lunes, 7 de abril de 2025

"LA VILLA DE AYER Y HOY" LLEVADA A LA RADIO


 

Dalia Rodriguez y Raúl Gerardi productores de este programa. Foto archivo

"LA VILLA DE  AYER Y HOY"


Dedico esta crónica a mi amigo doctor Carlos Palma 


Por Oscar Carrasquel

 

De esta manera se titula un programa radial que se encuentra en etapa primigenia, educativo y cultural, nos invitaron para acompañarlos, para hablar cosas del pasado reciente...  Dicho programa se transmite en vivo por Radio Kristal 100.3 FM en Villa de Cura, lo pueden disfrutar cada domingo, comenzando a las 10  hasta las 12 del mediodía.  Como productores y narradores dos figuras de la radiodifusión venezolana, la licenciada Dalia Rodríguez  con el licenciado Raúl Gerardi (en la foto) bajo la. lupa del director doctor Pedro González.

La historia que no se cuenta, no es historia, ayer y anteayer nos tocó vivirla,  lo bonito y lo feo, pero amamos lo nuestro con fervor y pasión, por eso volvemos  al camino  andado.  Hablar de los primeros pasos dados  por sus calles que entonces eran de tierra y polvo. 

Somos testigos de la cordialidad y querencia del villacurano...La urbe era muy nombrada por sus fábricas de  ladrillos y tejas rojas, su fábricas de pasta y de hielo. Las familias se sentaban afuera a platicar y ver pasar la tarde y parte de la noche. Me acuerdo de sus campos,  de los ríos convertidos en balnearios. La Alameda,  sus bares llegaron a ser  refugio de  las meretrices 

Uno de los restaurantes  más nombrados era la Posada de Juanita Echegaray, mejor conocida como "las tres lunares". Cómo no recordar a las maestras uniformadas de azul y blanco, entre ellas a Rosa Amelia Flores Chapellin, la primera Maestra Normalista villacurana graduada en Caracas.

De los poetas, recordamos   a Pascual Nieves y sus Cartillas de Aguinaldo, y la pasión por la cultura del poeta Vinicio Jaén Landa. Los personajes populares que caminaron sus espacios,   la loca Amparo, con su vestido negro, dormía en los ante portones. Juan del Pueblo, cargador para la sabana de los borrachitos y Juan Torero y su guitarra (él solo, parecía una orquesta). Las misas de aguinaldo con sus paseos de madrugada por la calle el ganado hasta llegar a la plaza Bolívar.  

El violín de don Victor Ángel Hernández y la trompeta de Germán Cordero Padrón; bailadoras de joropo de la talla de Juana Méndez y las Tres Marías. Para inyectarse o quitar una fiebre la botica de don Ladislao Tosta. Era una manía “quebrar la olla” el día Sábado de Gloria.

La comida para el centro del país salía  toda del Valle de Tucutunemo .., Negro Lindo , Benito Pérez (vendedor de kerosen), y José Heredia, dueños de carretas de mula.  Saturno Linero el mejor intérprete de  arpa aragüeña. Y si hablamos de recortadores de cabello, los barberos Rufo Archila y Luis Manuel Botello.

Entre los ases de la fotografía Estudios La Penta y el lente de José Girlando. Nunca dejaré de recordar al repartidor que dejaba el pan y la leche de ordeño en las puertas de las casas. Había bastantes costureras y mujeres que vivían haciendo arepas, en cada pueblo las había. Trajes hechos a la medida  en la  Sastrería “Núñez” y Sastrería “La Palma”.

Las muñequeras eran Angelina Utrera y  Emiliana de Nadal. El negro Testamar, fue el primero y último reparador de sombreros y lavandería. Las pulperías del fiado y la ñapa y su reparto a domicilio. Un tango de despecho  en la voz de José Pérez y José Chacín "Gardelito". Las comadronas trayendo  en sus manos  hijos que no eran suyos.

Se celebraban  tradiciones como  fiestas patronales.  y  tardes de toros coleados por la calle Sucre que era de tierra, en invierno  un lodazal, había que llevar las alpargata en la mano, por esa razón le pusieron el sobrenombre de “calle la Chancleta”. El paso de los rebaños de reses por la calle “el ganado”. La procesión del Santo Sepulcro. De cuando se jugaba pelota  béisbol en el “cuadro” de la sabana. Qué  divertidas eran las series del oeste americano y las películas mexicanas en el  cine El Corralón. Y las carreras que se pegaban para no  apagar candela.

Cómo olvidar El Calvario y  la peregrinación en febrero.  el baile de la Burriquita ... Los  dulces típicos hechos en la Villa  son entodo tiempo los mejores. Los sesentones y ochentones probaron el majarete y el carato que vendía Carlina Casado y que decir la jalea de mango de Carlina Padrón.

Nombrar a esté pueblo era decir las mejores alpargatas y sillas para montar a caballo hechas a mano.. Pueblo que tenía sus galleras donde se apostaba cantidades de dinero. .. Villa de Cura le abrió las puertas  a muchas familias provenientes de otros continentes por el éxodo de la guerra.. De esa etapa el célebre equipo Ayacucho Star, campeón nacional juvenil en  1943... La prosperidad  se hizo notoria con la apertura del primer banco, el banco Carabobo. La primera compañía de teatro la crea don Críspalo Galo y la maestra Josefa Rodríguez.

En la época existían dos criollísimas panaderías, propiedad de Pancho Parra y  otra de Juan Pancho Rodríguez. El gran periódico “El Quijote"  abre la historia del periodismo.en Villa dé Cura. Radio Difusora La Villa AM, la pionera,  se constituyó el 1ro de mayo de 1955.

El profesor Oldman Botello nos demostró que la villa conoció la única pista para el aterrizaje de aviones, ubicada en lo que hoy es la avenida Paradisi. El primer automóvil que cruzó sus calles fue un Ford de tablitas propiedad del comandante Victor Manuel Reyes. Habían dos policías escolares para vigilar la asistencia de alumnos a las aulas, Brígido Alegar y Lucio Reina ... Era común decirle a una persona mayor “buenos días”, “buenas tardes, y a veces hasta le pedíamos la bendición.

Empresas pioneras en las artes gráficas Tipografía “Miranda” y tipografía “La Esperanza" El  médico de familia era el doctor Leopoldo Tosta, andaba sobre el lomo de una mula. La voz y la guitarra de Martin Barrios, evocando amores que se fueron y vocalizando el tango “el día que me quieras”. El abogado del pueblo era don Candelario Matos.

Botas Loblan originales, liquilique  y  sombreros "Borsalino" hechos de piel de conejo lo hallabas  en "La Casa de  Cuadros ". Venía a la villa un viejo árabe renco, zapatero remendón  y pegador de tapitas de zapatillas. Para un partido de bolas criollas Bar La Garita; también había en el centro  el  Bar Savery, la máxima taberna del centro del país.  

Cada una de estas cosas y otras más que faltan  es una historia diferente.. Pienso que debe dársele importancia a la historia chica. Cosas como estas no es posible encontrarla en tu biblioteca, ni en estantes de librerías. Basta saberlo en  el análisis   de los que se ocupan de  dibujar el paisaje y la vida íntima de este gran pueblo de donde venimos, y como dice en su canción Waldemar Oliveros “ mi mayor orgullo es ser villacurano”… "La villa de ayer y de hoy"., no dejes de sintonizar  ese programa cada domingo.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenaria.

 

 

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