lunes, 18 de noviembre de 2024

¿QUÉ SE COMPRABA?

 


Foto colección Ramón Alfredo Corniel


 ¿QUÉ SE COMPRABA?

 

       Oscar Carrasquel

 

Utilidades y Vacaciones

Estas dos palabrotas  

Cuando llegaba diciembre

Se oían hasta el cansancio

 

Hoy las quiero refrescar

Sonaban en otros tiempos

Cuando llegaba Navidad

 

Se pintaba toda la casa

Por dentro y por fuera

Con la pintura perfecta

Para despedir el viejo año

 

Se estrenaba ropa nueva

Y se cambiaban los cachivaches

Lo viejo se regalaba

 

Un juego de cuarto,

La licuadora, un ventilador

juguetes para los muchachos

la nevera, el escaparate,

Y el juego de comedor

 

Te cabía en la cartera,

o en el bolsillo de atrás,

la mitad, -más o menos,-

de lo que ibas a comprar

 

El árabe, empezaba a sacar cuenta,

Sin nada preguntar

El saldo no te preocupes

a crédito lo vas a pagar

 

Pedir una rebaja

Era una  costumbre constante

De todo marchante

 

¿Cuánto es lo menos, paisano,

que todo eso me  vas a dejar?

Como pancada de ahogado.

 

El árabe apelando a su astucia

Con una voz 

como queriendo llorar, te respondía,

 “Bierdo paisano,

hermano, yo va quebrà”


Todo  cabía en el cajón

en una vieja Pickup Ford

Para regocijo del cliente

el comerciante lo llevaba a casa

 

Finalmente, en cada talón de cobro,

que te pasaba semanal,

al margen te colocaba

Una infalible anotación

 

“No se abre cuenta nueva

sin haber pagado la anterior”.

 

 

 

martes, 12 de noviembre de 2024

HACE 33 AÑOS EL POETA OMAR GUTIERREZ PASó A LO INFINITO

 

 En la foto, en camisa, el poeta Omar Gutierrez,  en la portezuela del avión, tomada cuando emprende su fatídico viaje a la ciudad de Puerto Ayacucho Estado Amazonas.


Por Oscar Carrasquel

 

Con las huellas  de la tristeza intactas, vengo a refrescar que han transcurrido 33 años  de la ausencia física de esta joven figura de la literatura venezolana, nacido en este pueblo en vieja época, el cual  llevó por nombre Omar Francisco Gutiérrez Peña. Henos en la disposición de traerlo hoy  a la crónica, para recordar algunos pasajes de su corta vida, en homenaje a su memoria y a su creación como patrimonio cultural. No soy dado a hacer una evaluación  o crítica literaria, solamente pretendo  levantar el telón sobre las cosas memorables  de su existencia.  

Supe por su madre que, desde temprano se le notó una natural definición por la poesía, y le fascinaba recurrir a la acción de la lectura. Unido a esto, sus afanes por la literatura y  el interés por sus estudios  de quien siempre fue un joven estricto en su carácter. 

Había nacido el poeta Omar Gutiérrez Peña en Villa de Cura el 02 de julio de 1968, fueron sus padres el guariqueño, de Cazorla, Omar Gutiérrez, su mamá Yvoni Marbella Peña, licenciada en educación, nacida en Villa de Cura, viuda de Gutiérrez. La familia Gutierrez Peña habita una modesta vivienda ubicada en  la calle Juan de Dios Agraz, de esta histórica ciudad aragüeña. Aún perteneciendo a otra generación  conocimos de Omar su tendencia por la superación. Me ,acuerdo que por esas cosas revertidas de cariño, en el seno del hogar, desde que era un niño comenzaron a  llamarlo "chito", tal como le conocimos.

Con sus padres Yvoni y Omar y el abuelo materno don Pedro Ezequiel González, mantenemos una buena comunicación, les hemos considerado siempre con lo mayor de los afectos.

Es fácil imaginar que, aquellos que fueron sus  entrañables compañeros de letras lo recuerdan con acendrado cariño. En su terruño natal consolidó un equipo cultural amplio con otros poetas como Rosana Hernández, Aly Pérez, Ingrid Chicote, José Sánchez Arévalo, Leopoldo Guevara,  J, M, Morgado. Fernando Olivo, entre otros.

Omar o “chito”, fue siempre un ser de contextura delgada y de breve estatura.  Aprendió sus primeras letras y la educación básica en la Escuela Arístides Rojas, y concluyó sus estudios de bachillerato en humanidades en el Liceo Alberto Smith de Villa de Cura,  desde este centro  comenzó a participar activamente en hechos culturales y de ruidos estudiantiles.

La Villa de Cura estoces no era la grande y bulliciosa ciudad de ahora, sin embargo en su Liceo comenzaban a darse las luchas estudiantiles. Omar, mereció las mejores distinciones y halagos de sus profesores desde sus comienzos, esta afirmación lo pueden corroborar quienes fueron sus compañeros de estudio. Llevó una vida bastante noble y sencilla, figúrense que hasta escribía los testamentos de Judas el Domingo de Resurrección en Semana Santa.

Recién graduado de bachiller se inscribe en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela. En la U.C.V destaca entre los cursantes de su misma carrera, y buscando la cima de sus aspiraciones, comienza su participación en las diversas actividades culturales que se desarrollan en La Casa que Vence la Sombra, fundamentalmente actuando como Titiritero, entrando a formar parte del grupo de Titeres “Cantalicio”.. Al mismo tiempo participaba en talleres y recitales de poesía  y en festivales de artes  en el auditorio del Aula Magna UCV. 

En Caracas se inscribe para seguir cultivando su talento en la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG). Sus estudios siempre estuvieron ligados con el oficio de la poesía . Además de estudiar 4to año de Derecho,  cursaba el 6to semestre de Literatura y 2do semestre de Artes.  

Nada le fue fácil, aunque en esa época los sectores mas vulnerables tenían acceso a universidades reconocidas. Se entiende que los padres podían  cubrir los gastos de residencia estudiantil y los estudios de sus hijos, así contara con pocos recursos.

Omar Gutierrez surge entonces como escritor de excelentes cualidades, lo encontramos como columnista de la  revista “La Espada Rota”, y fue factor prominente de la revista literaria “Hipocampo”, donde escribió poesía, prosa y columnas periodísticas, y también sobre Artes. Su obra poética  aparece en otras obras literarias tal como “Hojas de La Comarca”, el primero de ellos, editado por La Casa de la Cultura de Maracay; entre los que publican en esta obra se encuentran figuras importantes de las letras como los poetas Efrén Barazarte, Carlos Delgado, José García y Omar Gutiérrez. 

También hay que agregar una antología poética cuya obra se intitula “El Hondo País de los Ausentes”, en donde se juntan insignes poetas venezolanos de hondo conocimiento como Miguel Ramón Utrera, Agustina Ramos, Aly Pérez, Augusto Padrón, Zoraida García, Ely Galindo, Manuel Peñaloza Fernández y Omar Gutiérrez, en una edición de la Fundación Editorial "El Perro y La Rana". 

La carrera literaria y la característica del poeta Omar Gutiérrez Peña, ya ha sido estudiada, analizada y reconocida, ante todo, por un grupo dentro del conglomerado de sus compañeros de letras, que compartieron con él en la Universidad. 

La muerte le llegó temprano a interrumpió sus sueños. El joven poeta Omar Gutiérrez falleció el 01 de diciembre de 1991; recién había cumplido 23 años de edad, en una absurda tragedia, que acontece cuando cumplía una gira con el grupo de Títeres de la Universidad Central de Venezuela, que iban de gira al estado Amazonas. 

En la población de Puerto Ayacucho capital del estado Amazonas tuvo lugar la tragedia.  La noticia repercutió especialmente en La Villa . Una muerte distinta habría sido mejor a pesar de lo cierto que es el destino. En un sentido general, el joven Omar lo que  necesitó fue más tiempo para vivir y soñar. 

Quien escribe vivía en Puerto Ayacucho, pero la comunicación dificil  y la información nos dejó a todos confundidos.

Tal hecho truncó la vida de un joven intelectual, como ver caer la hoja tierna del árbol, cuando se encontraba rindiendo una meritoria labor dispuesto a seguir adelante. Una sentida manifestación de duelo fue las exequias del poeta Omar Gutiérrez. Un sentimiento de inmenso dolor para sus padres, abuelo, hermanos y demás familiares y amigos, con los ojos y el alma entristecida. Igualmente fueron publicadas varias notas de duelo por sus compañeros de letras en Caracas. En realidad, la vida es un tiempo que comienza y lógicamente no sabemos cuando termina el tiempo. Que su alma descanse en paz eternamente..

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, diciembre 2024

Auxiliar de fotografía Ramón Alfredo Corniel.

 

lunes, 11 de noviembre de 2024

PROFESORA YUDITH DE RIVAS CONDUCTORA DEL PROGRAMA "LA ESCUELA QUE QUEREMOS"


En obligado receso se encuentra la profesora Yudith de Rivas, creadora y conductora  del programa radial  LA ESCUELA QUE QUEREMOS, según su eslogan, sin educación no hay luces.  Ella,  actualmente se encuentra sufriendo de delicados quebrantos de salud. Da dolor que los maestros  no cuentan con un  sistema de protección económico social, en consecuencia queremos hacer del conocimiento público, que la educadora Yudith de Rivas, jubilada del magisterio fue recluida en el Asilo Santo Domingo, bajo el cuidado y abrigo de las Hermanas Catequistas de Lourdes, y de damas voluntarias entregadas a su hermosa labor.


Profesora Yudith de Rivas foto corregida por laboratorio Ramón Alfredo Corniel


Por Oscar Carrasquel
 

La profesora jubilada Yudith Rivas es una de las conductoras del muy oído programa La Escuela que Queremos, con una gran aceptación por la audiencia, el cual se trasmite los días miércoles  a las 9 am por las ondas de Artesana 105 5…La primera emisión de este programa  se produce el 2 de agosto de 2023, pero el proyecto tenía  ya dos años en estudio, lo preparó asociada con don Alexis Guevara Pérez, conocido locutor y analista de estrategia psicológica.  

Involucrado  a dicho plan   un equipo muy bueno de profesoras pertenecientes a la Asociación de Maestros Jubilados del Municipio Zamora (AMEJUP). En este sentido forman parte del equipo productor del programa las profesoras  Yudith Rivas, Yurima de Martínez, María de Goitia, Milagro Almenar de Pérez, Haylee de Avilán y Rosa Morales de Martínez. “El programa simultáneamente se trasmite por la emisora Orbita Estéreo, Online Streaming e Integran, asistidos por el periodista Daniel Lugo Pineda”. Es de hacer notar que en  la idea de La Escuela que Queremos, brilla también  la inspiración de la profesora Cecilia Pérez Santodomingo.

Tal como lo manifiesta la profesora Yudith, desde hace tiempo confronta problemas de salud, sin embargo es una persona activa. Los miércoles sale temprano de su casa para estar al frente de los micrófonos de Radio Artesana,.

Cierto día, estando en Residencias La Romana, tuvimos la oportunidad de verla subir tres pisos, para dirigirse hasta los estudios de Radio Artesana. Obviamente ya dejó de ser tan ágil, no habla tan fuerte como en las mocedades (pero querer es poder). Yo siento emoción verla tomando impulso, empuñando  un bastón de aluminio  para subir las escaleras del edificio La Romana, con lo que muestra su fortaleza y capacidad espiritual. Siempre gozando del cariño y el aprecio de la gente con tantos amigos que la quieren. Muchos la custodian.

En un radio de batería, en los bancos de una panadería nos aplastamos a oír los planteamientos esbozados por la conductora de dicho programa, moderado  conjuntamente por el entusiasta Alexis Guevara Pérez. Muy categórico este panel de profesionales en la descripción rememorativa  y el recorrido que hace por diversos tópicos relacionados a la educación en nuestros centros. Una conversación amena en donde se puede apreciar sus orientaciones y saberes pedagógicos, en torno a la familia, el trabajo, el estudio y sobre el programa de  alimentación  de comedores escolares, y la necesidad de inculcar valores al alumno, de enseñarle el amor a Dios y al prójimo. Con un alto concepto de lo que es la formación moral del educando y su comportamiento en el núcleo familiar y su papel en la sociedad.

La profesora Judith Rivas tiene una memoria prodigiosa, a través de su cultura nos responde una pregunta por medio de audio: “A pesar de mis problemas de salud,  hemos reunidos Alexis Guevara y yo un equipo para trabajar en esa dirección, para eso tuvimos que armarnos de un gran esfuerzo. Este programa denominado “La Escuela que Queremos”  está lleno de sentimiento, el anhelo más grande de mi vida, por él he trabajado mucho lo cual es también un producto de Dios. La escuela que soñamos basada en el amor, responsabilidad, honestidad y sinceridad, rodeada de estos valores que se conjugan podemos llegar a esa escuela que queremos, a lo mejor nosotros no lo vamos a ver, pero nuestro descendientes sí. La educación es el génesis de todo cambio en el ser humano, cualquier país que organice su comunidad de esa manera, ese país saldrá adelante, de lo contrario seguiremos a la saga de todo  proyecto a nivel mundial. Debemos tomar en cuenta que la escuela comienza en el hogar, la educación que parta de allí es fundamental. Fíjense como se enlaza la nutrición con el nivel cognitivo del niño desde la lactancia materna hasta la educación inicial. Y lo  que tiene que ver con la parte socioeconómica y cultural de la familia. También afirma que, es muy importante llegar a un espacio que permita en el futuro crear la Escuela para padres y representantes.

Yudith nació en Villa de Cura el 17 de enero de 1957, hija de Ana María Rivas y Alfonzo Roa, fue criada bajo el manto de su abuela materna Agripina Rivas Sánchez. Cursó educación primaria en la Escuela Simón Rodríguez de Villa de Cura, cuando eso fue su directora  la profesora Caridad Villasana, bajo la orientación recibida de su inolvidable maestra de gran vocación Belén Varganciano Ybarra. 

Estudió bachillerato, los dos primeros años, en el Liceo Juan Antonio Padilla y se graduó de bachiller en  julio 1975 en el Liceo Juan Germán Roscio, ambos ubicados en la ciudad de San Juan de los Morros. En el UPEL de Maracay  obtuvo la licenciatura como Profesora en Ciencias Sociales y Magíster en Educación Superior Mención Investigación.

Laboró en el Colegio San Luis Rey  APEP, desde 1981 hasta el 2006, donde comenzó dictando la asignatura de Formación Social  Moral y Cívica... Fue profesora de Técnica de Oficina en la Escuela Artesanal de Villa de Cura. Igualmente formó parte del personal docente en el Liceo privado “San José” de la ciudad de Cagua.

El 30 agosto el año 1975 cambio su vida. contrajo nupcias con José Teodoro Carrillo Cardozo, lamentablemente  fallecido el 21 enero 2016,  proveniente de los Carrillo  radicados en la  calle Carabaño de La Villa,  de donde salían trajes y liquilique hechos a la medida y por encargado de la Sastrería “El Deseo” del italiano don Giovanni Donarunma,  de esa estirpe era su esposo. Formaron una linda familia. Producto de este matrimonio vinieron al mundo tres hijos,  Laura Alejandra Carrillo Rivas, Marcelis Lourdes Carrillo Rivas y  Gerardo Carrillo Rivas.  La dedicación al estudio fue el norte recomendado a sus hijos.

Otro de sus atributos es el ejercicio y cultivo de la amistad. En su pueblo natal educó a diversas generaciones de aquellos tiempos. Yudith Rivas es persona religiosa, católica practicante, de una extraordinaria sencillez, saluda con una dulce sonrisa natural a flor de labios. Siempre se ha caracterizado por su vocación a la actividad educativa y cultural,  y por el apoyo incondicional que les dispensa a sus colegas jubilados. De vez en cuando se reúne con ellos y lo disfruta. La observamos hace poco con fuerza espiritual, en un acto de masiva asistencia de maestros, desplazándose bailando un pasodoble en la casa de la profesora Ana Ovalles de Vásquez, en el conjunto residencial  “La Jabonera”.

Se dedicó entonces a producir junto con Alexis Guevara Pérez este programa radial para exponer diversos conocimientos de interés social. Ella es una referencia predominante a favor de la educación, en tal sentido merece el reconocimiento y admiración de nuestra ciudad por su esfuerzo de tantos años de trabajo.

Resta decir que sus, ex alumnos, sus colegas educadores, contertulios, dan fe de  su laboriosidad, lo cual es compartido por todos, convencida que “Si se puede tener la escuela que queremos

viernes, 8 de noviembre de 2024

¿ QUÉ SIGNIFICA DARLE UN “PALO A LA LAMPARA” DURANTE UN BAILE DE JOROPO ?

 



                                    Por Oscar Carrasquel 

Hasta ahora el crédito de esta frase ancestral de "darle un palo a la lámpara" se le atribuye al diccionario del folclor venezolano. En mi juventud se escuchaban muchas vivencias entre las personas mayores que iban y regresaban de  un baile de joropo,  cuyo jolgorio  se celebraba los fines de semana en el pueblo de Villa de Cura y sus inmediaciones. Se oía contar anécdotas sobre las incidencias ocurridas durante la fiesta, entre ellos el famoso "Palo a la lámpara"

La verdad es que  llamaba mucho la atención este  incidente  muy común  en el avance de aquellos bailes de "Joropo Aragüeño". El baile se realizaba  en cualquier casa de familia de la población, vengo a referirme a  Las Mercedes, Los Colorados, La Represa; en  Malpica del Toro, El Pao de Zarate,  El Cortijo, Santa Rosa del Sur; en Garabato, con la participación de los más reconocidos arpistas, cantadores y bailadores de joropo de la época. Fueron muchos los bailes de joropo  en casa de don Pedro Pérez Agraz, en la calle Comercio, frente a la barbearía de don Luis Manuel Botello..

 Hasta  se solía afirmar que, no había fiesta de joropo, donde no ocurriera ese  enfrentamiento llamado por la cultura popular “El palo a la lámpara”. Debo recordar que yo tuve un amigo en Las Tablitas que se llamó José Gregorio López, apodado “chanquilón”, que fue experto bailador de joropo. Muchos quizá no lo recuerdan. Ël me contaba sobre esas batallas.

Para abundar en detalles,  la lámpara aludida es un artefacto rústico de fabricación artesanal, usado en nuestras casas de campo donde no llegaba la energía eléctrica, la cual funcionaba con agua y carburo. En La Villa las fabricaba el señor de apellido Piñero  La lámpara produce un candil para largas horas de duración, y la luz es más brillante que la de corriente eléctrica. La colocaban en el centro de la sala sobre una mesa para que iluminara al arpisto, cantador y  bailadores.

Es inevitable decir que la alteración del orden y la paz, surgía de alguna persona que por motivos fútiles  le daba, o  mandaba  a darle un punta pie a la mesa donde estaba colocado el artefacto, con el fin de que la sala quedara en tinieblas, lo que aportaba como consecuencia la interrupción de la fiesta. Se producía entonces lo que se llama una gran  "sampablera", una especie de cayapa, imposible saber a quién iban dirigidos los golpes, y mucho menos de quien se recibían. La situación podía variar y el baile seguía su furor hasta las horas del amanecer.

En aquellos tiempos era rutina que una fiesta de joropo durara  tres días con sus noche, con las consabidas interrupciones debido al episodio del "palo a la lámpara", lo cual era ya como un pasatiempo; lo que acontecía me lo resumía el insigne maestro bailador de joropo Juan José Vargas Castillo.

Que la situación se daba, entre otros motivos, porque uno de los cantadores refrescaba viejas pugnas de carácter personal con "puntas" y letras cargadas de ofensa .El contrincante,  tras ser ofendido, agarraba los capachos y le respondía  a punta de versos improvisados.  También por el desaire de una dama a uno de los presentes, igualmente surge la controversia  por el pedimento  de un cambio de pareja, el otro lo retaba lanzando el sombrero al piso. Por cualquiera de estos motivos  se armaba una discusión que terminaba en un pleito a puño limpio y palo de vera .

La fiesta no es que terminaba, sino que se suspendía. Cuando las aguas se aclaraban, todos terminaban llamándose "compadre",  “compañero” "cuñao", "primo"; por otra parte,  compartían la misma mesa  para degustar un suculento sancocho madrugador.

Un viejo conocido, criado en la hacienda La Violeta en Santa Rosa del Sur, a quien le hice alusión del asunto, me dijo que, en muchas ocasiones, el enfrentamiento en un baile de joropo se generaba por la egolatría de algún hombre despechado, que por egoísmo no deseaba que siguiera la fiesta, en aquellos campos existía la creencia, que atar  dos sapos vivos, barriga con barriga, y lanzar sobre un techo de zinc, a medida que los batracios luchan para desatarse, de manera simultanea se apaga la lampara y se prendía una refriega de marca mayor. .

En los tiempos que corren, está extinguido esa antigua acción del folclore venezolano de darle “El palo a lámpara”; los bailes de joropo central hoy en día se desarrollan y finalizan con la más absoluta normalidad y armonía. 

¿Entonces, cuál era el modo normal de terminar un baile de joropo?... Según criterio del poeta José Manuel Valera, de su posición analítica, los bailes de joropo suelen terminarse con la interpretación del pasaje  "Los Caramelos". El arpista va desplazando lentamente el instrumento sin interrumpir la música, combinado con el sonido de las maracas. mientras producen la retirada hacia la puerta de salida. Semejante a como sucede en los bailes de música popular con el  "Alma Llanera", cuya pieza  se toca y finaliza el baile.

Una aciaga fecha de mediados del siglo pasado,  en la residencia de un amante de esta cultura, como fue don Pedro Pérez Agraz, en la calle Comercio, sector Las Tablitas, en donde  se celebraba un baile de joropo, ocurrió la muerte de la mejor bailadora  de joropo central Juana Méndez, en circunstancias naturales. El baile fue oportunamente suspendido.

La Negra, era yunta de baile donde quiera que había un “Joropo Aragüeño”. . La tuvimos de  vecina; ella por la calle Páez, y nosotros por la calle Comercio, de dos empalizadas por medio. Fue junto con su hermana Encarnación Méndez y Ricardo Méndez Flores, de las antiguas fundadoras del barrio Las Tablitas de Villa de Cura.

 Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, Tricentenaria

sábado, 2 de noviembre de 2024

JOSÉ ARGENiS DÍAZ






                                          Oscar Carrasquel

  JOSÉ ARGENIS DÍAZ


Alto como una palmera

En la poesía de J M Morgado

Lo equiparaba el poeta  

Cuando lo veía pasar para el llano


Este laureado hermano

Flaco, de elevada estatura

De fe cristiana y buen trato


De las letras cultivador

Sonetista, prosista, articulista

Maestro de Ceremonia


Siempre con la sonrisa de un niño

Nunca oculta su calvicie

Aunque su juventud volara 

Y la suerte te sepa a abrojo

 

Un ser humano de luz lleno

Como lucero de Dios

Iluminando el sendero 

 

Don José Argenis Díaz

Bajo la influencia del arte

De la cultura embajador 

en la Ruta de la Poesía


Yo me alegro de distinguirlo

En este rincón del llano


Y como trino de arrendajo

andando de rama en rama

Hoy le dedico mi canto.

 

.

 

 

 

.

 

 

viernes, 1 de noviembre de 2024

EL CHINO RUJANO

 

       



EL CHINO RUJANO

 

                                Por Oscar Carrasquel

 

Viejo cantor, de repente te marchaste

Se ha ido con los primeros destellos del alba 

En octubre 31 del año 2020

Sin esperar que saliera el sol de la mañana

Coplero y animador del Joropo Central

 

Cayó surcando el estío

mudo se quedó el paisaje,

Se apagó el sonido de los capachos,

Cayó como hoja seca el inquieto cantor

 

Se marchó entre Revuelta y Yaguazo,

Cruzando la inmensidad del cielo, 

Quieta y muda se quedó  la copla 

 

Ya te vas amado cantor

paso a paso por la recta de la eternidad

a dónde van los que jamás regresarán

 

Las joroperas, los joroperos,

ya no oirán más  pasajes y golpes

en la voz  de este coplero

 

En un surco abierto

bajo un árbol del viejo camposanto

Recoge en sus entrañas

los restos letales del Chino Rujano.

 

                      La Villa de San Luís, 31-10-2020

 

 

 

MÚSICA DE PARRANDAS Y AGUINALDEROS

 


Cuadro del pintor CEJOTA colección Ramón Alfredo Corniel

 

 Por Oscar Carrasque

l

La música de aguinalderos y parranderos traduce y representa el sentir de la más genuina expresión popular de la región que abarca los estados  Carabobo y Aragua. Ya cercanos a la Navidad hace recordar los preparativos que hacían los conjuntos de aguinalderos en La Villa de San Luis a mediados del siglo pasado. En aquel entonces  poco se escuchaba la gaita zuliana.

Somos testimonio. Desde las primeras horas del 24 de diciembre comenzaban a aparecer enfrente de la Comandancia de Policía los alegres aguinalderos con el tañido de sus instrumentos difundiendo sus coplas.   Como intransferible requisito solicitaban permiso al cuerpo policial,  para enseguida comenzar  su recorrido de calle en calle, de portón en portón, y estacionarse al frente de los negocios llevando la serenata navideña. Entre explosión de  cohetes, y el  repicar alegre  de  las campanas de la Iglesia San Luis Rey.

En casi todas las casas se acostumbraba  preparar el nacimiento  pesebre, y colocar vistosos arbolitos de navidad en la sala o un cuarto de la casa. Entre los pesebres y nacimientos navideños grandes y hermosos, estaba el que preparaban Las Matos con vista hacia la calle Miranda en Villa de Cura. Uno  grande lo organizaba las Hijas de María en el templo parroquial.

Los cantadores de aguinaldo, son los propios ejecutantes de los instrumentos, son quienes embellecen el ambiente con sus tonadas y versaciones. Héctor Lombano, el popular “Casunga”, fue de los principales exponentes, creador de la parranda “La  Flor de la Represa”. No fallaba todas las noches en la plaza Miranda, desde los primeros días de noviembre.

A finales de los años 60s el señor Rufo Cuence fundó la parranda “La Verde Plateada”, con sede en el barrio La Coromoto, al norte de la ciudad.. Guillermo Alahé “Moronta”, furruquero y   Emilio Pérez, cuatrista y compositor, fueron los creadores en la parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes de las parrandas  "La Ranchera" y "La Unión Sonora"; posteriormente se agregaron otros parranderos, y entre todos fundaron una agrupación icono  con el nombre de "Los Turupiales de Aragua", con más de medio siglo de tradición y con una experiencia grabando discos con canciones emblemáticas, su música y sus composiciones son inconfundibles;  y han recibido reconocimiento nacional. Los recursos económicos para renovar los instrumentos típicos provienen de su propio patrimonio.

Provenientes del Estado Carabobo llegaban  a la plaza Miranda y algunos sitios de la población, una parranda con el pomposo nombre de “La Verde Clarita”, símbolo de la comunidad del Central Tacarigua, que después derivó en otra con el nombre de “La Rival Clarita”- También se recuerda la “Unión Santa Elena” de Palo Negro. Otra de las grandes fue “La Vencedora” de la apacible localidad de Güigüe,  estos parranderos, por años,  se reunían y  alternaban con las nuestras en diversos sectores, especialmente en La Alameda.

De ese feliz pasado salían impresas de los talleres de Tipografía Miranda,  las eternas "Cartillas de Aguinaldo" producidas con buen humor por el cronista popular y poeta villacurano don Pascual Nieves, al precio de una locha. 

En una agrupación de parranderos. hay una cantidad indeterminada de integrantes. Los instrumentos utilizados son el cuatro, furruco, tambora, charrasca, las maracas y el chineco, fabricado con tapas de refrescos, usados por los parranderos de la época. Todos ellos cantan por turno en forma de mosaico.  Llevaban  como emblema, el estandarte identificador de la parranda,  un farol, y una estrella fabricada de papel celofán, iluminada con una vela en el centro; además cada integrante con su uniforme, pantalones de dril, alpargatas, camisa blanca, sombrero de cogollo  y una pañoleta alrededor del cuello con el nombre de la parranda.

Cuento que en la década de los años cincuenta, la recompensa recibida  eran monedas de 0,25, de 0,50 y lochas, que le echaban  por la boca  del cuatro. Lo cual cambiaban por botellas de licor,  para afinar la garganta y avivar el espíritu. Además, si era  24 de diciembre, las familias le servían hallacas navideñas, pan de jamón y copas de vino o Ponche Crema.

Siete décadas después tenemos en La Villa conjuntos afamados tales como “Los Turupiales de Aragua”, “Los Jomarcas” , “Alcides y su Parranda”,  “Los Serenateros”, “Generación Juvenil” entre otros más, muy difícil nombrarlos a todos. 

Es placentero reseñar que en la actualidad,  entidades civiles de auto gestión como la “Asociación de Parranda del Municipio Zamora” y organismos vinculados con la ciudad y su cultura, vienen promoviendo en Villa de Cura la creación de conjuntos de aguinalderos. Todas las agrupaciones mencionadas en el anterior segmento se han presentado en la Biblioteca Pública; en la Casa de la Cultura Rafael Bolívar Coronado. Así como también en las diferentes eventos que se organizan todos los años en el mes de diciembre, en especial el encendido de luces, tanto en la Plaza Bolívar, igual en la Plaza Miranda,  en la feria navideña de la calle Páez y la calle Sucre. 

Citamos tamicen como ejemplo a la U.E.P.C. "Josefina Rojas Lovera"; que todos los años forman sus agrupaciones de parrandas para seguir la tradición y permitirnos estar contentos en esta Navidad. 

Honor a parranderos y aguinalderos, a sus animadores y seguidores, que siempre lo hacen con esmero.

                    Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenaria

 

 

¿QUÉ SE COMPRABA?

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