lunes, 27 de mayo de 2024

! HAY PERROS...HAY PERROS !

                             Don Santiago Hernández. Foto archivo de Editorial Miranda,
                                  



Por Oscar Carrasquel



SANTIAGO HERNÁNDEZ era su nombre real, mejor conocido como EL INDIO MARA, apelativo con el cual se le nombró desde que llegó a Villa de Cura..  Tanto se acostumbró que cuando era presentado en una reunión, así era como se identificaba:
"Mucho gusto, El Indio Mara"-

Aún se mantiene en el imaginario popular villacurano de una época. Uno de los primeros hombres que con su oficio humilde y permanencia vendió de manera ambulante “Perros Calientes” en las calles de la ciudad de Villa de Cura, desde comienzo de la década del 60, continuando con esta rutina hasta que cayó vencido por el tiempo.. Hay que reconocer que desde que llegó a La Villa, jamás se quiso ausentar, ni tampoco se apartó de su actividad laboral.




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 Santiago Hernández entre dos damas importantes de su vida:
su hija Lucy y su esposa Fermina (doña Yeya)


Nunca podemos olvidar las tertulias y las andanzas de las familias de la cuadra, que vivíamos por la calle doctor Manzo, y el correr de los adultos cuando sentíamos pasar por el frente aquella pintoresca estampa que llevaba por apodo el  INDIO MARA , empujando un coche que parecía forrado de porcelana, repleto de este alimento tan exquisito de los más memorables.. Uno  consumía el primer “perro caliente” y daban  ganas de entrarle  al segundo y al tercero. No sabemos el origen para el apodo del  personaje pero pudiera venir por los  rasgos de su rostro.
 
Era común observarlo con bata y cristina blanca, y para sacar cuentas  un bolígrafo Papermate en el bolsillo, pero llamaba la atención cuando se le pedían fiado, se excusaba de manera inmediata: 
¡Ay, mijiiito, lo siento pero yo no fío!..
 
Para no incomodar a nadie mandó a pintar con su amigo el publicista José Seijas (6jas) dos avisos en el carro donde se leía "No Fío" y  en el otro extremo "Perros 0.50".

!HAY PERROS!.. !HAY PERROS!. fue el pregón que utilizaba para hacerse notar entre la gente de la calle, se le oía pronunciar con voz fuerte..Desembocaba en cada esquina o se estacionaba a la entrada y salida de una institución educativa..  Quería mucho y era muy apreciado por los alumnos, bedeles y maestras del Grupo Escolar Arístides Rojas. En el atardecer de cualquier día buscaba  para estacionarse frente a la bodega #las Brisas" de don Carlos Lovera en la calle Sucre. De pié junto a su carrito. De repente se instalaba en el estadio de béisbol. A veces anclaba el coche en los alrededores de la plaza Miranda.

Creo que ninguno de los villacuranos de aquella generación puede olvidar lo rico y ameno de aquellos “perros calientes” llenos de sabor que les servía el proveedor mas solicitado. Como tampoco podrá dejar de lado su pregonar recorriendo las calles con su ronca voz que como una flecha llegaba hasta los oídos de adultos y niños: ¡Hay Perros!... ! Hay Perros! Y detrás tarareaba una canción de las tantas de su repertorio, echaba un relato, o recordaba cualquier anécdota u ocurrencia que se le viniera a la mente.

Un hombre sencillo, alegre, de voz fuerte, buen conversador,  narraba hazañas y muy hábil contando fábulas, entonando versos y canturreaba por la calle, muy dado a piropear a las damas pero con elegancia. Don Santiago era un hombre que trataba con respeto, muy gracioso, buscaba reírse con los niños tal como lo hace Santa Claus.. ¡Jo, jo,jo,jo!.

Era un  experto en saber elegir tanto el pan  como los añadidos que utilizaba para aderezar y acompañar una salchicha Oscar Mayer,  pero el secreto estaba en el proceso de preparación y de los ingredientes. En la salsa que preparaba junto con su inseparable compañera Fermina, probablemente estaba la diferencia.
 
Seguramente la mayoría lo vivieron, sin embargo les voy a refrescar la memoria. Cuando uno sostenía el “perro” en la palma de la mano, la salsa blanca y rosada se derramaba por entre los dedos  y hasta su envoltura provocaba lamerse. El gusto por el sabor y la preparación de los "perros" de Santiago el pueblo villacurano nunca lo podrá olvidar.

Que me perdone su hija Ana Lucy al leer esta nota, pero no debo dejar de contar algo del anecdotario; don Santiago (como lo hacen miles de mortales) en ocasiones cuando regresaba a casa después de terminada la jornada de trabajo, detenía el coche en medio de la cuadra frente a mi casa, yo lo observaba por la ventana,  pedaleando discretamente un vasito de ron de una carterita que ocultaba dentro del carro. Nadie se metía con él, siempre con Dios y La Virgen por delante.

UN PERSONAJE ENTRE RECUERDOS LEJANOS

Santiago Hernández, como era su nombre de pila,  no era oriundo de Villa de Cura, como seguramente pensarán algunos; a la Villa de San Luis llegó cuando tenía 25 años de edad. Había nacido en la población de San Joaquín, Estado Carabobo el 25 de mayo de 1923. Hijo natural de la sajoaquinense Isabel Hernández. No puedo dejar pasar por alto lo siguiente,  Santiago llegó a querer tanto a Villa de Cura, que a muchos que le presentaron les manifestaba que él era villacurano.

Adolescente, bisoño, se traslada a Caracas con su progenitora, allá estudió en la escuela  primaria hasta 6to grado,  después fue mensajero en una conocida institución bancaria; luego obrero de limpieza en el Museo Bolivariano  frente a la Plaza  El Venezolano;  además cumplió responsabilidades  como jardinero contratado por doña Menca Fernández de Leoni, esposa del ex presidente Raúl Leoni. Se conocía toda el área de esa quinta y  apreciando de  la familia Leoni. Contaba que, "entraba y salía como Santiago por su casa".

Trabajó algunos años para un maestro constructor de casas en la Caracas de los techos rojos, como albañil de primera. Entre tantos oficios trabajó para algunas Agencias de Lotería de la capital de la República, pregonando la lotería por las calles con aquella voz de trueno, en los predios de Sabana Grande, Chacaíto, Plaza Venezuela y Terminal del Nuevo Circo; tenía clientes que le compraban  billetes completos y vendía, "quintos" de las loterías “Zulia”, “Caracas” “Oriente”. En la ciudad de Santiago de León de Caracas fue donde mucho más tarde se inició como vendedor de “perros calientes”, en tiempos cuando era Presidente el general Marcos Pérez Jiménez.

Don Santiago era poseedor de una fuerte y clara voz. Me contó, luego de disfrutar de una taza de café en su casa que, los empresarios de boxeo y de lucha libre de Caracas, aprovechando su voz de locutor lo enseñaron a anunciar las peleas sobre el ring. (no necesitaba micrófono). El público se emocionaba cuando le oían. Su papel era anunciar a los púgiles sobre el cuadrilátero antes de la pelea en el llamado Palacio de los Deportes, ubicado en la Avenida San Martín de la capital. Se hizo amigo del conocido anunciador oficial de boxeo Pepe Pedroza, de narradores y comentaristas de boxeo y lucha libre de la televisión.

También supimos que su gran pasión y su mundo en la mocedad fue la lucha libre, en cuyo deporte tuvo discreta actuación  como luchador, le correspondió recibir y dar  entrenamiento en esta dura disciplina deportiva,  entrenaba con luchadores de renombre como aquellos que dentro ring se llamaron: "Dragón Chino", "Bassil Battah", "El Chiclayano" y "Camba El Salvaje", pero no siguió  por lo bajo de la remuneración.

En Caracas se enamora y contrae nupcias en 1959 con la joven Fermina Aurelia Cantero, más conocida  como "Yeya", su esposa era de nacionalidad española, quien a causa de una enfermedad terminal  fallece el 3 de junio de 2012 en Villa de Cura, la ciudad que fue como su patria adoptiva, la cual tanto quiso y donde fue altamente apreciada por sus numerosas amistades. De la unión matrimonial nació la única hija Ana Lucy Hernández Cantero. Don Santiago fue padre amoroso también de  dos hijas de una relación anterior , Gloria y Josefina, oriundas de Caracas.


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 Santiago Hernández,  entre el Alcalde Alberto Roye, Rosa Castro y de un grupo de amigos


El 25 de mayo de 1998 la alcaldía del municipio Zamora, cuyo titular era el señor Alberto Roye Flores, lo distinguió con la “Orden Ciudad de Villa de Cura”, ganada por su nobleza y tenacidad de buen ciudadano. Y el 25 de agosto de 2013 con la condecoración " Orden San Luis Rey". Además fue honrado con diplomas y reconocimientos por diferentes organizaciones deportivas que hacían vida en la comunidad.

Entre otras distinciones recibidas se destaca un diploma otorgado el 25 de mayo de 2010, por la “Cooperativa Conociendo al Estado Aragua y Algo Más R.L”, presidida por la comunicadora social Yolanda González, coincidiendo con la celebración de los actos conmemorativos de un aniversario de la ciudad de Villa de Cura.

Don Santiago Hernández el popular INDIO MARA colaboraba con nuestro pueblo en todo lo concerniente con el deporte, particularmente con la Liga de Béisbol del Municipio Zamora y también con el béisbol menor, razón por la cual fue homenajeado en varias oportunidades. Le fueron entregados diplomas, placas y medallas en  torneos de béisbol llevados a cabo en el estadio “Ramón María Acosta”. Pudimos ver que ocupan las paredes y otros espacios de la casa.

Cuenta su hija la educadora Lucy Hernández,  que su padre  no quería dejar su labor de vendedor de “perros calientes” pero que debido a su estado de salud tuvo que retirarse cuando contaba 82 años de edad. Poe el peso de los años el hombre trabajador y jocoso fue perdiendo facultades y el tiempo le fue ganando ventaja. Ya no oía, ni veía bien, sus pasos se hicieron lerdos. La nostalgia por no poder ejercer más el trabajo  que fue  gran parte de su vida le fue minando la existencia. No bastó la asistencia psicológica oportuno que le buscó su hija.

Los que elogiaron siempre su labor nos dolió su partida,  me sorprendió cuando me llamaron por teléfono para anunciarme su muerte. Se marchó un día soleado  por entre un camino de nubes azules y blancas  el 10 de febrero de 2014, en vísperas de cumplir 91 años. Su casa ubicada en la calle Dr Manzo se inundó de abrazos amigables. Su sepelio causó un revuelo y se convirtió en una verdadera manifestación de dolor popular. A todos los villacuranos de una generación nos dejó una estela de recuerdos. Se nombra al INDIO MARA y es referirse a un personaje popular de la ciudad tricentenaria donde  sigue resonando su pregón !Hay Perros!. !Hay Perros!.Paz a su alma.


Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, febrero 2019



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