"BODEGA 5 DE JULIO” DE DON RAFAEL ORTEGA UN CIUDADANO DE UNA VIDA EJEMPLAR
En el discurrir de la vida de nuestro pueblo de la década de los años 50, todo el mundo en Villa de Cura sabía que la "Bodega 5 de julio" fundada y regentada por el conocido comerciante don Rafael Ortega, estaba situada en toda la zona comercial de La Villa, exactamente en la esquina de la calle Comercio cruce con la calle Bolívar y Villegas, contigua al establecimiento comercial de Norberto Ramón Vásquez. En este lugar funcionó hasta hace poco un negocio llamado “Pescadería Cagua”.
En la bodega de don Rafael Ortega, quizá una de las más típicas, se encontraba todo lo que usted buscara, bien surtida de víveres y artículos de la dieta popular. Había un tambor sobre un burro de madera para depositar kerosén a dos centavos el litro; expendía maíz por almud, queso llanero, manteca en lata, alpargatas, quincallería, tabaco en rama, había hasta artículos de ferretería. El entrar y salir de gente de todas las edades a este negocio era permanente.
Como se estilaba antes, le daba fiado a familias de bastante confianza. En aquella época era muy utilizado el fiado como tabla de salvación para las amas de casa. Cuentan que Rafael, en sus comienzos, repartía la lista de víveres al domicilio de sus clientes sobre el cajón de una bicicleta de reparto.
A lado por la calle transversal abrió una tasquita en donde despachaba por copas licores nacionales e importados. El inventario incluía variadas bebidas artesanales a base de hierbas y frutillas medicinales mezclado con licor blanco. En las tardes se llenaba ese lado de parroquianos, esencialmente acudían a tertuliar reconocidos personalidades de La Villa.
Don Rafael Ortega era un hombre respetado por la comunidad, cordial, de una gran personalidad, con una legión grande de amigos y relacionados. Siempre se veía que se paraban en su negocio por la estrecha amistad, Manuel Melo, Serapito Herrera, Juancho Cabrera, Luis Nieves, Alcides Álvarez, Juan Bautista Hernández, Luis Rosendo Hernández y muchos agentes viajeros que venían a vender a los almacenes.
A veces se escuchaba cuando llegaba don Leandro Nieves con su estampa de poeta en compañía del músico don Ángel Briceño que venía de Caracas y le ordenabna: !Rafa, sírvenos un cuerazo!. Rafael ya sabía que un trago de ron añejo es lo que deseaban.
Pocos saben que Rafael Ortega era oriundo del llano, de la tierra sin jorobas, de San Fernando de Apure donde nació el 10 de diciembre de 1923. Hijo de don Ruperto Ortega, un hombre conocedor de los diferentes caminos del llano y de doña Carmen Olimpia de Ortega. Siendo un párvulo de un año de nacido su padre se traslada con la familia y se avecina en la población de Cagua, Distrito Sucre, estado Aragua. Sus estudios no fueron abundantes porque desde muchacho tuvo que ponerse a trabajar. Allí fue creciendo con amor y dedicación al trabajo como lo aprendió de su padre.
Rafael se inicia como ayudante de un antiguo bodeguero en la población de Cagua, hasta que conoce a don Manuel Melo, nativo de aquel lugar, a quien le gustó la manera de trabajar de aquel joven de apenas 19 años de edad, y decide ayudarle a transitar airoso su camino, se lo trae y le montó una pulpería en Villa de Cura al lado del almacén de la firma “Hernández y Melo” por la calle Comercio (a estas alturas es "Pastelería JAVIORI", atendida por el popular René). El almacén surtía a crédito a la pequeña bodega. Eran tiempos bellos en que aún existían personas con visión humanística.
Andando el tiempo con lo ganado y un crédito de 1000 bolívares otorgado por don Manuel, El mozo abre su propio negocio en un caserón de bahareque del larense don Juan Aguilar Solaine, en todo el frente. Recuerdo que el espacio estaba iluminado por un farol colgante en toda la esquina. El comercio se inauguró como "Bodega 5 de Julio". Haciendo una retrospectiva del tiempo en este local, quizás en los años 40, tuvo bodega don José Caracas la cual fue devorada por un incendio..
Para aquellos lejanos años años, cada vez llegaban al pueblo los arreos de burros y mulas que traían de la sierra productos agrícolas a las puertas de los almacenes. Presente está en mi mente la figura de don Alfredo Rodríguez que fungía como comisionista..
Pasado un tiempo se trae de pulpero a su menor hermano Régulo Ortega... Régulo tendría unos 17 años de edad. Nos enteramos a través de un familiar quien nos comenta que Régulo a fuerza de trabajo, con la ayuda de su hermano Rafael y un crédito en mercadería de don Manuel Melo levantó tienda aparte; abre su comercio a una cuadra más abajo con el nombre de "Abastos y Frutería El Samán", frente al Bar y Restaurante El Samán, en lo que antes fue la sabana. Una bodega mixta del mismo tipo. Allí lleva hasta ahora varias décadas sirviendo a la comunidad de Villa de Cura. Todo el mundo la nombra sencillamente como "La bodega de Régulo".
No puedo dejar de recordar que a nosotros nos surtía el abasto de Régulo, recibamos crédito el cual anotaba en una libreta de notas para pagar quincenal. Una lista para 15 días en aquella época llegaba escasamente a 28 bolívares. En lo que llegaba diciembre a sus "marchantes" les mandaba con el repartidor una botella de Ponche Crema, o vino “La Sagrada Familia". Es grato tener en el afecto y en el mismo vecindario a su distinguida familia.
Don Rafael Ortega no viajó nunca a su tierra llanera ni tampoco regresó a Cagua, quiso de manera entrañable a esta bonita Villa de San Luis. En este terrón conoce y se enamora de una dulce mujer villacurana llamada Carmen Elena Pérez, hermana de Teresita Pérez y José Pérez, con quien compartió el resto de su vida y formó una hermosa familia.
De una primera relación nació Rafael Ortega Jr, de profesión Topógrafo, llamado cariñosamente “El negro Ortega”, fallecido este año. Del tronco de los Ortega-Pérez nacieron Manuel Salvador "Chuchín"; Topógrafo, murió muy joven en un ataque por sorpresa; Rómulo José, bachiller de la República; Régulo, técnico medio; Ysnelda Margarita, Médico Cirujano especialista en oftalmológía; Esther Soledad, profesora y escritora de formación intelectual; Carmen, bachiller y Gisela, profesora universitaria.
Queremos recordar que al llegar a esta Villa en sus años otoñales, Rafael Ortega vivió en una pieza alquilada en la calle Curita (hoy Páez), pero después, como se sabe, habitó casa propia con su familia por la calle Mateo Vargas en el sector Las Tablitas centro.
Los años pasan rápido, el patriarca don Rafael Ortega le dijo adiós a la vida terrenal el 22 de julio de 2014. Murió longevo como los árboles, 91 años fue su largo recorrido por la vida. Fue un momento muy doloroso para la familia y para sus amigos. Dios lo tenga en su Gloria.
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, diciembre 2021
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