viernes, 21 de febrero de 2025

¿ PERSONAJES ? UNO QUE LLAMABAN "EL LOCO PEDRO"


 

                             El loco Pedro,  foto del periódico "El Vigía" , pasó por el laboratorio de Ramón Alfredo Corniel



                                                      Por Oscar Carrasquel

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La vida  del "Loco Pedro, tal vez muchos no la conocen o  no lo recuerdan; Solamente la madre lo llamaba por su primer nombre: Pedro... Considero que no había razones para que le adosaran el adjetivo de loco.. Pedro Liébano era su nombre real, nacido en la Parroquia Las Mercedes de Villa de Cura.

Yo que lo conocí puedo decir que no deambulaba sin disciplina por la calle. Lo que sobrellevaba de nacimiento era un pequeño retardo mental y trastorno del habla, solo  podía mascullar algunas palabras; además padecía de estrabismo una desviación de la línea visual.

Su casa de toda la vida, cálida de amor y cariño maternal quedaba en la calle del “Ganado”, que  ahora es avenida Lisandro Hernández.  La casa estaba ubicada en medio de dos botiquines, el Bar "El Pino" de don Miguel Torres, y en la otra esquina el bar “Pan Pan” del trujillano, de Pampanito, don Tirso Tovar, frecuentados por parroquianos que allí se daban cita para las cervezas, tenían patio de bolas criollas y  mesas para jugar dominó.

Algunas personas parados en una esquina, fríamente lo seguían llamando loco,  “Ahí viene el loco de la ramita”, era normal verlo  con una ramita elevada  sobre su cabeza, la movía y la miraba con una risa burlona. A veces la sostenía con las dos manos. La rama la obtenía cortándola de los arbustos de Retama en las empalizadas.

El "Loco Pedro" jamás perdió de vista su mundo de muchacho cariñoso que intentaba  hacer amistad con los muchachos que salían de la escuela Arístides Rojas, pero lo esquivaban.  Cuando Pedro asomaba por la calle Sucre,, enseguida dejaban el juego de metras vacío. A Pedro, poco le importaba, pues seguía tranquilo su camino batiendo su ramita..Nunca supo de juegos callejeros y menos de escuela.

Doña Santiaga, la madre de crianza,  vivía en una pobreza que desgarraba, sobrevivía la pobre del lavado y planchado de ropa ajena, y con ello reunía lo suficiente para que Pedro le hiciera los mandados a la bodega. Era frecuente verlo en el trayecto de la calle  Urdaneta; caminaba  hasta llegar a la bodega "Las Brisas" donde era atendido por el señor Lope Esaa, en la calle Sucre, que le quedaba más cerca, donde compraba provisiones con una lista que le entregaba .la madre.

Me cuentan, las veces que se le escapaba a la señora Santiaga, y se iba con otros muchachos a pastorear burras en  el Rincón.

El trabajo que en ocasiones le vimos realizar,  fue de comprar kerosén y leche de ordeño a don Benito Pérez, quien expendía estos productos montado sobre un Quitrín,  a cambio del mandado la gente le regalaba alguna moneda, que entregaba  a la madre. 

La ultima vez que  vi muy flaco, ennegrecido por el sol, el pelo ensortijado, canoso, ya había perdido parte de la dentadura, sus pasos cortos y lerdos.

Con el tiempo le perdí de vista, nunca más tuve noticias de él, ni cómo fue su despedida de este mundo. Una fuente me explicó que fue de muerte natural, tumbado en una cama catre fue encontrado sin aliento.    

“El loco Pedro”, mote que tuvo toda su vida, fue un individuo apacible, sano, y muy amigable con todos. Creo que, un coro de ángeles lo recibieron en el cielo.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenario

 

 

 

 

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