miércoles, 14 de junio de 2023

JUAN JOSÉ VARGAS CASTILLO EL POETA DEL ZAPATEO.


 

                 Juan José Vargas Castillo, sentados: Magín Rodríguez,  Simón Díaz y Margarito Aristigueta, Foto archivo O.C.


"Yo Juan José/ hijo de Ña encarnación/ soy el que baila joropo con el Negro Mogollón/un hombre de cuero negro/ de pelo chicharrón/ que tiene la sangre más dulce/ que guarapo de papelón".

                                            Por Oscar Carrasquel

En una aldea circundante con el caserío El Chino, formando parte de un territorio perteneciente a Villa de Cura, allí nació el 17 de octubre de 1917 Juan José Vargas Castillo. Poco se sabe de su padre pero su madre se llamó Encarnación Castillo; nacida en la misma comunidad.

Muy pronto dejó aquellas tierras donde hacía vida campesina. La familia decide  emigrar de aquellos parajes, entre ellos un hombre joven "completamente analfabeta y bailador y cantador desde temprana edad", como escribió. Marchó en conjunto con su progenitora, a pie y cabalgando a lomo de mula por un agreste camino y se instalan en Villa de Cura, la pequeña ciudad surcada por riachuelos a sembrar poesía en forma de canto. Narrador, tenía propensión por crear leyendas del folclor venezolano.

Su esposa de primera nupcias se llamó doña Aura Zapata Rangel con quién existe descendencia. Misia Aura fue una destacada docente que le dio impulso a la Escuela de Artes y Oficios de Villa de Cura, hermana del locutor Manuel Vicente Zapata. 

Con el paso del tiempo acogió como su esposa a la también villacurana Hilda Díaz, hija de doña Carmen Díaz. Se radicaron en Maracay en la ribera del rió Limón, Municipio Mario Briceño Iragorry Estado Aragua. Dejó sucesión, cordialísimos sus hijos cuando yo me paraba.

Sus estudios fueron escasos su formación fue íntegramente autodidacta, utilizó todos los canales para la superación a tal punto que en La Villa fue maestro de una escuela donde enseñó lecciones de contabilidad. Llegó a tener una ortografía y caligrafía impecable. Incursionó como dirigente agrario al lado del señor Juan Hernández de Maracay y del líder de la Reforma Agraria en Venezuela Ramón Quijada, y en el año 48 fue prominente figura de una organización política. En este rol acompañó a mi padre como diputados a la Asamblea Legislativa del Estado Aragua. Eso sí, con intervenciones fogosas y deliberantes en dicho parlamento en beneficio de la colectividad zamorana.

Lo cierto es que entra en contacto con el canto, la recitación y el baile en los brazos del joropo aragüeño. Se hizo amigo de los mejores cantadores y arpistas. Trabó una estrecha relación de amistad con el legendario arpista don Saturno Linero (para el gusto de muchos el más famoso) y  con los cantadores de joropo Julio Pérez, Laureano Mogollón, Quintín Duarte, Margarito Aristigueta, Manuel María Pacheco, Silvino Armas, Fulgencio Aquino, entre otros.

Mención especial merecen sus hijas Encarnación Vargas "La Negra" y Yaneth Vargas que fueron sus parejas de baile de joropo aragüeño en varias giras y presentaciones. En agasajos fueron sus yuntas de baile favoritas Juana.Mendez Flores, las  “3 Marías” y Carmen Reina. Asiduos a los bailes de joropo en la casa de don José Pérez Agraz en calle Comercio de Las Tablitas.

Hubo una súbita retirada del canto pero se constituyó en uno de los mejores bailadores de joropo de toda la región central del país. Como folclorista, poeta y bailador fue considerado un icono bailando el joropo zapateado, tiene escrito y editado un solo libro de todas esas realidades lleno de historias y tradiciones, titulado "El Poeta del Zapateo*, cuyo título fue sugerido por el reconocido artista don Simón Díaz, su compadre. La primera edición se agotó. Entre sus logros en la literatura popular venezolana trenza una leyenda inspirada en la Negra Juana Méndez, el personaje que más proyectó, partera y una de las bailadoras más referenciales del joropo aragüeño. Escribió esbozado en versos sobre las acciones heróicas del General José Antonio Páez, y son muchos los poemas que le dedica al deporte del coleo y al nombre de excelsos coleadores aragüeños.

Juan José fue un empedernido gallero conocedor de los compromisos que se asumen en el juego de gallos. En la entrada en un patio de la casa del Limón se percibían las jaulas con una cantidad de ejemplares que cuidaba con esmero. Había uno que fue nombrado "repetición" ganador de todas las peleas. En la tragedia por el deslave del rio Limón en 1987 perdió todos los gallos, junto con la casa, trofeos, galardones y su producción literaria que guardaba. Por cierto fue un domingo de nubarrones y relámpagos en el cielo aragüeño, estaba de visita en la casa de quien escribe. Lo monté en mi auto y muy acongojado lo llevé a Maracay.

Las actuaciones artísticas que más llevó a cabo fue la de conferencista, decimita y bailador. Fue presentado en varias ediciones en la Televisora Nacional de Venezuela por Simón Díaz en un programa criollo titulado "Mi Llanero Favorito", transmitido en hora meridiana. 

Juan José Vargas fue padrino de bautismo y maestro del zapateo de otro de los más famosos bailadores del joropo zapateado como fue el profesor Magín Rodríguez, hijo del maestro del arpa el legendario don Salvador Rodríguez. Ambos participaron en muchos programas de Radio y Televisión.

Juan José Vargas fue un hombre de probada honestidad y de palabra que se hacía respetar, siempre andaba preparado con una pulida vera que era como un sello identificador, le puso por nombre "mama Inés", la vera lo acompañaba para todos lados, la cual tiene muchas historias en sus aventuras y parrandas. Fue un hombre  pulcro trajeado de liquilique y de sombrero pelo guama, utilizaba lentes gruesos fijos. Recuerdo que llegaba manejando una camioneta pickup de viejo modelo. Tenía muchas anécdotas el personaje, algunas las guarda en la memoria su amigo el poeta José Manuel Valera. El coleador don Juan Colmenares también compartió inquietudes con su tocayo. El poeta Juan José fue un hombre muy estimado por la familia joropera, y muy respetado por animadores de fiestas donde era presentado.

Enfermó, tomó reposo médico en la calidez del hogar después de haberle dedicado tantos años a la cultura popular y de haber dejado la huella de su arte en estas tierras. La gloria no llega de gratis hay que hilvanar el camino, ganársela a punta de sacrificio como él lo hizo. Falleció el poeta folclorista en Maracay el 6 de septiembre de 2007 donde reposan sus cenizas. Es un verdadero orgullo recordar en este momento a nuestro entrañable amigo, que Dios lo tenga en la gloria.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis/2023

Colaboradores de esta edición René González Romero y Humberto Rodríguez Alayón.

 

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