domingo, 18 de septiembre de 2022

HÉCTOR LOMBANO "CASUNGA"

Héctor Lombano


HECTOR LOMBANO CASUNGA

Por Oscar Carrasquel

Con una gorrita deportiva en la cabeza y pedaleando una bicicleta de reparto  vemos siempre a nuestro amigo moviéndose por estos predios de la calle Páez. Héctor Lombano es su nombre bautismal, mejor conocido como CASUNGA. Aquí en el barrio La Represa encontró abono fueron sus primeros pasos en la música folclórica inspirado en el paisaje. Nacido  en Villa de Cura, municipio Zamora, estado Aragua un 18 de septiembre de 1940. La madre fue la hacendosa doña Teodora Lombano y su padre el señor Antonio Bolívar. Se crió al lado de la madre venciendo penurias. Desde temprana edad desplegó las alas fue su accionar en cualquier tipo de trabajo honrado. Así como aparece también en el deporte y en la actividad musical. Además se conoce al dedillo la evolución del pueblo que lo vio nacer y crecer, y está al tanto de todo lo sucedido en este pueblo porque desde que era un niño  ha recorrido su  ámbito de confín a confín.

Como es habitual hablamos con él debajo de la fronda de un árbol  de samán, oyendo el trinar de la paraulata y el cristofué. Quien merodee en aquel solar de su casa puede ver encerrado a un loro real que un día cualquiera llegó y se quedó, aprendió a  cantar aguinaldos y a veces se las da por pronuncia palabritas y palabrotas.

Su primer oficio fue muy ingenuo, estando muchacho de 12 años de edad tuvo la tarea de guiarle los pasos con una varita a un señor privado del sentido de la visión llamado Antonio Pantoja, que en los años 50 el pobre andaba en La Villa tocando de puerta en puerta, solicitando “Una limosna por el favor de Dios”. Lombano no tiene empacho en reconocer que ayudando a este señor invidente fue como se ganó sus primeros centavos y  los entregaba íntegros para ayudar a su mamà en los gastos de la casa.

Toda su vida ha sido trabajar. El secreto está en que desde pequeño su progenitora por necesidad económica lo entusiasmó y le inculcó el amor por el trabajo.  En la vida  ha sido limpiabotas, pregonero, publicista, heladero, cargador de maletas, vendedor de empanadas y granjería hecha en casa, entregaba leche fresca de ordeño en cada hogar, vendedor de cachapas, de hallacas decembrinas, repartidor de arepas de budare por encargo que hacía su mamá para la venta. Todo esto lo hizo en la etapa inicial de su vida. Ahora le ha tocado hacer de pulpero, atendiendo a "LA PARADA, una bodeguita poco surtida. Antes. vendía chuchería, golosinas, atún y sardina enlatada, guarapo fuerte. y la rubia bien fría..La gente se paraba  porque atrás tenía cancha para el juego bolas criollas.

En su adolescencia probó lo que era batallar de verdad, cuando a pesar de ser menor de edad le correspondió trabajar como peón en faenas del campo, el sueldo para entonces era bajisimo, 30 bolívares semanales ganaba en la vieja hacienda Montero, trabajando en la siembra, cosecha y aporte de abono a las plantaciones de tabaco, caña de azúcar y algodón. Como es sabido estas tierras fueron aptas para estos cultivos agrícolas.

Pasiva, u poco mas suave lleva ahora la vida este caballero que cuenta ya 77 años. Dos de sus hijas le acompañan y protegen. Tumbado casi todo el día en un viejo catre o en un chinchorro en una casita de tapia y techo de zinc que, muchos años compartió con su finado tío el agricultor  Rafael Alvarado. Muy gustosos de las faldas este par viejitos solterones, acostumbrados a lisonjear y "asusarle los perros" a las damas que pasaban por frente de la  empalizada.

Héctor Lombano no fuma,  no bebe licor, sencillo, humilde, pero también se hace respetar allá en su terreno. Se trata de un hombre serio, casero, que sabe patronear un hogar, sabe cómo tratar y distinguir de acuerdo con la persona. Casunga aprendió a querer y dejarse querer, por ello es un buen cultivador de la más noble amistad, se jacta de tener buenos amigos de toda la vida, y comienza nombrando a Miguel Alayòn, Félix Nieves, José A. Pulido y otros, algunos ya se fueron de la vida terrenal. Quien mucho lo conoce en La Villa sabe que a este hombre le sobra la entereza..

Cuando se podía era bondadoso y caritativo, muy útil a los niños y a las personas mayores necesitadas. En cualquier lugar que se programara la realización de una vendimia o cualquier iniciativa destinada a servir con amor al prójimo; igual para animar una actividad cultural o deportiva, allí estaba él, diciendo “presente”; dispuesto a colaborar con su animación y perifoneo, poniendo a la orden las cornetas y elementos de perifonear que enseguida montaba sobre la canasta de una bicicleta de reparto..

Siempre se ha caracterizado por su amor al micrófono a través de las emisoras de radio. Fue así como ha logrado cubrir espacios sirviendo a la comunidad y cooperando con la cultura en algunas de las emisoras de radio instaladas en Villa de Cura, en RADIO IMPACTO, RADIO ZAMORANOS y en RADIO CRISTAL

Recuerdo que  siendo más joven ejerció como narrador de los juegos de béisbol, aprovechando los conocimientos que tiene  de este deporte, acompañando a don  Pedro Ezequiel González, Eleazar Rodríguez y don Antonio Arias. No en balde fue jugador de pelota sabanera, por esa razón es conocedor de todos sus detalles y secretos de este deporte..Quien escribe lo conoce bien, fue una especie de águila custodiando los jardines, bateando y corriendo.. Lo demás fue narrar en las canchas de los botiquines las incidencias de las competencias de bolas criollas. Don Pedro Ezequiel Gonzàlez, en broma lo presentaba en las trasmisiones en el bar El Samán como:”Casunguito”, en vez de Casunga.

Vive felizmente en la compañía de sus dos hijas casadas: Milagros y Lilian, generosas y atentas, saben lo que es preparar un delicioso mondongo llanero y servir un buen café. En una ocasión tuvimos que meter los pies debajo de la mesa y le ensuciamos el mantel allá en La Represa. También le  acompañan sus yernos y adorados nietos,

Muchas veces monta los aparatos de trasmisión en su casa para animar algún evento que es escuchado en todo el barrio La Represa y sus alrededores. Los altoparlantes los sube sobre el tejado cualquier día especial, tal  como el “Día de la Madre”, “Día del Padre” o “Día del Niño”, u otra conmemoración como Navidad para divertir a los habitantes del barrio.

Algunos administradores del municipio han reconocido y valorado sus ejecutorias de cultor y músico popular, ha sido galardonado por el Concejo Municipal de Zamora con la “Orden Ciudad de Villa de Cura”, además de varias condecoraciones, medallas y diplomas de entidades oficiales, organizaciones deportivas y privadas, los cuales conserva pegados en una cartelera allá en su casa de La Represa, en una esquina subiendo para  la urbanización “El Toquito”.

Casunga es también cultor del humor tiene un montón de anecdotistas de su vida, una de ellas se refiere a la vez que la señorita Josefita Pineda lo mandó para la calle a vender unas empanadas, y de regreso se distrajo jugando metras con otros muchachos; esto le causó un disgustó a la niña, quien terminaba de sacrificar un marrano que tenia sobre un mesón, la señorita Josefita le dio su reprimenda al muchacho:

--“MIra carricito, así como le hice a este marrano te voy hacer, cuando te mande a hacer un mandado y te pongas a jugar en la calle”.

El mismo día, Casunga agarró sus coroticos, corrió a su casa y fueron inútiles los llamados cariñosos de Josefita para que regresara a trabajar con ella.

Lombano es cantador de coplas de aguinaldos, se mueve facilito como pez en el agua con todo lo que tiene que ver con el canto y los instrumentos de parrandas. Fue fundador de la parranda "La Flor de la Represa"..De repente lo podemos ver tocando el  tambor o el chimeco, o haciendo coro acompañando a “Los Turupiales de Aragua”, a veces con el conjunto gaitero“Alcides y sus Muchachos” y también con “Los Jomarcas”, para animar una parranda las horas que sea necesario..De allí de esa experiencia fue que aprendió a fabricar instrumentos que utilizan los aguinalderos..

Durante más de tres décadas  se dedicó a impulsar y coordinar por cuenta propia los concursos de parrandas navideñas en las plazas públicas de Villa de Cura. Fue también cantador de décimas en los recordados velorios de la Cruz de Mayo en casa de Alejandrita Castillo, en la antigua calle Guárico.

La sangre artística y musical se sigue expandiendo, ya está brotando la cosecha, tiene una nieta que apunta como un verdadero prodigio del canto y la música de guitarra, y la otra nieta  asoma como modelo de las tablas ya conquistando importantes espacios en este arte.

Casunga nos dice lo que todos sabemos, es católico creyente profundamente religioso y así morirá,  por eso es fácil distinguirlo siguiendo la procesión del Santo Sepulcro y la Peregrinación, o en contacto con el Padre Salvador Rodrigo en la Iglesia Matriz; o sosteniendo una conversa con las hermanitas Catequistas de la Virgen de Lourdes; de allí seguramente surge su espíritu de solidaridad y piedad y con  el corazón lleno de fe cristiana.
 
Un hombre contundente de una sola palabra. Me cuenta que hace años tuvo la oportunidad de formalizar una unión de pareja, rompieron porque ella profesaba una religión distinta y le planteó una disyuntiva: "O son esos cuadros de santos, o yo". Y allí siguen sobre una mesa las imágenes del  Corazón de Jesús, la Virgen  de Lourdes, San Luis Rey  y otros santos que le cuidan.

Entablar una conversa con el popular Casunga no cansa, es como hacer una excursión a la montaña,  solo se necesita dejarse llevar por el canto de la brisa para oírle con atención, Aquella tarde romancera tomamos otro café negro, una pausa y avanzamos, al fin nos detuvimos le decimos que la entrevista es porque quiero dar a conocer muchos episodios de su vida y pintar sus ilusiones y nostalgias.. .


Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis / septiembre 2018. 

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