martes, 24 de mayo de 2022

EL DESAFÍO DE GALLOS EN LAS FIESTAS PATRONALES DE LA VILLA DE SAN LUIS

 

                     Cuadro de Carlos Martinez "Cejota".Colección de familia Martínez Flores


                         A todos los galleros de Venezuela

Por Oscar Carrasquel

"A pelear mi zambo/ salta al centro de la gallera/ firme la cola altanera/ y la cabeza bien alta/ Un jirón de sol esmalta/ el plumaje del costado/ y al mirarlo allí plantado/ mi grito fanfarronea:/!Sin comenzar la pelea/ mi gallo zambo ha ganado!. (Miguel Otero Silva).
                                  
                               
Siguiendo el recorrido sobre nuestras tradiciones populares. Convenimos que, sin el juego de gallos no son las mismas Fiestas Patronales que estábamos acostumbrados. En la Villa de Cura actual  habitan personas a las que les fascina una pelea de gallos. En esta ciudad  René González Romero,  es un amante y seguidor de la valentía de los gallos de pelea. René desde que tenía 13 años de edad anda metido entre la familia gallística de Venezuela.De entrada nos comenta que  los gallos de pelea más  solicitados son los de Puerto Rico, Mexico, Cuba, EE,UU y Venezuela, En futuras entregas hablaremos sobre la Fiesta Brava (taurina) en Villa de Cura.

Pero debemos anticipar que también  existen los "antigalleros". Se les reconoce y respeta.De hecho,  en algunas partes del planeta está prohibido por considerarlo un acto en perjuicio del animal, debido a que los ejemplares sufren y generalmente mueren en la contienda, Hemos leído que en algunos países se hacen esfuerzos para modificar el reglamento con el fin de mantener vivo al animal.
Sin embargo el desafío de gallos en Venezuela es considerado como una diversión de arraigo muy popular que data de muchísimos años atrás. Dicen los cronistas que  los primeros desafíos fueron en la Isla de Margarita en 1570. Sostienen que se trata de una herencia de los conquistadores españoles  y desde entonces se arraigó en casi todos los países latinoamericanos y en Norteamérica, y por ende se entroncó en todo el territorio de nuestro país. Tan es así que, en pleno siglo xx no había ciudad, pueblo o caserío en Venezuela que no tuviese su tradicional redondel destinado para las competencias gallisticas. Incluso los galleros están reunidos en una organización llamada "Asociación de Criadores de gallos de riña de Venezuela".

En tiempos bastantes remotos fue un juego multitudinario de conmoción nacional, lo confirma el hecho que hubo presidentes de la República  que fueron furibundos  aficionados al juego de gallos. Este segmento lo consultamos con el profesor Oldman Botello, historiador y Cronista de Maracay, con su gentileza característica nos respondió en una nota: “El general José Antonio Páez importó gallos de  pelea de Puerto Rico; también lo hizo el general Cipriano Castro. El General Juan Vicente Gómez fue muy aficionado, inclusive tuvo cuerdas de gallos; le preparaba los gallos Luis Perdomo, hermano de don Julio Perdomo, comerciante de La Villa. Gómez acudía a una gallera en Maracay en la calle Soublette, apostaba pero no se exaltaba como es de ley”.
Según dice la crónica caraqueña de la época, el Benemérito General J. V. Gómez, para su uso particular, mandó a construir una gallera.  en el pabellón principal del Hipódromo  El Paraíso, donde asistía cuando iba a Caracas. 
La lista es todavía mas larga  de los mandatarios venezolanos que fueron furibundos jugadores de gallos.  Lo expresa  en una nota que nos envió el doctor Germán Fleitas Nuñez, historiador y Cronista de La Victoria: José Tadeo y José Gregorio Monagas, Falcón, Linares Alcántara, Joaquín Crespo, Andueza Palacio e Ignacio Andrade, que tenía una gallera en Santa Rosalía (Caracas)”. 
Por otra parte,  dice la historia que por una pelea de gallos nació  la amistad y se hicieron compadres  el General J. V. Gómez y el General Cipriano Castro. También se afirma que la gallera más famosa de Caracas, ubicada entre las esquinas de Bolsa a Piñeiro, perteneció al señor Antonio Pimentel, hombre de confianza y del gabinete del General J. V. Gómez, 

Los ejemplares plumíferos los conocen los amos de cuerdas con nombres propios como sacados de un diccionario, pero también por su  variedad de colores se clasifican en: giros, marañones, jabados, colorados, zambos, pintos y muchos más. Su cuidado y alimentación es regido  por normativas especiales. Predominan en su dieta los vegetales, tomates, maíz, arroz cocido, lechuga, frutas y también  carne de vacuno. Regularmente reciben vacunas de vitaminas para ponerlos en condiciones."Juez" se denomina a la persona que aplica el reglamento y da por terminada una pelea por triunfo o empate.

Villa de Cura tuvo mucho nombramiento  en aquellos lejanos tiempos cuando en cualquier parte del centro y del llano se hablaba de desafíos de gallos y de galleras. En  esa época,  y también en este momento, una de las galleras más grandes y nombradas en Villa de Cura se conoce con el nombre de “El Gallo Giro”, de nuestro paisano y amigo, el coronel José Ramón González, la cual se encuentra ubicada en el sector de Los Colorados en el corredor vial de Carrizalito.


                          Cuadro de Carlos Martínez "Cejota". Colección de la Sra Maruja de Breto

Una de las más populares y buscadas que existió en Villa de Cura por los 50 fue la gallera de  Don Pío Silvestre Zapata; carupanero, la cual estaba ubicada en un terreno cercado debajo de un inmenso árbol de samán en la calle Guárico  o Rafael Bolívar Coronado, frente a lo que se llamó "La Vega de don Armando Carabaño".

"Cuerda" se llama a la casa o dueño de gallos de raza entrenados para pelear. Entre las cuerdas de gallos entroncadas en la tradición aquí en Villa de Cura tenemos en primer lugar la de don Pío Zapata, atendida por su propio dueño, vendía y compraba los ejemplares.. Otro de los dedicados a criar gallos de pelea fue el señor   Ángel Molina. Le cuidaba,  entrenaba y preparaba  sus gallos el popular Natividad Bermúdez, más conocido como “Meneco”. 

Julián Martínez,  venido en San Casimiro tuvo su casa de habitación y pulpería por la calle Comercio frente al INCE; al fondo tenía un espacio donde preparaba sus gallos. Otra cuerda famosa fue la del señor Juan José Vargas Castillo, poeta y gran bailador de joropo aragüeño, quien le dedicó un poema a un gallo invencible llamado “Repetición”, conocido como el terror de las galleras. Pasado el tiempo trasladó su cuerda para la urbanización  El Limón  (Maracay). Otro gallero famoso en La Villa fue el médico traumatólogo doctor Oswaldo Carabaño, sus ejemplares se los cuidaba y preparaba don Ricardo Bolívar en la avenida Paradisi, al lado  del puente "La Loca".

En el barrio Los Colorados en 1980, estuvo funcionando gallera "La Encrucijada”, fundada por don Arturo González Vásquez y Morocho Ramos. Y siguiendo la vía que conduce a la población de San Francisco de Asís existió gallera "Las Guacharacas", intensamente visitada en una época por los mejores galleros del centro del país.

En esta búsqueda no hay que olvidar  la   gallera "Los Tanques” de un gallero  llamado  José Alejandro Peña.Y  en el barrio “Araguita”  tuvo gallera don  Oscar Salvatierra dentro de las instalaciones del Bar "Guárico". 
Existió otra hacia el norte de la calle doctor Urdaneta, en todo el cruce de la calle Juan de Dios Agraz, donde tuvo  puertas abiertas la  bodega "El centavo menos"  del cagüeño don  León Muñoz, con un redondel para desafío de gallos al fondo del patio.

Los habitantes de la popular barriada  Las Tablitas en los años 60,  seguramente recordarán el nombre de don Nicolás Labastidas, quien tenía su gallera debajo de un frondoso tamarindo  en la prolongación de la calle Páez, casi llegando al urbanismo Víctor Ángel Hernández.
 
Desde la infancia conocimos a un pícaro personaje popular que le pusieron de sobrenombre   "furgoneta". Este compañero recolectaba en las galleras los gallos liquidados en la pelea, y después traía su carne convertida en relleno de sabrosas  empanadas y pastelitos,. Su decir que, un sancocho de gallo de pelea es lo mejor para  reconfortar de nuevo el brío  en las parejas mayores. . .  

Las apuestas en los desafíos de gallos son consideradas como  un juego absolutamente lícito y libre,  se trata de una cosa muy seria y de pundonor; las apuestas  en forma verbal, lo que sugiere que la palabra empeñada tiene el mismo valor de un documento. La crónica policial registra un caso en Maracaibo estado Zulia, sobre un hecho producto de una apuesta en un club gallístico, porque el perdedor se negó a reconocer una apuesta. Entre el público fuera de la gallera cualquiera pude apostar. Hay quienes apuestan grandes sumas de dinero y en especie.

Sería insólito negar que las competencias de gallos aglutinaban núcleos importantes de toda la población, sin distingo de clases sociales, por diversión y también por las apuestas dinerarias, además de su contribución al sentido hospitalario de ciudades y pueblos. En un tiempo fue la diversión preferido de los villacuranos, después de nonbrar los toros coleados, en las Fiestas Patronales de mi pueblo, 

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, agosto 2020

Ilustración obtenidas intercesión de Ramón Alfredo Corniel.


 

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