Portada del libro "De Guaramal a Garabato"
Para recordar que estoy pasando por breves quebranto de salud corporal, aun así, he leído y releído tu libro titulado ”De Guaremal a Garabato”, con presentación realizada por el laureado poeta Antonio Trujillo. De ti José, he leído poesía, columnas periodísticas y ensayos, pero ahora se trata de un libro. Ese canto convertido en letras que obtuvo el primer lugar en el Segundo Concurso Nacional de Literatura Oral “Antonio José Torrealba”, promovido el año 2019 por la ilustre institución Casa de las Letras “Andrés Bello" de Caracas.
Tengo necesariamente que expresarte a través de esta nota, unas sinceras palabras de felicitación, porque considero que con su edición coronaste otro éxito editorial.
Así fue como te propusiste contar la vida de tu padre, quien tuvo
la osadía de vivir y mantenerse en la época de la
barbarie del régimen gomecista, cuando los hombres que mandaban en las haciendas eran empleados
de caudillos, con trato inhumano a los esclavos, y un lenguaje soez similar a los cuarteles. el muchacho Iba de una hacienda a otra, y lo mismo.
Agustín Sánchez trabajó sin descanso desde que era un muchacho en múltiples haciendas, sufriendo en carne propia la explotación y vejámenes de caporales. Un ser humano acostumbrado a las diversas labores de campo y la sabana. Todo el bagaje de su periplo y sus recuerdos pertenecen a los años de su juventud allá en Guaremal, que paso a ser un caserío del municipio Guaicaipuro, estado Miranda.
Por supuesto, he encontrado datos muy importantes en esa narrativa por lo detallista de su lenguaje y la forma tan coloquial de sus expresiones. Tambien dejó su huella en la hacienda azucarera “Ingenio Bolívar”, en San Mateo.; Allí entrenaba un campeón de boxeo de la época llamado Simón Chavez, apodado “El Pollo de la Palmita”, y el joven Agustín lo acompañaba en sus entrenamientos.
Don Agustín habla de las paradas para salvarse trabajando como dependiente en pulperías de varios hatos, en las cuales los que acudían pagaban con fichas, y demás hechos que le sucedieron. No obstante su edad casi centenaria poseyó una mente súper rápida y lucida..
De modo pues, don Agustín Sánchez fue un hombre serio, formal, disciplinado, sin escuela, le gustaba echar cuentos y tararear canciones en el esparcimiento de su trabajo; pero aun así supo definir lo que fue su vida. Tan comunicativo que su narrativa se enmarca en el traje de lo que podría llamarse “literatura popular”.
Dicho relato lo iba recogiendo su hijo José en un grabadorcito de periodista, para que después abriera campo a la literatura, y una reconocida empresa editorial la ofreciera a los lectores en un libro.
En esta oportunidad el autor del libro "Guaremal a Garabato", nuestro compañero
escritor y poeta José Sánchez Arévalo, nos presenta ese estudio biográfico, oralmente salido de su padre, es decir un coloquio entre padre e hijo. La tertulia fue llevada a un casete para que naciera esta obra de la literatura venezolana, sobre una vida de tantas vicisitudes que quedó muy adentro del corazón de su hijo José´Sanchete Arévalo, autor de ese trabajo..
Al parecer, llego´el momento que su peregrinaje terminó, no había
cumplido los cuarenta cuando Agustín se estableció en Garabato, en el sitio ya había sido fundado el pueblo de
San Francisco de Asís, el cual hizo suyo y mucho se le estimó hasta que se fue al cielo, de aquí figuran los apellidos Sánchez Arévalo, que lleva su hijo José y otros hermanos.
En un imaginario epígrafe en el cementerio viejo de San Francisco de Asís podría leerse lo siguiente: "No me dejen reposar en este lecho, lleven mis cenizas al campo, para que retocen con el viento".
Así pues, poeta José, finalizo estas palabras breves llenas de afecto, que en verdad, no tienen sentido de crítica literaria, que nunca utilizo.
Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, tricentenaria.
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