Juan José Vargas Castillo, sentados: Magín Rodríguez, Simón Díaz y Margarito Aristigueta, Foto archivo O.C.
"Yo
Juan José/ hijo de Ña encarnación/ soy el que baila joropo con el Negro
Mogollón/un hombre de cuero negro/ de pelo chicharrón/ que tiene la sangre más
dulce/ que guarapo de papelón".
Por Oscar
Carrasquel
En una aldea
circundante con el caserío El Chino, formando parte de un territorio
perteneciente a Villa de Cura, allí nació el 17 de octubre de 1917 Juan José
Vargas Castillo. Poco se sabe de su padre pero su madre se llamó Encarnación
Castillo; nacida en la misma comunidad.
Muy pronto
dejó aquellas tierras donde hacía vida campesina. La familia decide emigrar de aquellos parajes, entre ellos un
hombre joven "completamente
analfabeta y bailador y cantador desde temprana edad", como escribió.
Marchó en conjunto con su progenitora, a pie y cabalgando a lomo de mula por un
agreste camino y se instalan en Villa de Cura, la pequeña ciudad surcada por
riachuelos a sembrar poesía en forma de canto. Narrador, tenía propensión por
crear leyendas del folclor venezolano.
Su esposa de primera nupcias se llamó doña Aura Zapata Rangel con quién existe descendencia. Misia Aura fue una destacada docente que le dio impulso a la Escuela de Artes y Oficios de Villa de Cura, hermana del locutor Manuel Vicente Zapata.
Con el paso del tiempo acogió como su esposa a la también
villacurana Hilda Díaz, hija de doña Carmen Díaz. Se radicaron en Maracay en la
ribera del rió Limón, Municipio Mario Briceño Iragorry Estado Aragua. Dejó sucesión, cordialísimos sus hijos cuando yo me paraba.
Sus estudios fueron escasos su formación fue íntegramente autodidacta, utilizó todos los canales para la superación a tal punto que en La Villa fue maestro de una escuela donde enseñó lecciones de contabilidad. Llegó a tener una ortografía y caligrafía impecable. Incursionó como dirigente agrario al lado del señor Juan Hernández de Maracay y del líder de la Reforma Agraria en Venezuela Ramón Quijada, y en el año 48 fue prominente figura de una organización política. En este rol acompañó a mi padre como diputados a la Asamblea Legislativa del Estado Aragua. Eso sí, con intervenciones fogosas y deliberantes en dicho parlamento en beneficio de la colectividad zamorana.
Lo cierto es
que entra en contacto con el canto, la recitación y el baile en los brazos del
joropo aragüeño. Se hizo amigo de los mejores cantadores y arpistas. Trabó una
estrecha relación de amistad con el legendario arpista don Saturno Linero (para el gusto de muchos el más famoso) y con los
cantadores de joropo Julio Pérez, Laureano Mogollón, Quintín Duarte, Margarito
Aristigueta, Manuel María Pacheco, Silvino Armas, Fulgencio Aquino, entre
otros.
Mención
especial merecen sus hijas Encarnación Vargas "La Negra" y Yaneth
Vargas que fueron sus parejas de baile de joropo aragüeño en varias giras y
presentaciones. En agasajos fueron sus yuntas de baile favoritas Juana.Mendez Flores,
las “3 Marías” y Carmen Reina. Asiduos a los bailes de joropo en la casa de don José Pérez Agraz en calle Comercio de Las Tablitas.
Hubo una
súbita retirada del canto pero se constituyó en uno de los mejores bailadores
de joropo de toda la región central del país. Como folclorista, poeta y
bailador fue considerado un icono bailando el joropo zapateado, tiene escrito y editado un solo libro de todas
esas realidades lleno de historias y tradiciones, titulado "El Poeta del
Zapateo*, cuyo título fue sugerido por el reconocido artista don Simón Díaz, su compadre. La
primera edición se agotó. Entre sus logros en la literatura popular venezolana
trenza una leyenda inspirada en la Negra Juana Méndez, el personaje que más
proyectó, partera y una de las bailadoras más referenciales del joropo
aragüeño. Escribió esbozado en versos sobre las acciones heróicas del General José Antonio Páez, y
son muchos los poemas que le dedica al deporte del coleo y al nombre de
excelsos coleadores aragüeños.
Juan José
fue un empedernido gallero conocedor de los compromisos que se asumen en el
juego de gallos. En la entrada en un patio de la casa del Limón se percibían
las jaulas con una cantidad de ejemplares que cuidaba con esmero. Había uno que fue nombrado "repetición" ganador de todas las peleas. En la tragedia
por el deslave del rio Limón en 1987 perdió todos los gallos, junto con la
casa, trofeos, galardones y su producción literaria que guardaba. Por cierto fue un
domingo de nubarrones y relámpagos en el cielo aragüeño, estaba de visita en la
casa de quien escribe. Lo monté en mi auto y muy acongojado lo llevé a Maracay.
Las actuaciones artísticas que más llevó a cabo fue la de conferencista, decimita y bailador. Fue presentado en varias ediciones en la Televisora Nacional de Venezuela por Simón Díaz en un programa criollo titulado "Mi Llanero Favorito", transmitido en hora meridiana.
Juan José Vargas fue padrino de
bautismo y maestro del zapateo de otro de los más famosos bailadores del joropo
zapateado como fue el profesor Magín Rodríguez, hijo del maestro del arpa el
legendario don Salvador Rodríguez. Ambos participaron en muchos programas de
Radio y Televisión.
Juan José
Vargas fue un hombre de probada honestidad y de palabra que se hacía respetar,
siempre andaba preparado con una pulida vera que era como un sello
identificador, le puso por nombre "mama Inés", la vera lo acompañaba
para todos lados, la cual tiene muchas historias en sus aventuras y parrandas. Fue
un hombre pulcro trajeado de liquilique
y de sombrero pelo guama, utilizaba lentes gruesos fijos. Recuerdo que llegaba
manejando una camioneta pickup de viejo modelo. Tenía muchas anécdotas el
personaje, algunas las guarda en la memoria su amigo el poeta José Manuel
Valera. El coleador don Juan Colmenares también compartió inquietudes con su
tocayo. El poeta Juan José fue un hombre muy estimado por la familia joropera, y muy
respetado por animadores de fiestas donde era presentado.
Enfermó,
tomó reposo médico en la calidez del hogar después de haberle dedicado tantos
años a la cultura popular y de haber dejado la huella de su arte en estas
tierras. La gloria no llega de gratis hay que hilvanar el camino, ganársela a
punta de sacrificio como él lo hizo. Falleció el poeta folclorista en Maracay el 6 de
septiembre de 2007 donde reposan sus cenizas. Es un verdadero orgullo recordar
en este momento a nuestro entrañable amigo, que Dios lo tenga en la gloria.
Oscar
Carrasquel. La Villa de San Luis/2023
Colaboradores de esta edición René González Romero y Humberto Rodríguez Alayón.
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