Foto archivo Aida Hernández corregida por Ramón Alfredo Corniel
Por Oscar
Carrasquel
Por allá a mitad de la década del siglo xx,
desde que era una niña de edad escolar, en la ciudad de Villa de Cura cantaba en los
actos culturales más importantes. Con el correr del tiempo era presentada en las
veladas artísticas musicales que realizaba un grupo de teatro,. pero
principalmente en las actos culturales que se desarrollaban a nivel
de escuelas de educación básica..
Para ello las edificaciones disponen
con espaciosos y bellos escenarios muy bien iluminados, con auditorio lleno de
estudiantes, maestras, maestros, padres y representantes , muy
especialmente se llevaron a cabo en el mes de julio, para despedir el año
escolar, organizados con el apoyo y esfuerzo de directores y de los propio docentes y alumnos de las instituciones educativas.
La imagen que presento de la joven Isabel
Córdova. Ella en sus mejores momentos, con su voz y estilo inconfundible actuando en el anfiteatro del Grupo Escolar "Laureano Vallenilla Lanz", que posteriormente
cambió de nombre para UEE "Simón Rodríguez". .
En aquel tiempo Isabel Córdova era una joven egresada
de las aulas de esa institución, con voz y estilo inconfundible, cantando y bailando flamenco, el estilo que más le fascinaba, también interpretaba baladas
y canciones venezolanas de moda.
Isabel Córdova cantaba en una audición
en Radiodifusora La Villa AM, cuyos estudios distaban a media cuadra de casa, siempre acompañada por la guitarra de Rafael González, un maestro de la Escuela
Arístides Rojas, con quien aparece en la gráfica.
En los años siguientes, después que nos casamos, cantaba en su propia casa, en las recordadas reuniones de la peña cultural, la cual empataba la tertulia con la música y la poesía, bajo la sombra de una mata de Semeruco se oyó
su canto bohemio acompañada del brillo de las guitarras de los maestros del
requinto y la guitarra Esteban Nieves y
Carlos Parra, y pulsando el cuatro Aníbal
Lara Parra; Isabelita interpretaba hermosas canciones del repertorio de artistas consagrados
Nietas y nietos, biznietos, los que están y los que cruzaron frontera, quieren escuchar su voz grabada en unos viejos casetes que guardamos, ellos aunque no la conocieron saben como honrar su memoria,.Sus hijos, tres hembras y dos varones, supieron lo que es el amor de madre, sus cuidados y consejos, estudiaron y se hicieron mujeres y hombres de bien, católicos como ella, hicieron su vida.
De repente se silenció su voz. La susodicha,
después de seguir las lecciones de buena hija, madre, hermana y esposa ejemplar,
falleció en su Villa de Cura natal. Cuando eso Rafael, el bordón de la camada, su
“príncipe”, a quien entregaba todos los días a su maestra Milagro Almenar en el Preescolar de la "Aristides Rojas"., Cuando Isabelita murió, el niño no había cumplido los 10 años de edad.
Algunas veces, al igual como el águila, nos toca sumergimos en mal tiempo. La vida está llena de asombros.. Hasta en el canto de las aves cuando llega el invierno hay sollozos., la vida que Dios nos da es como una lluvia pasajera, es una bendición del Señor.
Se marchó en un viaje innecesario, cuando relumbraba la aurora, pero dejó huellas de sus cualidades artísticas sembrada en dos de sus retoños, la nieta Ana Sofía "primera voz" en el coro de su colegio y campeona en su categoría de un campeonato de Karate. Y su nieto Juan Pablo, que es baterista de un grupo cañonero, además, trombonista del Sistema Nacional Juvenil de Orquesta de Venezuela. Tiene 2 temporadas pagando promesa cargando imagenes de santo en Semana Santa en Villa de Cura.
Imbuido en la nostalgia escribiendo esta nota, te digo:.amada Isabelita, !Que en paz descanses! .
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