ELADIO LOVERA SE SILENCIÓ EL TANGO CON LA MUERTE DE ESTE JILGUERO
Por Oscar Carrasquel
En realidad. no era Doctor, pero. así era como era renombrado en toda Villa de Cura, en San Juan de los Morros y sus alrededores; y también como yo lo llevo guardado en mi corazón. Un distinguido profesional Optometrista muy respetable, honesto, de recto proceder. Eladio Ramón Lovera Alayòn era su nombre completo. Aquel amigo soñador que sabia repartir alegría donde quiera que llegaba, en Peñas o en botiquines. Ademas, tenía la virtud de haber aprendido profesionalmente pentagrama y armonía. Usaba unos gruesos lentes de carey con unos cristales oscuros que parecían un fondo de botella. Era natural de Villa de Cura donde había nacido el 30 de octubre de 1916. Sus padres fueron, el orticeño Andrés Lovera y la villacurana Rosa Alayòn de Lovera. Su otro hermano se llamaba Carmelo Lovera, mejor conocido con el remoquete de “El ciego Lovera”. Eladio era casado con la señora Emilia Aponte Mejías de Lovera, de cuya unión nacieron dos hembras y tres varones: Héctor, Edith, Omar, Jesús y Gladys Lovera Aponte .
El doctor Lovera era un hombre humilde, de mucha fe espiritual, estatura regular, delgado, lento de andar, muy estimado en Villa de Cura, bohemio y amigo cabal. Muchas veces cuando visitaba a su amigo el sastre Víctor Montenegro, ejercitaba el arte culinario. En este modesto taller de sastrería se solía degustar cualquier día, entre amigos, de un sabroso mondongo o un fino hervido de costilla. Eso sí, respetando la elemental advertencia de Víctor Montenegro en un anuncio: “El que come lava, todo debe quedar limpio”.
No podemos dejar de recordar que sus acompañantes que allí llegaban con frecuencia eran el poeta José Manuel Morgado, Andrés Delgado “El gallo”, José Fagundez, José Chacìn “Gardelito”, Julio “El Che” Martínez, Alcides Álvarez, Vinicio Jaén, Rafael Almeida “Petit”, Teobaldo Parra, Antonio Martínez Santaella, entre otros. Tampoco puedo olvidar a Jhonny Ramirez, zapatero y bohemio, quien era de verdad su pana,
Muy amigo de quien esto escribe. Serio en apariencia pero era todo lo contrario, un hombre alegre y dicharachero, alternaba la conversación con la bohemia, amigo de la farra y de la buena compañía, así fue su estilo de vida. No poseía una fuerte voz pero si le brotaba el sentimiento con cualquier melodía, cantaba con los colores y el agrado del alma, se le abría el espíritu de par en par cuando escuchaba afinar una sonora guitarra grande, sobre todo entreveraba boleros y especialista en canciones argentinas. Era poseedor de un grueso repertorio de tangos.
Dedicó gran parte de su vida a la ejecución musical. Según lo nombran los griegos "El arte de las musas". En la década de los años cincuenta fue conocido como músico de orquesta, lo cual mezclaba con el canto,. fino ejecutante del clarinete. En ese tiempo entró a formar parte como clarinetista de la Orquesta Municipal Juan de Landaeta, dirigida por el maestro don Víctor Ángel Hernández. Y se mantuvo un tiempo en la orquesta Siboney. Así era su forma natural de apreciar la vida, independientemente de su afable profesión de saber examinar la visión y de formular lentes.
Nos unía al doctor Eladio Lovera un afecto mutuo. A casa llegaba un sábado por la tarde acompañado de dos guitarristas de don Esteban Nieves y Carlos Parra, y en otras ocasiones llegaba el maestro Johnny Ramírez. Yo de entrada les ofrecía un café y con el paso de las horas cambiábamos paras un trago de Pampero y posteriormente una taza de consomé. Eladio nos dejaba escuchar en su voz los mejores tangos del repertorio de Carlitos Gardel tales como “Melodía de Arrabal”, “Amores de Estudiante”, “Por una Cabeza”, “Volver”, y otros más de su preferencia
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Su residencia habitual la tenía fijada en Villa de Cura donde fue muy apreciado por haber nacido en esta cálida tierra del Alma Llanera. Su afición por todos los cantares de la música romántica y sobretodo la argentina le venía desde su adolescencia. De su memoria brotaban tangos uno tras otro.
Este amigo inolvidable fue especialista Optometrista, a cuya actividad profesional se integró completamente. El doctor Lovera eventualmente se aislaba de Villa de Cura, pero iba y volvía sobre sus pasos. Por razones de su labor profesional se mudaba para la ciudad de San Juan de los Morros, donde abrió una firma con el nombre de Óptica Lovera, que cambió de imagen y se llamó después: “Centro Óptico Guárico”, una de las más reconocidas y distinguidas de esta especialidad en aquella entidad guariqueña.
Pero lo cierto es que nunca se despegaba de su Villa y de la música, siempre andaba como esos pajaritos que regalan sus mejores trinos a cualquier hora; tampoco se separaba de la relación con sus amigos de La Peña Morgado. Se cansó de caminar las barriadas y rincones de La Villa, sobretodo la Parroquia Las Mercedes, donde sus habitantes no dudaron en abrirle paso a su franca familiaridad.
Ahora que evoco la figura de este gran amigo, aprovecho para decir que Eladio era muy cuidadoso al vestir, siempre andaba impecable, vestía regularmente de pantalón de lino y camisa manga larga, y siempre oloroso a perfume Jean Marie Farina; claro, era el reflejo de su personalidad, acostumbrado a los requerimientos del desempeño de su profesión. Aunque muchas veces se ausentaba, amaba entrañablemente a su Villa de Cura.
Era un hombre alejado de toda vanidad y de actividad política, de un gran intelecto... Cuando el señor Carlos Andrés Pérez ganó la primera presidencia, fue llamado por primera y única vez a desempeñar un cargo público, y fue nombrado como Comandante de la Policía del Distrito Zamora, cargo que desempeñó con responsabilidad y firmeza. Empezaba para su vida una nueva jornada. Durante su mandato surgieron muchas anécdotas, porque se decía que Eladio, sin olvidar que era una autoridad, no mandó a poner preso ni tan siquiera un borrachín, ni mandó a cerrar o visitar ni un solo botiquín con la policía.
Hablar de su vida de amante del canto y de la música es motivo para recordar que una hija suya llamada Beatriz Miró, es una conocida artista de música llanera, consagrada a nivel nacional, con un montón de canciones grabadas de las que arrullan al llano, y de mucha fama y presentaciones en radio y televisión en su carrera profesional.
Nos enteramos por vía telefónica que la parca lo había visitado. .Posteriormente hablamos con su hijo Omar Lovera, al cual fuimos a visitar en una casa de reposo en Villa de Cura, regentada por las Hermanas Catequistas de Lourdes, donde se encuentra recluido.
Haciendo memoria con la tristeza dibujada en su rostro, me contó que su padre Eladio Lovera, a causa de un arrollamiento por un automóvil en San Juan de los Morros, quedó padeciendo de serias complicaciones, por cuya razón fue trasladado para su cuidado a la ciudad de Barinas, por su hija adoptiva Sonia Meza de Ayestarán. Después de un tiempo en la llamada Ciudad Marquesa dejó de existir un silencioso fin de semana del año 2008. Sus restos reposan en el cementerio municipal de la ciudad de Barinas.
En el conocimiento de estos personajes, en hacer su enumeración humana, es como cada pueblo conoce su historia,
Nuestra gratitud a su hijo Omar Lovera Aponte, Hasta él llegamos un día domingo por intersección de nuestro amigo Inocencio Adames Aponte. Chencho. Amablemente nos recibió en la sección de hombres del Asilo, donde vive por esas carambolas que da la vida. Sin su aporte no hubiese sido posible la escritura de esta nota.
Otro: información oral importante fue la del Sr. Miguel Alayón
Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, febrero de 2018
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