Por Oscar Carrasquel
Según el músico y poeta Facundo Cabral (palabras más) "Aquellos que educan merecen recibir más bronce que los propios padres. Aquellos le dieron vida, sus maestros les dieron el arte de vivir"...Al escribir acerca de Ligia Montenegro de García le estamos rindiendo homenaje de recordación a una gran mujer del pasado siglo xx, a su labor pedagógica y tantos valores y principios acumulados. Humilde hasta el final, feliz y contenta, de familia muy estimada por la colectividad villacurana. Los años cuando la conocí y comenzó a trabajar como maestra le llamaron en su pueblo de un modo muy singular: Señorita Ligia Montenegro. Nacida en Villa de Cura el 05 de octubre de 1928 y bautizada en la Iglesia Matriz San Luis Rey de la misma ciudad con el nombre de Ligia Emilia Montenegro Pérez; hija del comerciante ferretero don Maximiliano Montenegro Guirados y de doña Juana Isabel Pérez.
La educación primaria la cursó en Villa de Cura en un colegio propio para hembras la Escuela Federal Graduada Teresa Carreño, destacándose como alumna brillante. Obtuvo su título de Maestra Normalista en Caracas en el Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio (IMPM); de seguidas dedicó un largo periplo de 38 años al servicio del magisterio venezolano.
En el mismo instituto antes mencionado aprovechó de realizar cursos intensivos hasta ostentar el grado de Directora de Escuela. De hecho cumplió con todos los requisitos para la implantación de tareas del programa oficial para la educación básica en los centros docentes, en ese camino transitó todos los escalones jerárquicos tales como conocimiento gerencial, coordinación, director de plantel, presidir actos académicos, organizar sistemas de trabajo, fortalecer la convivencia entre el personal docente, aprobar calendarios de la actividad magisterial y otros.
Se graduó bastante joven la señorita Ligia demostrando que esta batalla se gana a fuerza de inteligencia. Contaba ella misma a modo de anécdota que, el Supervisor de la Zona se sorprendía cuando llegaba a cumplir funciones en su salón de clases, le costaba distinguir si ella era la maestra o una de las alumnas "¿Dónde está la maestra de aula, preguntaba".... Inició su carrera magisterial ejerciendo como Maestra Preceptora, impartiendo clases en la Escuela Unitaria Número 62 en Villa de Cura donde necesitaban con urgencia una maestra emprendedora.
No fue tarea fácil construir su futuro todo lo realizó a fuerza de trabajo. En su resumen curricular y su largo peregrinar por las escuelas, aparece en el Ministerio de Educación ejerciendo los siguientes cargos: Maestra de aula en la Escuela Federal Graduada Teresa Carreño, de su pueblo natal; Directora de la Escuela Estadal Graduada Leopoldo Tosta de Villa de Cura; maestra del Grupo Escolar Nacional José Rafael Revenga de Turmero, municipio Mariño, estado Aragua; Directora de la Escuela Nacional Felipe Larrazábal de Cagua, municipio Sucre de la entidad aragüeña y se consolidó como Directora del Grupo Escolar Nacional Arístides Rojas, por estos colegios desfilaron grandes educadoras abnegadas. Nombrarlas a todas es difícil pues son muchas.
Respetadas por la comunidad educativa y por la sociedad de representantes, alegres y contentas nuestras maestras cuando llegaban las vacaciones de julio y de diciembre para disfrutarlas viajando. Es bueno recordar que en los tiempos de ejercicio de esta maestra, para uno optar el Certificado de Educación Elemental (6to grado), el alumno tenía que ser valorado por un jurado compuesto por una selección de tres profesores (el Director entre ellos) que ordenaba una prueba oral y escrita. Luego aparecía la figura del Supervisor de la Zona Escolar. En aquellos tiempos para pasar de un grado a otro, nunca se oía la orden de “páselo de todas maneras”..
El uniforme escolar lo integraban una bata blanca de laboratorio para v varones y hembras. Enseñaban la historia de Venezuela y sus héroes leyendo el libro del Hermano Nectario María; se leía en “Venezuela Heroica” de Eduardo Blanco.. Y recomendaban estudiar en el libro “Urbanidad y Buenas Costumbres” llevó también el nombre de “Manual de Carreño”. Los maestros no solo impartían instrucción, se dedicaron a la formación del ciudadano. En la maestra Ligia, como en el resto de los educadores, se conjugó integro ese papel.
Casada con Germán García a quien tuvimos la dicha de conocer y tratar. Germán llegó a Villa de Cura con un cargo administrativo en EVYDSA, una compañía bajo la jefatura del ingeniero Feliciano Reyna, instalada en la hacienda Barrancón, especializada en voladuras de rocas para obras de construcción civil. De este matrimonio nacieron cuatro varones y una hembra: Félix Octavio García Montenegro, Carlos Alberto García Montenegro, Miguel Ángel García Montenegro, Germán Enrique García Montenegro y Rosilda Margarita García Montenegro. Una vez llegados los hijos comenzó su labor de crianza y educarlos íntegramente.
Como es de suponer, en su larga y fructífera vida de educadora obtuvo una cantidad innumerable de premios, condecoraciones, medallas, botones, reconocimientos, diplomas de Honor al Mérito y placas., Se le han hecho infinidad de honores, aparte de las muestras de cariño y afecto de sus conocidos y colegas. Buena hablante y le fascinaba la escritura. Curiosamente sacaba tiempo para escribir artículos con refinado lenguaje en la prensa, la tuvimos de compañera de páginas en el quincenario “El Vigía”, periódico que fundó y dirigió nuestro recordado maestro José Seijas. De tal manera que dejó mucho material escrito para que se le recuerde siempre..
En esta ciudad de Villa de Cura tuvo una destacada actuación como gremialista, buscando siempre mejorar las condiciones sociales del educador y del educando. Fue Secretaria de Finanzas de la Federación Venezolana de Maestros; importante activista del Sindicato de Educadores del Ministerio de Educación. Una vez jubilada contribuyó junto con las docentes villacuranas Priscila Bolívar de Izzo, Lourdes Cáceres de González y Cira Esaá de Ramírez entre otras, a la creación de la Asociación de Maestros Jubilados y Pensionados AMEJUP Zamora, de cuyo gremio la maestra Ligia fue Secretaria General, y con el tiempo le tocó presidir la Junta Directiva de esta respetable institución.
Después de obtenida su jubilación siguió su ascendente carrera, tras tantos años de servicio, fue asesora y guía de pre grado de tesis a nivel universitario. Ayudar a los estudiantes de educación superior fue una de sus grandes desvelos y preocupaciones.
Aparte de su labor en la escuela, fue una madre incansable y abnegada, entregada a atender a su hogar, dedicada a su esposo y el amor sublime de los hijos. Con el paso del tiempo cada uno de sus retoños caminó por el sendero de su preferencia pero manteniendo el apego filial a los padres, tal como fueron criados y educados.
A cuántos niños y jóvenes no les brindaría educación primaria y secundaria en tantos años de lucha útiles.. No hay un ser humano que batalle de este modo que no envejezca y deba rodar hasta las puertas del tiempo abatido por la implacabilidad de los años. Poco a poco el ser humano se va desgastando, destiñendo, se vuelve opaco; es naturalmente que ello ocurra en el espacio vital que Dios nos otorga antes de elevarnos ala eternidad. La asignatura de la muerte llegará como el breve silbido de un ventarrón. .
Como es sabido la salud a veces tiene sus complicaciones. Hubo un día que empeoró, tuvo que ser llevada de urgencia a la PoliclÍnica La Villa, sin embargo los esfuerzos fueron inútiles. Emprendió el viaje final un domingo enmohecido por las primeras lluvias, en la tierra hermosa que la vio nacer el 8 de julio de 2018. Debemos recordar que su prodigioso recorrido por la vida fue de 90 años que los debía de cumplir en octubre. Desde mi corazón abierto como una flor de mayo todavía perdura su recuerdo. Descanse en paz Maestra Ligia.
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, 12 de octubre 2020
Agradecimiento:
Milagro Almenar de Pérez
Carlos Alberto García Montenegro.
Datos estadísticos extraídos del libro "Educadores Emblemáticos del Estado Aragua", 2006/ Prof. Luis Parada Flores.
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