miércoles, 29 de junio de 2022

HILDEMARO FLORES EL POETA DE LA SALSA

 

Hildemaro Flores. Foto archivo


Por Oscar Carrasquel

Sin duda la salsa es un género musical que hace mover todo el cuerpo y se encarga de alegrar  los corazones, un baile en que los cuerpos no sé rozan, una música aliada en una reunión con la guaracha, con la cumbia y el merengue. La salsa en Venezuela y en varios países del mundo tiene representatividad principalmente en la figura del venezolano Oscar De León quien mucho la difunde.   En este sentido traemos a nuestra página a Hildemaro Flores a este coterráneo nacido en este suelo 21 de junio 1966.  El primero que conocemos en La Villa de San Luis con un oído y una capacidad asombrosa  componiendo letras y cantando salsa, dos facetas a la vez, nacido y criado en el paisaje del sector La Represa cerca del Paredón. Su cara es bastante conocida en Aragua con registro en las sociedades Sacven y Ciaca.

Hildemaro viene de una  familia fiestera. No deja de recordar su infancia, aquellos días que la pudo disfrutar al lado de su progenitor. Su padre se llamaba Ricardo Flores, yo lo recuerdo como un hombre alegre de simpatía contagiante. Hace aproximadamente 60 años era un conocido rumbero, bailarín, disjokey, lo que antes llamaban  patrocinante de "arroces" o fiestas de fin de semana. Y su  abuela Juana Méndez en los años 50 fue considerada la mejor bailadora de joropo aragüeño en estos lares.

Hildemaro, me atrevo a decir que, compone salsa de las cosas que retoñan de su corazón,  no solo canta con acompañamiento de orquesta o de conjuntos musicales en vivo. En cualquier  tarima con techo o en algún rincón donde haya conexión eléctrica pone a sonar su explosión salsera  con la ayuda  de pistas electrónicas y el complemento de su inspiración y de su maravillosa vocalización. Para eso no  precisa pasar horas y horas ensayando.

Ya lleva tiempo en esta actividad en Villa de Cura. Muchos fanáticos de la salsa se sitúan al frente  y las parejas se ponen a vibrar el cuerpo y   mover sus corazones. Hidemaro siempre tiene una amplia sonrisa para su gente. En un maletín guarda una selección de pistas y cd que ha grabado. A  cada fondo musical le pone letra de su creación. Hábil para la improvisación. Cuenta que ya alcanzó  la cifra de 4000 temas escritos; 225 grabados en  estudio y 122 en el canal de Youtube.
En sus adaptaciones musicales involucra a personajes y hechos de la historiografía menuda y de la vida cotidiana de la comunidad, entre ellos un tema dedicado a Villa de Cura tricentenaria.
Siempre dispuesto a sonar la música en un acto social, en una tarima dónde haya sido invitado.   Un  poco detrás aparejado viene un hijo que sin dejar sus estudios desarrolló una  pasión por el arte musical interesado en seguir su legado. Algunas veces cuando no tiene clases  hemos visto que AARON FLORES   de apenas 10 años de edad  se comporta a la luz de los conocimientos que va adquiriendo.
Al buscar a Hildemaro Flores en la plataforma de facebook, Instagram, es fácil encontrarse con las imágenes de este exponente de la calcomanía, del grupo de gente del mundo cultural villacurano.

Hildemaro Flores con su hijo AAron. Foto archivo


Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, junio 2022

DOÑA MARÍA TERESA CASTILLO DE HERNÁNDEZ EN LA HISTORIA DEL CORREO DE VILLA DE CURA

 

                           María Teresa Castillo de Hernández. Foto archivo don Félix Hernández

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Por Oscar Carrasquel


Porque Dios me dio amigos buenos como don Félix  Hernández Castillo con quién compartimos y aprendimos muchas cosas  de la vida cotidiana de nuestro pueblo, en la búsqueda de los infinitos años de la juventud, es por .lo  que venimos hoy a referirnos  ligeramente sobre la presencia de una mujer sencilla y amable  del siglo pasado quellevó por nombre doña María Teresa  Castillo de Hernández, una dama perteneciente a la vida social villacurana de la cuarta  década del siglo xx.

Existían en La Villa en aquella época las escuelas Unitarias de Rafael Delgado Oliveros, la de don Manuel Hernández con sus oportunas enseñanzas, y otra de  doña "Pepita Peraza". En estas escuelas se aprendía las primeras lecciones leyendo en el recordado  "Libro de Mantilla", y en la época que a los discípulos desatentos al maestro le podía dar pellizcos, como adirma el maestro Gallegos en su novela, "las letras entran con sangre".

Vale decir que en 1928 fue fundada la legendaria escuela para hembras "Teresa Carreño". En noviembre de 1926 abrió sus puertas la Escuela Federal Arístides Rojas para varones. Por este motivo se fue reduciendo la presencia de las escuelas Unitarias, pero siguieron apareciendo. En años siguientes abrieron aquellas fundadas por misia Angelina de Roldán, doña Antonia Rodríguez de Bolívar y las hermanas Poleo. Hablamos que las posadas más antiguas que habían en La Villa fueron  la de las hermanas Rachardell y la pensión  de doña Juanita Echangarai, conocida también como "Juanita las tres lunares", que estuvo en la calle Páez cruce con doctor Rangel.

A estás pensiones llegaban los que venían del llano guariqueño y apureño .  Además de posadas eran rancherías de palma  en cuyo solar pernoctaban en la noche las  carretas de  mulas, caballos y arreos de asnos. Todo eso que me contaba mi amigo Felix Hernández se me quedó grabado en la mente.
En  esa etapa casi rural   de aquella Villa de San Luis de mediados del siglo pasado la Oficina de Correos estaba ubicado en una casona tipo colonial muy llamativa de grandes espacios en la calle Comercio frente a la plaza Francisco de Miranda, a la vez era casa de habitación de la familia Hernández Castillo. Al frente había un aviso visible dónde se leía *Correos de Venezuela". En el mismo terreno está  construido  lo que es hoy el  Centro  Comercial Plaza.

Doña María Teresa era asidua participando en los retiros espirituales y  misas en la Iglesia católica. Recordamos que en los años de las décadas del 40 y 50  el cura párroco que se conocía para la Eucaristía y presidia las procesiones del Santo Sepulcro en Semana Santa era el doctor Lucio César Castellanos.

Doña María Teresa de Hernández, como queda dicho, desempeñaba la difícil tarea de ser la encargada de la Oficina de Correo de Villa de Cura. Fue una persona apta y  preparada movida por el cumplimiento de sus obligaciones y deberes, nativa de la población de Tocuyito estado Cojedes, desde muy joven se radicó en Villa de Cura, practicaba la confección de ropa para sus hijos; contrajo nupcias
con el villacurano don Manuel Hernández Utrera, de cuyo matrimonio nacieron Manuel Enrique, Ana Teresa, Estela María, Juan Bautista,  Félix Lisandro, Carmen Teresa y Ana María (Mery). 

El apellido Hernández era uno de los  más abundantes relacionados con la educación y el comercio agrícola y pecuario en este ámbito aragüeño. Después de casada doña María Teresa de Hernández permaneció largos años de servicio al frente de la Oficina de Correos de La Villa brindando atención a la población que no era tan grande,  podríamos decir que su mayor mérito fue la constancia y su espíritu de servicio.

Los carteros encargados del reparto de correspondencias en la década del 40 cuyo trabajo realizaban a pie fueron los jóvenes Remigio Marchena, Rómulo Bermúdez que llegó del llano y La Villa le dio cabida,  Teodoso Ríos y José Ramón Coronado. El trabajo de los repartidores de cartas era reforzado con la figura del Posta, el cual  era desempeñado por un joven llamado José Leocadio Villalobos que se caracterizaba por tener a su cargo llevar  y recoger las valijas  en las oficinas de los pueblos circunvecinos. Esta destacada figura del Posta no se trasladaba a caballo como antes, sino  en los viejos autobuses de la Línea Demócrata como medio para realizar su trabajo. Cómo hemos escrito en columnas anteriores la Oficina de Correo servía para hacer transferencias de dinero ante la ausencia de entidades bancarias en la población.
A finales de la década del 40 asume la jornada  como regidor en el Correo, por designación del Instituto Postal Telegráfico (IPOSTEL), el barinés de Sabaneta don Salustiano Yusti Prieto (1898 Sabaneta-1987 Villa de Cura).
Este  oficio de abnegación como fue la rectoría del correo  llenó algunos espacios importantes de la vida de doña María Teresa Castillo de Hernández. Lo que buscamos con estos escritos es que la nueva generación sepa de la evolución de la ciudad y por dónde hemos pasado en este largo discurrir del tiempo vivido. Hoy aquellas postales que recibíamos actualmente de todas partes del mundo llegan por Internet, el progreso y  los avances en comunicación terminó con el correo tradicional.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis Junio 2022 

jueves, 16 de junio de 2022

EL VIGÍA SE VOLVIÓ NIEVE

 


EL VIGÍA SE VOLVIÓ NIEVE

Por Oscar Carrasquel Se vistió  de nieve

la cumbre de mis ensueños

Parece un Águila Blanca Escapada de la Sierra Nevada Con su faz cruzada por un velo

como una Virgen. Parece que iba para la primera misa Brilla el paisaje como joyero de plata Huérfano de florecitas amarillas al cielo El trueno como un latido anticipa el aguacero El silencio se desparrama

por la callejuela Andrés Eloy No habían despertado las almas de los balcones A la hora que suena el clarín de la mañana parpadea una nívea lluviecita. Y yo en el patio 

con ganas de cantarle a la blanca montaña de elevada giba.

domingo, 12 de junio de 2022

VANIDAD VS AMOR VALLE FELIZ OBRA TEATRAL DE MARCOS LEAL CEBALLOS

 

                                         Elenco artístico de la obra. Foto Lcdo Gipmar Martínez


Por Oscar Carrasquel


El pasado 10 de junio de 2022 tuvimos la dicha de estar entre la cantidad de  espectadores, mi nieta psicóloga Ana Moreno Carrasquel y yo, por invitación de la Fundación Teatro Estable de Villa de Cura, en el tablado designado con el nombre de Sala Enrico Terrentin, en la presentación y estreno de la obra "Vanidad Vs Amor Valle Feliz" basada en una obra original del villacurano de pedagógica pluma profesor Marcos Leal Ceballos. 
No pretendo hacer un análisis profundo de dicho trabajo, sencillamente lo que quiero señalar es que el autor logró desarrollar en el libreto una diversidad de escenas al estilo moderno y un dialogo realista. Resalta la literatura, la sencillez y la belleza del lenguaje. 
La obra es dirigida por el conocido director de teatro Orlando Ascanio la cual esta prevista para ser exhibida los días 1O, 11 y 12 de junio de 2022.  Merece destacar lo acertado de la dirección como nos tiene acostumbrado el profesor Orlando Ascanio, el vestuario, decorado, preparación del escenario; pero esencialmente la caracterización de un elenco de cinco  artistas que participaron en la secuencia de la obra, los cuales, según me han informado,  hacen la pasantía de su vida artística por el teatro, y lo hacen muy bien, acaban de brindarnos su extraordinario talento. 
Le dieron vida a la obra los artistas que subieron al escenario profesora Hermila Milo Ysaya, Lic Sullin Pérez, profesor Yohanni Ysaya,  el doctor José Luis Torrealba que ejerce actualmente como médico y el profesor Marcos Rodríguez. Al final fueron muy aplaudidos. Entre los que se ocuparon de  la utilería tenemos a Roberto Zambrano, Ricardo Zambrano y Amelia Zambrano. El creador Marcos Leal  nos dice que reconoce la especial colaboración, el apoyo y el ánimo oportuno dispensado por los señores Carlos Penso, Inocencio Adames Aponte y el abogado Carlos Palma.
La Sala Enrico Terrentin,  como semilla sembrada en tierra buena,  busca recobrar vida  gracias al trabajo y al esfuerzo de su fundador el Maestro Orlando Ascanio en cuyas manos ha estado siempre el teatro en Villa de Cura, y no se detiene. Aunque vemos que la infraestructura de este arquetipo de la cultura zamorana requiere de un cariñito. No se puede ocultar sus problemas de mantenimiento. No se conservó se abandonó a su suerte.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, 10 junio 2022





domingo, 5 de junio de 2022

LA SOMBRA DEL ROBLE DE LA ESCUELA ARÍSTIDES ROJAS

 

                                           El árbol de Roble a la entrada. Foto archivo O C



Por Oscar Carrasquel

Plantado al lado izquierdo custodiando la entrada se encuentra este hermoso arbusto de Roble. Muy raro porque se trata de una  variedad que  solo se da  en los farallones de los cerros y en las márgenes  de los ríos. La copa amplia como un inmenso paraguas es de color verde gris. No proporciona frutos dulces ni agrios para consumo, es por eso que los seres humanos no le lanzamos piedras. Es esplendoroso en invierno y de verano.

 Es lindo. Lleva años allí embelleciendo el verde el paisaje del patio de entrada haciendo la  conservación y custodia en el portón del Colegio “Arístides Rojas”, situada en la calle doctor Manzo de Villa de Cura. Lleno de una marea de ramas que brindan generosa sombra para proteger a las personas de la lluvia y el sol, que  marchan o que deben entrar y salir de las instalaciones de la antigua institución educativa.

Como a las 12 de mediodía, por los momentos, se refugia debajo un grupo de personas trabajadores  a quienes les distrae este rico y hermoso embeleso. El Roble le sirve de burladero de la lluvia y de sesteadero cuando el hirviente sol  de mediodía no da más plazo. Todo el mundo se queda admirado, abismado, con los ojos curiosos preguntándose cómo puede  un árbol  dar tanto y hacer enormes cosas sin recibir nada a cambio.

 Sus ramas y hojas se entretejen con la fuerte brisa. Por algo está allí soportando soles de verano, agachadito, agazapado cuando es fuerte la brisa, plantado en el ángulo izquierdo del portón, mirando hacia afuera, haciendo amistad con maestros y alumnos y con los conductores de los automotores que le frenan a su lado, dirigiendo la mirada al interior del plantel asiendo la visión en donde se encuentra  un letrerito en la pared con estas palabras: “Al árbol debemos solícito amor”.

 

La Villa de San Luis, junio de 2022

 

ESTÁ QUEDANDO COMO UVA LA REMOZADA ESCUELA ARÍSTIDES ROJAS

 

 


FACHADA FOTO ARCHIVO O C 

                                                             Por Oscar Carrasquel

 

Hoy les vengo a recetar algo distinto pero trascendental. En conversaciones sostenidas con docentes del Colegio Arístides Rojas, representantes y maestros en retiro se decía que, se necesitaba de un milagro para reavivar ésta casa de estudios  casi centenaria, pues existen áreas en desidia total  en las condiciones como estaba.Ayer nos llevamos tremenda sorpresa al transitar por el área de la Unidad Educativa Arístides Rojas, el recinto escolar de imperecederos recuerdos llena de tantas historias y vivencias; y es que cada vez que pasamos por el frente vemos que está quedando tan bonita como en el pasado, ya me lo habían dicho muchas personas.Las labores de remozamiento y dirección de la obra están a cargo  del profesional de la arquitectura moderna  Humberto Rodríguez Alayón quien tiene vasta experiencia realizando este tipo de trabajo en otras escuelas de la localidad dentro el programa social de la empresa que lo contrató desde hace aproximadamente 15 años para trabajos de esta misma características. En esta oportunidad con un conjunto de trabajadores especializados que  ejecutan el arte con calidad y belleza.

El nombrado Humberto Rodríguez Alayón, nacido aquí en Villa de Cura, con la franqueza que lo caracteriza, tuvo la galantería de invitarnos a qué pasáramos al interior de todos los departamentos, por tanto  hemos visitado la Unidad Educativa  varias veces. Según hemos sido  notificados por el responsable de la obra y  también por tener a la vista unos afiches colocados en la cerca de alfajol, los trabajos de refacciones se están realizando por etapas, por los cuatro costados de la institución, con el aporte de capital y el apoyo de una conocida empresa privada, muy apreciada en Villa de Cura que gira bajo la denominación comercial  de Multinacional de Sabores C. A, interesada en la búsqueda de dejar a tono y  funcionando la edificación.

Percibimos en nuestro recorrido sobre la forma  como se están acometiendo algunos de los trabajos, se está remodelando la entrada de la Dirección. Ésta primera etapa contempla además, pintura en paredes internas y externas; reparación de la cerca perimetral, reposición de algunas piezas en baños de hembras y varones que fueron sustraídas: sustitución de cerámicas en pisos y paredes; limpieza de bocas de visita de aguas servidas y tableros de electricidad; tala de árboles enfermos con el permiso de autoridades ambientales, y limpieza preliminar de patios. A esto hay que agregar la impermeabilización de una parte del techo y  limpieza de canales de aguas de lluvia.

No hay que soslayar que esta actitud por parte de esta firma industrial moderna, es invalorable y un ejemplo inquebrantable de amor por la ciudad, por el quehacer cultural,  y el aspecto educacional de la población villacurana. La empresa citada está haciendo de su parte nos toca ahora la alta responsabilidad de cuidar y conservarla.

Patios  de su interior. Foto archivo O C

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, junio 2022







viernes, 3 de junio de 2022

PRISCILA BOLÍVAR DE IZZO EDUCADORA CON MÁS DE TREINTA AÑOS DE SERVICIO AL MAGISTERIO

 

                Priscila Bolívar de Izzo, foto álbum             
     
                                                                                                      Por Oscar Carrasquel



Para conocer y hablar de la condición humana de Priscila Bolívar de Izzo  y  de su carrera como educadora  es  preciso  abrirse y desgajar el alma hasta  más allá del infinito. La conocemos  de trato desde que  yo era un niño, la vi crecer en ideas y mentalidad, conozco su estatura humana y supe de sus vínculos con la educación. Habitualmente en un centro unitario en su casa de familia, y después al servicio de Instituciones educativas públicas. 
Priscila de Izzo, es actualmente maestra jubilada disfrutando de la tranquilidad del hogar, bien merecido ya que entregó algo más de treinta años de  su fructífera vida al ejercicio de la educación en Villa de Cura. Todo este tiempo (1947-1978) en las aulas de cuatro paredes de la escuela “Arístides Rojas”. Ella viene de una familia de educadores: Su hermana Tulia Isabel, también abrazó la carrera desde muy joven  y Josefina, su hermana más chica, se inició en el trabajo docente y hubo de retirarse después de casada .Y el único varón, Aníbal José, se gradúa de clérigo en el “Instituto Diocesano Mayor de Caracas”; ejerció el sacerdocio y luego de renunciar a su vocación sacerdotal siguió cumpliendo misiones vinculadas con la iglesia católica y con Dios. De allí salió  bien preparado. Le tocó cumplir misión en varios países de América del Norte y Europa, era multilingüe, nos enteramos después que dominaba nueve idiomas. Desarrolló además una importante labor pedagógica religiosa. 
Priscila Bolívar, alta ,robusta, morena de piel, nació  el 16 de enero de 1923,  en la Villa de San Luis de Cura.  Casó con Francisco Izzo Maure, de descendencia italiana, conocido en todo lugar como “Musiù Izzo”.  Trabajar la tierra era  la rutina de su marido, el hombre sembraba una parcela en el hermoso valle de Tucutunemo, cuando estas tierras eran un emporio en la producción de rubros agrícolas y de la ganadería. De esta feliz unión nacieron José Francisco, José Aníbal y Thaimi Rafaela Izzo Bolívar. No se detuvo aquí  este interminable recorrido, todo lo contrario, el camino se  hizo más ancho, multiplicándose en nietos y biznietos..
Fue su padre don Aníbal Bolívar, oriundo de Valencia, un hombre alto de sombrero, de poco hablar y de noble trato; acá en La Villa ancló para quedarse el resto de su vida. De profesión herrero, conocedor del arte de fabricar hierros para marcar ganado y restaurador de herraduras de caballos, fabricaba empuñadura para armadura.
La experiencia la trajo de Río Negro y sus alrededores, donde se hace experto de alistar caballos para  el combate en el cuerpo de caballería del Coronel barloventeño Tomás Funes, toda una leyenda en el Territorio Amazonas en las primeras décadas del siglo xx. En aquel entorno de hostilidades y refriegas había que poseer arrojo y tener presente la delicada advertencia de Funes, que “Sin una buena herradura no había caballos para la guerra”.
Instalado en Villa de Cura, el maestro Aníbal Bolívar se dedicó  a lo que sabía hacer,  al trabajo de herrería, instaló su propio  taller en la calle Sucre.  A un niño de mi edad en aquel tiempo le resultaba curioso ver a aquel hombre soportando calor frente a una fragua de fundición, golpeando un yunque. Claro, debía de entregarse a esa jornada para garantizar el sustento familiar y el estudio de sus muchachos.
La madre de la maestra Priscila fue  doña Elvira  Antonia  Rodríguez de Bolívar, nativa de San Juan de los Morros, generosa como pocas, de quien no podemos olvidar su sonrisa de cariño. Parecía una monja. Católicos fervientes  y sembradores de valores.. Un hogar con el Corazón de Jesús y  Virgen de Lourdes  como estandartes.
Allí nos enseñaron que debíamos amar a Dios por sobre todas las cosas, como primer mandamiento. La devota familia acudía a oír misa todos los domingos y días de festividad religiosa ..Aquella trilogía de jóvenes maestras para la educación y para la vida, en la gestión del gobierno del maestro Rómulo Gallegos logró con voluntad y sacrificio poner a marchar una “Escuela Unitaria” de su pertenencia. Utilizaban técnicas educativas tradicionales,  empezó a funcionar en su modesta casa de habitación ubicada en la calle Urdaneta, entre Miranda y Sucre. Y allí comenzaron  la titànica labor de enseñar. Pasado el tiempo Tula y Priscila lograron obtener sus títulos de Maestras Normalistas,  en aquellos antiguos cursos de "Mejoramiento Profesional del Magisterio" en la ciudad de Caracas.
Aquella fue nuestra primera escuela  y funcionó en la misma cuadra y acera donde vivíamos.. En  una habitación  confortable  donde comenzaron a enseñarnos a un grupo de niños y niñas de diferentes edades y niveles las primeras letras. Era una de las pocas que existían en La Villa. Tendría yo algo más de siete años cuando me inicié.
De allí pasamos directamente con suficiente preparación a estudiar tercer grado en la escuela nacional “Arístides Rojas”. En esta casa de estudio nos dio el visto bueno sin presentar exámen de admisión su director, el siempre recordado bachiller, exquisito violinista y tribuno  don Víctor Ángel Hernández. Hoy la maestra Priscila ya supera la barrera de los 93  años de edad.  Camina lento.. El tiempo le arrugó la piel pero no la memoria. Observamos que conserva una lucidez sorprendente, pese a que ya debe apoyarse en un bastón para no perder el equilibrio. Está pendiente y recuerda con nitidez a todos los seres que la rodearon, del tiempo cuando los  apellidos de la vecindad se pronunciaban: Infante, Linero, Matute, Pineda, Barrueta, López, González,  Paredes, Almeida, Carrasquel, Sarramera, Hernández, Mendía, Martínez, Garrido y Arteaga-Montenegro, entre otros. 
Maestra de generaciones enteras de villacuranos. Cuántos de ellos después fueron graduados en universidades de prestigio en Venezuela.. Fueron los mismos que desfilaron por aquellas mesones de madera en hileras, y el salón de clase oloroso  a brotes de  lápiz Mongol y a tiza de pizarrón, y el resonar de aquellas voces infantiles que tronaba en los oídos. 
¿Quién no evoca a su primera aula de clases? ¡Quién no recuerda su primera escuela? Quién no retiene el nombre de su primera maestra?. La que nos enseño las letras del abecedario.. A juntar aquella cantidad de signos para formar silabas y oraciones. La primera que vio  el dibujo sin buen cálculo que hicimos del Escudo y  el Pabellón Nacional.  La que muchas veces nos llamó la atención y nos reprendió. La que nos enseñó a  venerar  el legitimo  cuadro de El Libertador. La que le oíamos en silencio aquellos “dictados” salidos de sus labios ingenuos. La que nos inculcó que deberíamos ser honestos y responsables, y la que nos hizo ver  que las letras  eran para siempre..Uno no sentía que ella era la maestra sino nuestra madre.
La maestra Priscila fue una persona dinámica muy activista en la defensa de los derechos de los educadores, y sobre la marcha de su acción docente arrimó el hombro para impulsar la fundación en Villa de Cura de la Federación Venezolana de Maestros. Y, luego  de retirada  dedicó sus esfuerzos junto a  Lourdes Cáceres, Ligia Montenegro, Cira Esaà y un grupo de maestros y maestras que hoy siguieron su legado, a la creación de la  “Asociación de Maestros Jubilados y Pensionados” (hoy en La Villa AMEJUP). En diversidad de ciudades y pueblos del estado Guárico y Aragua y hasta a Caracas fue a parar en sus luchas gremialistas.
Para corresponder a sus sentimientos  hubiésemos querido en su momento secar las lágrimas cuando sintió la punzada en el corazón de perder  a  Don Aníbal, su padre,  a Doña Elvira Antonia, su madre, a Tulia Isabel, la hermana que le seguía,  así como el luminoso recuerdo de la muerte de su hermano Aníbal José, como fue también la despedida para siempre de José Aníbal, uno de sus hijos. 
La poesía es bella y siempre hemos percibido que toda mujer la lleva muy adentro. Pues  hoy, la maestra Priscila  ha expresado ese sentir y nos ha demostrado que posee la inspiración para escribir canciones y poesía, y hasta un acróstico con el título de “Oscar”, como un puñado de delicadas florecitas ha puesto hoy  sobre mi pechera.
Muchas veces, según me cuenta su hija Thaimi, en la quietud de las tardes veraniegas  o en noches de retozos de luceros, cuando la brisa  sopla por por las alturas del noreste,  sus hijos, nietos y biznietos la escuchan  en un rincón de la casa, vocalizando  un manojo de  versos o susurrando viejas canciones. 
Son numerosos los reconocimientos y condecoraciones recibidos durante su ejercicio profesional: entre los que se pueden contar: Condecoración 27 de junio, otorgada por la presidencia de la República de Venezuela;  Orden Hilda López Graff,;Orden 60 Aniversario de la escuela Arístides Rojas; Orden al Mérito San Luis Rey; Orden Luis Beltrán Prieto Figueroa, Orden Ciudad de Villa de Cura,  entre otras más.
Son más de nueve décadas de recorrido en la vida, 93 años  que cumple recordando la brisa mañanera , de bendiciones, para aquellos que se fueron al más allá, para los  hijos, nietos y biznietos que quedan disfrutando de su presencia. Bendígalos a todos Maestra,  a todos  los  que fuimos sus discípulos ayer. Que  su  bendición es la más grande satisfacción para agradecerle tantas enseñanzas en este trajinado mundo.. Usted fue la  maestra que les puso a estos viejos caminantes las primeras luces en este difícil camino.  Nada nos  satisface más que felicitarle hoy cuando se celebra en toda Venezuela el Día del Maestro.. Que Dios la cuide siempre maestra Priscila.


 Oscar Carrasquel.  La Villa de San Luís, 15 de enero 2018

jueves, 2 de junio de 2022

EL ÚLTIMO SUSPIRO

 




     EL ÚLTIMO SUSPIRO

 

A  Gloria, Diana, Soledad y Cecilia

 

            Oscar Carrasquel

 

Qué extraño te veo

en tu último retrato

Sin el arrullo del viento

ni el aroma de las flores


Sumido en el silencio

Con el rostro enervado

carcomido por el tiempo.


¡Hoy volví a saber de ti

caminando por tus parajes!

Recordando 

el día que fue nuestra despedida


Echabas a volar tu pensamiento

con la mirada al poniente

Como un cóndor

que despliega sus grandes alas

para volar a la alta cumbre.


Quizás lo que te llevas

es la incertidumbre de tus hijas

y el sentir de caminar a prisa

lo que viene a tu mente.


La muerte es hoy y para siempre

A la atmósfera 

le aparecieron tempestades


Vino luego tu último suspiro

Y volaste por la ancha senda

que no tiene regreso

Entre crepúsculos 

Entre las sombras de la noche.

 

                   

 

 

 

LOS CALETEROS A PULSO TAMBIÉN ESCRIBIERON SU HISTORIA EN LA VILLA DE SAN LUIS

 

La figura de un caletero. La foto no tiene crédito, bajada de la web


Por Oscar Carrasquel


Hace más de seis décadas atrás, en tiempos cuando Venezuela era gobernada por el General Marcos Pérez Jiménez, existió el desempeño de un oficio que no causaba curiosidad alguna en el habitante de Villa de Cura, como era observar en la vuelta de cualquier esquina la labor llevada a cabo de manera cotidiana por los transportadores de caleta. Acostumbrados a cargar sobre su lomo sacos hasta de 60 kilos y más..

La escena cotidiana era una fila de hombres de pantalones recortados a la rodilla y con el torso descubierto, sudados de sol y de cansancio, con un pedazo de fardo hasta la mitad de la espalda. Eran hombres (jóvenes y viejos) de buena disposición física, descargando a pulso los viejos camiones Ford y Chevrolet de tablillas, subiendo y bajando aceras, atravesando para entrar a las puertas de los Almacenes. Sobre la tabla de la nuca se montaban sacos con la diversa mercadería que llegaba de poderosos importadores de la época comisionistas de los almacenes de La Villa, tales como DAO, BECO, BENEDETTI, TAUREL, BOULTON, etc.

La mercancía llegaba al país a través de los conocidos Puertos de La Guaira y Puerto Cabello; la diversidad de productos provenía de los mercados de Europa y de Norteamérica. El comercio mayorista importaba de todo, vigas, cabillas, mecate, clavos ,harina de trigo, cemento, productos de tocador, alambre de púas, perfumes, telas, licores, entre otros,  para satisfacer los pedidos de los grandes almacenes de Villa de Cura..

La firma comercial más grande en Villa de Cura era el almacén de MARTÍN HERNÀNDEZ R. Contaba con dos sedes: una ubicada  en el edificio que envuelve toda la manzana frente a la plaza Bolívar, distribuidora de aceite automotor Amlie y dos sustituidores de gasolina. Otro negocio por la calle Real (Bolívar), cruce con calle Doctor Urdaneta. Hay que hacer notar que existieron en ese tiempo más de una docena de casas importadores de diversos productos como Hermanos Álvarez R, Norberto R. Vásquez, Damián Álvarez R, Raúl Barreto, Froilán Aguirre, Ricardo Utrera, Francisco Matute R, Manuel Melo, Oscar Salvatierra, José Tomás Hernández, José Rafael Hernández Pérez, Manuel Lisandro Hernández Pérez, Narciso Pérez Acosta,, Hernández y Besson.. 

En la misión de cada uno de estos  hombres entregados a este  trabajo de caletear y luego organizar la mercancía en el interior de los establecimientos y disponerlos para venta, estaba el objetivo de recibir a cambio una precaria retribución monetaria con lo cual lograba el sustento de él y de su familia. Eran días en que ciertamente en La Villa escaseaban las fuentes de trabajo estable. Los habitantes de la urbe vivían generalmente de trabajar en el comercio,  la alpargatería y talabartería; además de  la actividad agropecuaria, como elemento esencial de la pequeña economía.

Estos hombres que se dedicaban al trabajo provenían casi todos de sectores apartados, vivían en los comunidad de Las Mercedes, Los Tanques, La Represa, Los Colorados, Las Tablitas y Los Coloraditos. Faltaba mucho para que la población se multiplicara en tantas barriadas.

Entre algunas cosas interesantes que podían contarse de estos personajes, es que eran hombres musculosos, audaces y recios para el trabajo. Pero tenemos la obligación a ser claros, guapos a la hora de empinarse el pico de una botella de aguardiente para embriagar el alma; la bebida era como una especie de refugio de sus penalidades. Se supone que la afición por la caña era para darse ánimo, amortiguar el cansancio, y el estrés que dejaba la dura faena de tantas horas hasta el sol de los venados..

Como es sabido en nuestros días este proceso de carga y descarga se hace con el uso de montacargas hidráulicos o utilizando carruchas. .Hoy podríamos mencionar algunos de estos hombres que se desempeñaron como caleteros que a pesar del tiempo transcurrido todavía guardamos en la pantalla de la memoria: Rosendo Flores, José Mujica, José Isabel Barrios, Julio Almeida, los hermanos Zambrano, León González, Cesar Augusto Mendía, Antonio Ochoa, Raimundo Díaz, Jesús Núñez y José Alejandro Martínez. El popular negro León González fue un trovador en este pueblo, este hombre pequeño de tamaño fue uno de los mejores cantadores de tango. que he conocido.

No debe sorprender que entre este gremio de caleteros, no se conocían por su nombre propio sino por el apodo; fueron muy conocidos y nombrados: Sufrido,  Tabaquito, El Llanero, Peazo e’ Mama, Cachapa, Nariz de Sillón, La Pulga,  El Papa, Sapo Amarillo, Cara e¨Caña, Maestro Zurdo,  Braulio, Monroe, Cantinflitas, Niñote, Perucho Tronera, Juan y la Burra, Cigarrón,  Mojón de Tigre, Medio Postín; fueron sobrenombres que  en la cotidianidad nos  aprendimos de memoria, cuando eventualmente nos entremetíamos en sus tertulias, los oíamos cuando yo pasaba para mi trabajo en un banco, susurraban y se contaban nuevas y viejas historias.

Los caleteros a pulso fueron personajes sembrados en la conciencia popular, trabajadores de gran valía, de mucha fuerza y resistencia física. Nos complace recogerlos en la crónica para recordarlos con cariño y afecto villacurano. Valoramos la actividad laboral que desarrollaron en los días más productivos de su existencia, cuando la economía local más  precisaba de sus servicios. Nos llena de satisfacción recordarlos con nostalgia y  consideración, incluso a aquellos que por olvido no nombramos en esta nota; la gran mayoría de ellos ya emboscados ineludiblemente por la fatalidad de  la muerte. 

¿Quién sabe cuántas ilusiones, cuántas alegrías, amores y desamores, cuántos sueños y frustraciones se atravesarían en su camino?.Que Dios los tenga en descanso.eterno.



                          Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, invierno 2015





miércoles, 1 de junio de 2022

.EL PADRE... "CANTO A MISMO" ALGO DEL POEMA DE WALT WITMAN

 

 

J. Eugenio Carrasquel, el día del padre. Evoco bellos momentos.

                                              

                Por Oscar Carrasquel


Así como nacen en mi pueblo las mañanas, con un grito de aliento en el corazón, a dos cuadras del cerro de  Los Chivos. en una casa pequeñita pero optima para el descanso nací yo. La casa de la infancia es como un corazón pequeño donde caben todas las buenas alegrías y a veces se acuna la melancolía. El nombre de esta calle fue para recordar al celebre galeno doctor Urdaneta, pero la designación coloquial era la calle más larga de la urbe. Muchas viviendas pobres y otras confortables se encuentran en la margen izquierda y derecha de la mencionada calle.

La calle empieza en el cerro de Los Chivos y se enrumba para  El Toquito, el  Toquito viejo, siguiendo la ruta  del barrio La Represa.  La "Calle Larga"  al igual a la calle "La Chancleta",  finalizando la cuarta década del siglo xx era de piso terroso y en época de invierno se convertía en un lodazal, transitada por carretas de tracción de sangre y por personas desechando charcos.

Nuestra casa era fabricada de bahareque con un espacioso patio, paredes  de caña amarga mezclada  con barro; pintada con  zócalo de color azul y blanco donde pasaba la familia alegres y felices ratos.  Cálida en invierno y fresca en las tardes otoñales, erigida en todo el centro del  pueblo de toda mi vida. Qué grato es poner a volar como un águila las palabras para decir con amor: !este es mi pueblo!.  Al fondo, la copa abierta de un árbol de pericoco derramando gallitos ambarinos, y  un bosque de flores de trinitaria al costado. con su cocina siempre oliente  a café acabado de colar. Además de una tinaja barrigona confinada dentro de un tinajero y en el centro del patio el silencio de un pequeño aljibe con agua todo el año.

La mayoría de los coterráneos que habitaban la urbe en aquel entonces eran  artesanos, empleados, dulceras, ilustres educadoras, maestros albañiles, músicos, y además gente querendona emigrada  del llano apureño.   En la década de los años 50 del siglo xx la diáspora era al revés; entonces le dimos hospitalidad a muchos inmigrantes a quienes recibimos con cariño y esplendidez. Valga contar que al lado de casa se residenció quien fuera nuestro gran amigo el italiano Mario Di Gregorio. Muchas bodegas mixtas surtidas de víveres y ferretería, y botiquines populares funcionando en las esquinas, donde se podía pedir fiado con el añadido de la ñapa. No habían llegado todavía los supermercados. Cómo no recordar al señor  Valentín Ríos, el barbero de la cuadra larga, al lado de la casa de los Lassaballett y los Linero. En su barbería, debajo de la sombra de un cotoperíz, en un patio grande, se reunía la gente del campo a tocar joropo aragüeño en un arpa, cantar, echar cuentos y contar sus vivencias.

Sentado en una silleta observaba yo a mi padre golpeando con el par de indices las teclas de una vieja máquina Underwood. Su vida la dedicó al periodismo, además  de hilvanar un puñado de estrofas poéticas para manifestar lo que llevaba dentro del alma, sin ver decaer su lucha dentro de la política. 

Uno de la vida aprendió que partir es lo más fácil, pero como dice la Biblia, no se sabe el día ni la hora.  Llegó ese inesperado momento cuando se nos marchó en su caja de madera envuelto en tantas manifestaciones de afectos.  

Unos rayos de sol como afilados cuchillos  se colaban entre el ramaje  en el corredor abriendo  sendero. Jamás lo voy olvidar, el viejo estudiaba la Biblia, a Rómulo Gallegos, leía a Goethe y en algunas ocasiones a Musset, oloroso su pensamiento a perfume de rosas. Fueron días que pudimos disfrutar de su cariño y sus enseñanzas y de su amor constante. Yo soñaba algún día con con abrevar algo de sus conocimientos y poder escribir las mismas maravillas. Gracias padre por enseñarnos dos materias fáciles de comprender, la humildad y la verdadera amistad. Mi padre amaba mucho la amistad. No paraba de escribir y de recibir cartas.

Recuerdo que se subía los espejuelos de carey más arriba de la frente. No sé sumar las veces que estuve a su alrededor dejándome llevar por sus ideas como tarea de la cotidianidad. Y vaya que no se cansó de rebuscar en mi espíritu, para que yo algún día  también pudiera escribir. Ahora  no se trazan las letras con pluma fuente recargada en un tintero, a mi me tocó golpear el teclado en una complicada computadora, tan difícil de comprender como contar los luceros en el cielo.

La estampa que presenta ahora Villa de Cura en pleno siglo XXI es muy distinta. Aquel pueblo bonito, bucólico, pequeño, con sus calles transitables a pie parecido a un triángulo, cuya dimensión urbana apenas llegaba hasta la placita Bolívar y la Alameda ahora  se convirtió  en ciudad de atractivos modernos, y en mayo de 2022 estuvo cumpliendo mi pueblo querido 300 años de la reafirmación de su fundación, buscado afanosamente  encontrar solución a los ingentes asuntos que confrontamos… A ella, a nuestra querida Villa de Cura, también dedicamos estas reflexiones como un sencillo homenaje que empieza su recorrido  en la Fundación denominada FORO DE LA VILLACURANIDAD, en cuya peña con orgullo y amor militamos.

 

La Villa de San Luis,  junio 2021

 

 

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