador Carrizales, Trina Carrizales, Lucía Carrizales. 
Son tantas las veces que hemos oído nombrar a la Niña Jesusita Poleo, directora de la escuela con un conjunto de cualidades, que la podríamos definir como una leyenda de la educación inicial en Villa de Cura.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenaria
Foto y recopilación de información  Ramón Alfredo Corniel 

 

 

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