viernes, 1 de noviembre de 2024

MÚSICA DE PARRANDAS Y AGUINALDEROS

 


Cuadro del pintor CEJOTA colección Ramón Alfredo Corniel

 

 Por Oscar Carrasque

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La música de aguinalderos y parranderos traduce y representa el sentir de la más genuina expresión popular de la región que abarca los estados  Carabobo y Aragua. Ya cercanos a la Navidad hace recordar los preparativos que hacían los conjuntos de aguinalderos en La Villa de San Luis a mediados del siglo pasado. En aquel entonces  poco se escuchaba la gaita zuliana.

Somos testimonio. Desde las primeras horas del 24 de diciembre comenzaban a aparecer enfrente de la Comandancia de Policía los alegres aguinalderos con el tañido de sus instrumentos difundiendo sus coplas.   Como intransferible requisito solicitaban permiso al cuerpo policial,  para enseguida comenzar  su recorrido de calle en calle, de portón en portón, y estacionarse al frente de los negocios llevando la serenata navideña. Entre explosión de  cohetes, y el  repicar alegre  de  las campanas de la Iglesia San Luis Rey.

En casi todas las casas se acostumbraba  preparar el nacimiento  pesebre, y colocar vistosos arbolitos de navidad en la sala o un cuarto de la casa. Entre los pesebres y nacimientos navideños grandes y hermosos, estaba el que preparaban Las Matos con vista hacia la calle Miranda en Villa de Cura. Uno  grande lo organizaba las Hijas de María en el templo parroquial.

Los cantadores de aguinaldo, son los propios ejecutantes de los instrumentos, son quienes embellecen el ambiente con sus tonadas y versaciones. Héctor Lombano, el popular “Casunga”, fue de los principales exponentes, creador de la parranda “La  Flor de la Represa”. No fallaba todas las noches en la plaza Miranda, desde los primeros días de noviembre.

A finales de los años 60s el señor Rufo Cuence fundó la parranda “La Verde Plateada”, con sede en el barrio La Coromoto, al norte de la ciudad.. Guillermo Alahé “Moronta”, furruquero y   Emilio Pérez, cuatrista y compositor, fueron los creadores en la parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes de las parrandas  "La Ranchera" y "La Unión Sonora"; posteriormente se agregaron otros parranderos, y entre todos fundaron una agrupación icono  con el nombre de "Los Turupiales de Aragua", con más de medio siglo de tradición y con una experiencia grabando discos con canciones emblemáticas, su música y sus composiciones son inconfundibles;  y han recibido reconocimiento nacional. Los recursos económicos para renovar los instrumentos típicos provienen de su propio patrimonio.

Provenientes del Estado Carabobo llegaban  a la plaza Miranda y algunos sitios de la población, una parranda con el pomposo nombre de “La Verde Clarita”, símbolo de la comunidad del Central Tacarigua, que después derivó en otra con el nombre de “La Rival Clarita”- También se recuerda la “Unión Santa Elena” de Palo Negro. Otra de las grandes fue “La Vencedora” de la apacible localidad de Güigüe,  estos parranderos, por años,  se reunían y  alternaban con las nuestras en diversos sectores, especialmente en La Alameda.

De ese feliz pasado salían impresas de los talleres de Tipografía Miranda,  las eternas "Cartillas de Aguinaldo" producidas con buen humor por el cronista popular y poeta villacurano don Pascual Nieves, al precio de una locha. 

En una agrupación de parranderos. hay una cantidad indeterminada de integrantes. Los instrumentos utilizados son el cuatro, furruco, tambora, charrasca, las maracas y el chineco, fabricado con tapas de refrescos, usados por los parranderos de la época. Todos ellos cantan por turno en forma de mosaico.  Llevaban  como emblema, el estandarte identificador de la parranda,  un farol, y una estrella fabricada de papel celofán, iluminada con una vela en el centro; además cada integrante con su uniforme, pantalones de dril, alpargatas, camisa blanca, sombrero de cogollo  y una pañoleta alrededor del cuello con el nombre de la parranda.

Cuento que en la década de los años cincuenta, la recompensa recibida  eran monedas de 0,25, de 0,50 y lochas, que le echaban  por la boca  del cuatro. Lo cual cambiaban por botellas de licor,  para afinar la garganta y avivar el espíritu. Además, si era  24 de diciembre, las familias le servían hallacas navideñas, pan de jamón y copas de vino o Ponche Crema.

Siete décadas después tenemos en La Villa conjuntos afamados tales como “Los Turupiales de Aragua”, “Los Jomarcas” , “Alcides y su Parranda”,  “Los Serenateros”, “Generación Juvenil” entre otros más, muy difícil nombrarlos a todos. 

Es placentero reseñar que en la actualidad,  entidades civiles de auto gestión como la “Asociación de Parranda del Municipio Zamora” y organismos vinculados con la ciudad y su cultura, vienen promoviendo en Villa de Cura la creación de conjuntos de aguinalderos. Todas las agrupaciones mencionadas en el anterior segmento se han presentado en la Biblioteca Pública; en la Casa de la Cultura Rafael Bolívar Coronado. Así como también en las diferentes eventos que se organizan todos los años en el mes de diciembre, en especial el encendido de luces, tanto en la Plaza Bolívar, igual en la Plaza Miranda,  en la feria navideña de la calle Páez y la calle Sucre. 

Citamos tamicen como ejemplo a la U.E.P.C. "Josefina Rojas Lovera"; que todos los años forman sus agrupaciones de parrandas para seguir la tradición y permitirnos estar contentos en esta Navidad. 

Honor a parranderos y aguinalderos, a sus animadores y seguidores, que siempre lo hacen con esmero.

                    Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenaria

 

 

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