San Arnulfo de Metz, australiano. foto bajada de la WEb
MUCHOS PASARON POR ALTO EL DÍA DE LA CERVEZA
Por Oscar Carrasquel
Cada 18 de julio se celebra el Día de la Cerveza. Un alto prelado de la Iglesia llegó a decir que no debe ser entendido como día de la "Embriaguez", que naturalmente es una cosa muy distinta.. La verdad es que vamos a ser claros y sinceros, somos cuantiosos los que
no dejamos de sentir un gusto especial por una cervecita bien fría, en botella, lata o en sifón, especialmente cuando se esta viviendo unos calorones. Por esa razón nos disponemos a pronunciar odas a esta simpática cumpleañera. Un genio de la filosofía decía que la cerveza fue inventada por un hombre sabio, pero otros estudios indican que la bebida fue invento de una mujer de la Edad Media, llamada Hildegarda de Bingen, Alemana.
Pasamos un tiempo curucuteando esta historia de antiquísima aparición en el mundo. Según estudios la historia se remonta hacia el año 580 d. C. en tiempos del Emperador Constantino El Grande. Dicen que en Alemania se fabrica una de las mejores cervezas. En Europa y América se corrió la especie que el producto elaborado en Venezuela es una de las mejores del mundo. Un Maestro Cervecero es quien interviene en su preparación.
Existe otra versión según la cual fue en Australia, Oceanía, donde se elaboró la mas exquisita del universo. La cerveza es una bebida tan sana, provocativa y única en todas partes, que la propia Iglesia romana no impidió que San Arnulfo de Metz sea su Santo patrono. Así que de acuerdo con esa premisa, tomarla con discreción no es una cosa pecaminosa. Según la enciclopedia católica el "Día de la Cerveza", para los que no lo sabían o lo han olvidado, se celebra el 18 de julio de cada año, para beneplácito de los que pertenecemos al signo Leo.
En España se le llama simplemente "cerveza" o "caña"; en Estados Unidos, "Beerd"; en Portugal, "cerveia" y en Venezuela, coloquialmente la llamamos "rubia", "negrita" o "morena", en diferentes maras para complacer cada gusto.
La historia que se relata reza lo siguiente; Cuando muere el Obispo San Arnulfo llevan su cuerpo a enterrarlo en la Iglesia, varios fieles agotados pararon en una taberna, pero al entrar comprobaron que solo quedaba un tarro de la bebida, así que tuvieron que compartirlo entre todos. Sorprendentemente el tarro nunca se terminó y la gente toda pudo satisfacer su sed. El milagro se le atribuye a San Arnulfo".
Parte de las plegarias del Obispo estaban dirigidas a impedir que la gente tomara agua contaminada, y en su su lugar bebiera cerveza de garrafón. Ese legado perdura entre los amantes de la popular bebida.
Me vino a la memoria que en la década del 40-50, en la Villa de San Luís, ver a una dama con un tarro de cerveza en la mano era señal de alarma, porque además no era cosa de mujeres. Así que mujeres que hayan cumpliedo la mayoría de edad, pueden degustarla cuando se lo pida el cuerpo. pero con moderación. En una recepción, en el club, en fiestas entre familia o en los toros coleados, también asociada a las fiestas de la calle Sucre y la calle Paez de la villa..
La crónica no pretende patrocinar marcas, ni estimular el consumo de cerveza, la finalidad es evocar un hecho que también es historia, exaltar una bebida que en una época no faltaba en una tertulia, en una partida de bolas criollas o juego de dominó, fortaleciendo la amistad entre los seres humanos. En época pasada dentro de la vieja nevera Phillip siempre había un fila de botellitas o perolas, por humilde que uno fuera. A pesar de todo en la actualidad no se ha visto tan alejada del paladar de los villacuranos.
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