ODA A LOS BARES DE LA ALAMEDA
Oscar Carrasquel
Vengo a cantar como un jilguero
A los viejos bares de La Alameda
Y al sin fin de caminantes
Que allí vivieron un mundo de frenesí
Recuerdo al bar de don Pancho Espi
Con su voz sonora, temblorosa.
Siempre delicado de carácter
Sirviendo copa tras copa
Entre las brumas del recuerdo
En la cuadra siguiente
El famoso bar "La Gavilana"
Regentado por "Gavilán"
Y más tarde por una meretriz
Apodada "La Gavilana"
La Jacarandá flor que fue La Alameda
De prodigiosa diversión cada noche
Mujeres expertas en el oficio más viejo
Se arrecholaban en este paraíso
Teódulo Aguilar, sonriente el catire,
A la izquierda de la barra
Experto con la guitarra en la mano
Cantándole a las mujeres
La casa de bahareque y tejas
Y su confidente salón de baile
Bajo la tenue luz de una lampara
Mientras un pianito de manivela
Molia música mabilera
Con la belleza de su encanto
Pasaba por el frente la “Negra Inés”
Con su faldón de campana
Bañada en perfume de pachulí
.
Con la música llegaba la bohemia
Para la barra de la cantina
Era Testamar, el sombrerero apureño,
Dándole cepilladas a un sombrero.
Metido en un viaje de Santa Teresa
Se recibe la visita de mujeres
que brindan placer
Y Muchos don Juanes tomaban la ruta
Cruzando la puerta del lupanar
Al fenecer las cantinas de La Alameda
Al encuentro con las estrellas
Las ficheras se marcharon
Dejándonos en soledad
Pero ellas, aun viven
En la sumisión de nuestro recuerdo.
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