En la foto, en camisa, el poeta Omar Gutierrez, en la portezuela del avión, tomada cuando emprende su fatídico viaje a la ciudad de Puerto Ayacucho Estado Amazonas.
Por Oscar Carrasquel
Con las huellas de la tristeza intactas, vengo a refrescar que han transcurrido 33 años de la ausencia física de esta joven figura de la literatura venezolana, nacido en este pueblo en vieja época, el cual llevó por nombre Omar Francisco Gutiérrez Peña.
Henos en la disposición de traerlo hoy a la crónica, para recordar algunos pasajes de su corta vida, en homenaje a su memoria y a
su creación como patrimonio cultural. No soy dado a hacer una
evaluación o crítica literaria, solamente pretendo levantar el telón sobre las cosas memorables de su existencia.
Supe por su madre que, desde temprano se le notó una natural definición por la poesía, y le fascinaba recurrir a la acción de la lectura. Unido a esto, sus afanes por la literatura y el interés por sus estudios de quien siempre fue un joven estricto en su carácter.
Con sus padres Yvoni y Omar y el abuelo materno don Pedro Ezequiel González, mantenemos una buena comunicación, les hemos considerado siempre con lo mayor de los afectos.
Es fácil imaginar que, aquellos que fueron
sus entrañables compañeros de letras lo recuerdan con acendrado cariño. En su terruño
natal consolidó un equipo cultural amplio con otros poetas como Rosana Hernández, Aly Pérez,
Ingrid Chicote, José Sánchez Arévalo, Leopoldo Guevara, J,
M, Morgado. Fernando Olivo, entre otros.
Omar o “chito”, fue siempre un ser de contextura delgada y de breve estatura. Aprendió sus primeras letras y la educación básica en la Escuela Arístides Rojas, y concluyó sus estudios de bachillerato en humanidades en el Liceo Alberto Smith de Villa de Cura, desde este centro comenzó a participar activamente en hechos culturales y de ruidos estudiantiles.
La Villa de Cura estoces no era la grande y bulliciosa ciudad de ahora, sin embargo en su Liceo comenzaban a darse las luchas estudiantiles. Omar, mereció las mejores distinciones y halagos de sus profesores desde sus comienzos, esta afirmación lo pueden corroborar quienes fueron sus compañeros de estudio. Llevó una vida bastante noble y sencilla, figúrense que hasta escribía los testamentos de Judas el Domingo de Resurrección en Semana Santa.
Recién graduado de bachiller se inscribe en la
Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela. En la U.C.V destaca entre los cursantes de su misma carrera, y buscando la cima de sus
aspiraciones, comienza su participación en las diversas actividades culturales que se desarrollan en La Casa que Vence la Sombra, fundamentalmente
actuando como Titiritero, entrando a formar parte del grupo de Titeres “Cantalicio”.. Al mismo tiempo participaba en talleres y recitales de poesía y en festivales de artes en el auditorio del Aula Magna UCV.
En Caracas se inscribe para seguir cultivando su talento en la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG). Sus estudios siempre estuvieron ligados con el oficio de la poesía . Además de estudiar 4to año de Derecho, cursaba el 6to semestre de Literatura y 2do semestre de Artes.
Nada le fue fácil, aunque en esa época los sectores mas vulnerables tenían acceso a universidades reconocidas. Se entiende que los padres podían cubrir los gastos de residencia estudiantil y los estudios de sus hijos, así contara con pocos recursos.
Omar Gutierrez surge entonces como escritor de excelentes cualidades,
lo encontramos como columnista de la revista “La Espada Rota”, y fue
factor prominente de la revista literaria “Hipocampo”, donde
escribió poesía, prosa y columnas periodísticas, y también sobre Artes.
También hay que agregar una antología poética cuya obra se intitula “El Hondo País de los Ausentes”, en donde se juntan insignes poetas venezolanos de hondo conocimiento como Miguel Ramón Utrera, Agustina Ramos, Aly Pérez, Augusto Padrón, Zoraida García, Ely Galindo, Manuel Peñaloza Fernández y Omar Gutiérrez, en una edición de la Fundación Editorial "El Perro y La Rana".
La muerte le llegó temprano a interrumpió sus sueños. El joven poeta Omar Gutiérrez falleció el 01 de diciembre de 1991; recién había cumplido 23 años de edad, en una absurda tragedia, que acontece cuando cumplía una gira con el grupo de Títeres de la Universidad Central de Venezuela, que iban de gira al estado Amazonas.
En la población de Puerto Ayacucho capital del estado Amazonas tuvo lugar la tragedia. La noticia repercutió especialmente en La Villa . Una muerte distinta habría sido mejor a pesar de lo cierto que es el destino. En un sentido general, el joven Omar lo que necesitó fue más tiempo para vivir y soñar.
Tal hecho truncó la vida de un joven intelectual, como ver caer la hoja tierna del árbol, cuando se encontraba rindiendo una meritoria labor dispuesto a seguir adelante. Una sentida manifestación de duelo fue las exequias del poeta Omar Gutiérrez. Un sentimiento de inmenso dolor para sus padres, abuelo, hermanos y demás familiares y amigos, con los ojos y el alma entristecida. Igualmente fueron publicadas varias notas de duelo por sus compañeros de letras en Caracas. En realidad, la vida es un tiempo que comienza y lógicamente no sabemos cuando termina el tiempo. Que su alma descanse en paz eternamente..
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, diciembre 2024
Auxiliar de fotografía Ramón Alfredo Corniel.
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