En la foto, en camisa, el poeta Omar Gutiérrez Peña, en la portezuela del avión, tomada cuando emprende su fatídico viaje a la ciudad
de Puerto Ayacucho, estado Amazonas
Por Oscar Carrasquel
Con las
huellas de la tristeza intactas, vengo a refrescar que han transcurrido
33 años de la ausencia física de esta joven figura de la literatura
venezolana, nacido en este pueblo en vieja época, el cual llevó por
nombre Omar Francisco Gutiérrez Peña. Henos en la disposición de traerlo
hoy a la crónica, para recordar algunos pasajes de su corta vida, en
homenaje a su memoria y a su creación como patrimonio cultural. No soy dado a
hacer una evaluación o crítica literaria, solamente pretendo
levantar el telón sobre las cosas memorables de su existencia.
Supe por su
madre que, desde temprano se le notó una natural
definición por la poesía, y le fascinaba recurrir a la acción de la lectura.
Unido a esto, sus afanes por la literatura y el interés por sus
estudios de quien siempre fue un joven estricto en su carácter.
Había nacido
el poeta Omar Gutiérrez Peña en Villa de Cura el 02 de julio de 1968, fueron
sus padres el guariqueño, de Cazorla, Omar Gutiérrez, su mamá Yvoni Marbella
Peña, licenciada en Educación, nacida en Villa de Cura, viuda de Gutiérrez. La
familia Gutiérrez Peña habita una modesta vivienda ubicada en la calle Juan de
Dios Agraz, de esta histórica ciudad aragüeña. Aun perteneciendo a otra
generación, conocimos de Omar su tendencia por la superación. Me acuerdo
que por esas cosas revertidas de cariño, en el seno del hogar, desde que era un
niño comenzaron a llamarlo "chito", tal como le conocimos.
Con sus
padres Yvoni y Omar y el abuelo materno, don Pedro Ezequiel González,
mantenemos una buena comunicación, les hemos considerado siempre con el mayor de los afectos.
Es fácil imaginar que,
aquellos que fueron sus entrañables compañeros de letras, lo recuerdan con acendrado cariño. En su terruño natal se consolidó un equipo cultural amplio con otros poetas
como Rosana Hernández Pasquier, Aly Pérez,
Ingrid Chicote, José Sánchez Arévalo, Leopoldo Guevara, J.M. Morgado,
Fernando Olivo, Elías Álvarez, Hernando
Echegaray, Orlando Pulido, Argenis Díaz, Pedro Flores, Kristel Guirado, Víctor
Parra, Paula Montes, entre muchos otros.
A riesgo de dejar fuera a algunos de esos amigos que en algún momento compartieron con Omar, desandando caminos que llevan a los sueños, con rigor al arte y la cultura. nombramos a Carmencita Muñoz, Albis Rivas, Alfredo Barrios, José Lombán, Mario Casalta, Isidro Tirado, Fermín Sarmiento, Aixa Sotillo, Aquiles Hernández, Pedro Botello, Yury Buaiz, Lucio Díaz, Alberto Hernández, Vladimir Miró, el prebistero Emilio Veillard, Jhonny Hernández Calvo, y muchos más que de alguna manera estuvieron cerca de Omar enmarcando en la función creadora.
Omar o
“chito”, fue siempre un ser de contextura delgada y de breve
estatura. Aprendió sus primeras letras y la educación básica en la
Escuela Arístides Rojas, y concluyó sus estudios de bachillerato en Humanidades
en el Liceo Alberto Smith de Villa de Cura, desde este centro comenzó
a participar activamente en hechos culturales y de ruidos estudiantiles.
La Villa de
Cura de entonces
no era la
grande y bulliciosa ciudad de ahora, sin embargo en su Liceo comenzaban a darse
las luchas estudiantiles. Omar, mereció las mejores distinciones y halagos de
sus profesores desde sus comienzos, esta afirmación la pueden corroborar quienes fueron sus compañeros de
estudio. Llevó una vida bastante noble y sencilla, figúrense que hasta
escribía los testamentos de Judas el Domingo de Resurrección en Semana Santa.
Recién
graduado de bachiller se inscribe en la Facultad de Derecho de la Universidad
Central de Venezuela. En la U.C.V. destaca entre los cursantes de su misma
carrera, y buscando la cima de sus aspiraciones, comienza su participación en
las diversas actividades culturales que se desarrollan en La Casa que Vence
la Sombra, fundamentalmente actuando como Titiritero, entrando a formar
parte del grupo de Títeres “Cantalicio”. Al mismo tiempo participaba en talleres y recitales de
poesía y en festivales de artes en el auditorio del Aula Magna UCV.
En Caracas se
inscribe para seguir cultivando su talento en la Fundación Centro de Estudios
Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG). Sus estudios siempre estuvieron
ligados con el oficio de la poesía. Además de estudiar 4to. Año de
Derecho, cursaba el 6to. Semestre de Literatura y 2do. semestre de
Artes.
Nada le fue
fácil, aunque en esa época los sectores más vulnerables tenían acceso a
universidades reconocidas. Se entiende que los padres podían cubrir los
gastos de residencia estudiantil y los estudios de sus hijos, así contaran con
pocos recursos.
Omar Gutiérrez
surge entonces como escritor de excelentes cualidades, lo encontramos como
columnista de la revista “La Espada Rota”, y fue factor prominente de la revista literaria
“Hipocampo”, donde escribió poesía, prosa y columnas periodísticas, y también sobre Artes. Su obra poética aparece
en otras obras literarias tal como “Hojas de otra Comarca”, el primero de ellos, editado por
La Casa de la Cultura de Maracay; entre los que publican en esta obra se
encuentran figuras importantes de las letras como los poetas Efrén Barazarte,
Carlos Delgado, José García y Omar Gutiérrez.
También hay
que agregar una antología poética cuya obra se intitula “El Hondo País de los
Ausentes”, en donde se juntan insignes poetas venezolanos de hondo conocimiento
como Miguel Ramón Utrera, Agustina Ramos, Aly Pérez, Augusto Padrón, Zoraida
García, Ely Galindo, Manuel Peñaloza Fernández y Omar Gutiérrez, en una edición
de la Fundación Editorial "El Perro y La Rana".
La carrera
literaria y la característica del poeta Omar Gutiérrez Peña, ya ha sido
estudiada, analizada y reconocida, ante todo, por un grupo dentro del conglomerado de sus
compañeros de letras, que compartieron con él en la Universidad.
La muerte le
llegó temprano e interrumpió sus sueños. El joven poeta Omar Gutiérrez
Peña falleció el 01 de diciembre de 1991; recién había cumplido 23 años de
edad, en una absurda tragedia, que acontece cuando cumplía una gira con el
grupo de Títeres de la Universidad Central de Venezuela, que iban de gira al estado Amazonas.
En la población
de Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas, tuvo lugar la
tragedia. La noticia repercutió especialmente en La Villa. Una
muerte distinta habría sido mejor a pesar de lo cierto que es el destino. En un
sentido general, el joven Omar lo que necesitó fue más tiempo para vivir y
soñar.
Quien escribe
vivía en Puerto Ayacucho, pero la comunicación difícil y la información
nos dejó a todos confundidos.
Tal hecho
truncó la vida de un joven intelectual, como ver caer la hoja tierna del árbol,
cuando se encontraba rindiendo una meritoria labor, dispuesto a seguir adelante. Una sentida
manifestación de duelo fue las exequias del poeta Omar Gutiérrez. Un sentimiento de
inmenso dolor para sus padres, abuelo, hermanos y demás familiares y amigos,
con los ojos y el alma entristecida. Igualmente fueron publicadas varias notas
de duelo por sus compañeros de letras en Caracas. En realidad, la vida es un
tiempo que comienza y lógicamente no sabemos cuándo
termina el tiempo. Que su alma descanse en paz
eternamente.
Oscar Carrasquel.
La Villa de San Luis, diciembre 2024
Fuente de consulta:
Fernando Olivo
Yvoni Peña de Gutierrez
Corrector de fotografía Ramón Alfredo Corniel.
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