jueves, 27 de abril de 2023

50 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE "RADIODIFUSORA LA VILLA"

 

 Radiodifusora LaVilla. En la gráfica la actuación del famoso Trío Los Latinos en 1955. Al fondo los locutores presentadores Manuel Vicente Zapata César Luzardo. Foto cortesía de Editorial Miranda.






                                                      Por Oscar Carrasquel
                                                                                                                                                                                                                                                                                
Todo era un caudal de gente que se dirigía a la esquina de la calle Miranda, cruce con doctor Urdaneta, en lo que hoy se denomina “Pare de Sufrir”.  Nacía para hace historia “Radiodifusora La Villa”, Días atrás había salido al aire con trasmisiones de prueba, pero realmente comenzó  formalmente su programación el 1 de mayo de 1955, Utiliza para sus trasmisiones la banda de Amplitud Modulada, localizada en la frecuencia 1170. La cobertura  abarca todo el norte, el sur, los llanos y el eje central del país. La estación fue instalada por el empresario de la radiodifusión en Venezuela, señor Francisco Menoni Fraino, fundador de Radio San Carlos, capital del estado Cojdes, y de otras emisoras en el país. 

El pueblo (que todavía no era ciudad) se dio cita  alborozado de contento. Ese día se agotaron los pases de cortesía, aquello parecía un encuentro de carácter nacional, por ser la primera emisora en Villa de Cura, autorizada por el Ministerio de Comunicaciones, siendo Ministro el General  Luís Felipe Llovera Páez. , con equipos muy sofisticados instalados en Los Tanques, en la entrada de Villa de Cura, viniendo de San francisco de Asís. Cuenta con una antena para transmisores de radio, reconocida como una  de mayor altura y alcance de todo el territorio nacional.

Muy estricta la ley en cuanto a la libertad de información por estar regido por el “Reglamento de la Radiodifusión en Venezuela”; un instrumento rígido de cabal cumplimiento por los medios de comunicación, durante el régimen dictatorial del General Marcos Pérez Jiménez, 

El veterano locutor Manuel Vicente Zapata, villacurano, fue designado por Menoti Fraino como director, y prácticamente ocupaba la gerencia y administración de la recién inaugurada estación. Manuel gozaba de su confianza, venia de trabajar en la emisora “La Voz de La Victoria” y de otras radios emisoras nacionales. Se movilizaba conduciendo un Jeep Willis en su itinerario, su hogar, los estudios  frente al garaje de Pineda y la planta transmisora ubicada en el sector Los Tanques.

“Radiodifusora La Villa” se encintaba inscrita en la Cámara Venezolana de la Radiodifusión en Venezuela, y a la vez, afiliada a la Asociación Inteamericana de la Radiodifusión (AIR), con sede en las tres Américas.

Manuel Vicente Zapata era un hombre  joven, culto, bien preparado, fue el entusiasta de este proyecto; traía por delante un cúmulo de ideas y una gran experiencia de trabajo en la radiodifusión venezolana, lo que fue su mejor carta de presentación... Villa de Cura fue su patria  y también su asiento familiar. Estimamos que aún no se  ha reconocido sus muchos méritos, por su condición de pionero de la radio, por su constante lucha y trabajo comunicacional.

En los micrófonos de la recién inaugurada lo acompañaba un staff de locutores venidos de fuera, certificados por el Ministerio de Comunicaciones., como fueron: Cesar Burguillos, caraqueño, llamado también César Luzardo: Juan Manuit, guariqueño; Ramón Antonio Delgado, de San Juan de los Morros quien ademas de locutor fue periodista del diario El Siglo; Miguel Sánchez Castro, de Ciudad Bolívar y Carlos Miguel López, proveniente de Valencia; y  eventualmente se presentaban de visita Rafael "coquito" Méndez, Foción Serrano, Alfredo José Mena, como invitados especiales. En el panel de control  Vicente Paredes Gil (posteriormente fue diputado a la Asamblea Legislativa de Aragua). 
Recuerdo que Paredes Gil le dio oportunidad a quien escribe de sentarme en la consola,  y aprendí, para hacerle la segunda, mientras iba a cumplir con la visita a casa de la novia
El señor Juan Seijas era el  centinela de las instalaciones de Los Tanques. La secretaria ejecutiva que atendía  la oficina fue la encantadora señorita Ana María Castillo Zamora, la encargada de   recibir un sinfín de llamadas y responder cartas de La Villa ,y de otros pueblos del centro oriente y el llano.

En los días previos la radio anunciaba la fecha de inauguración con bombos y platillos. El  Día del Trabajador de 1955 hubo una extensa programación en vivo. Había  una gran cantidad de público, sentados y parados en un salón auditorio. El locutor  detrás de un micrófono de brazo y otro de cañón, y fotógrafos abriéndose paso tomando gráficas, daba la sensación de fiesta nacional. Los días subsiguientes  la radio continuaba su programación que comenzaba a las 6 de la mañana y finalizaba a las 11 de la noche, todos los días de la semana.

La Radio tenía su noticiero matutino de dos horas en la voz de Miguel Sánchez Castro y Ramón Antonio Delgado; podía difundir noticias y problemas del acontecer nacional, pero solo se radiaban las permitidas, lo locutores tenían que auto censurarse. Ya que la programación diaria era  escrita y la pauta revisada  por un funcionario del M de C.. La  información nacional e internacional era generada por su  propia Agencia de Noticias.



En la gráfica Manuel Vicente Zapata, en el arpa el incomparable Saturno Linero y en la voz y las maracas el inolvidable Silvino Díaz, de la parroquia Las Mercedes. Foto cortesía de Editorial Miranda.

Tenía una variada programación. La mayoría presenciada por un numeroso público que todos los días se reunía en un  auditorio de la emisora para apreciar los programas en vivo. Abría el dial un concierto  de joropo aragüeño, con la presencia de los mejores arpistos como Saturno Linero, Salvador Rodríguez, Evaristo Saldeño, Jesús Oliveros, Víctor Ybarra;  y cantadores como Silvino Díaz, Rafael  Zarramera, Sandalio Hernández y muchos más.

A las 12 de mediodía comentarios y la información deportiva a cargo del bachiller Luis Manuel Hernández Acevedo. Manuel Vicente personificaba a a viejito que le brindó regalos y alegría a los niños Y se hicieron muchas trasmisiones a control remoto, de pruebas de ciclismo y béisbol desde el estadio Ramón María Acosta..Cada domingo en horario de la mañana la emisora trasladaba sus micrófonos para  la nave derecha del Altar Mayor de la Iglesia Matriz, desde allí  transmitía la misa el locutor Manuel Vicente Zapata, quien pasaba la Eucaristía de principio a fin 

Un espacio de música clásica para quienes querían deleitarse con las maravillosas obras de Mozart, Beethoven, Bach, Strauss; frente a los micrófonos y producción estaban el profesor Evelio Gutiérrez y el abogado Humberto Essa Acevedo. 

Y para animar el domingo la infalible hora para aficionados. Los premios para los participantes consistían en kola El Polo, pasta, malta y golosinas, pan de la Panadería El Comercio... Recuerdo que aquel, o aquella que salía raspado, lo detenía un mambo de Dámaso Pérez Prado que le ponían desde la cabina de controles. 

La nueva radio tuvo entre sus anunciantes a la Panadería El Comercio, Bodega 5 de Julio, bodega La Covacha, Sastrería La Fortuna, Talabartería Venezuela de Juancho Cabrera, almacén de los Hermanos Alvarez, tienda La Casa de los Cuadros, Venta de repuestos para vediculos, y Pastas La Bresciana..

Foto tomada en 1955 en Radiodifusora La Villa. Julio Martínez, Víctor Parra Díaz, Ramón María Acosta, Antonio Tamuche y el Gallo Andrés Delgado. Foto propiedad de Museo de Barbacoas
 
La Emisora “Radiodifusora La Villa” llegó a contar con su propio cuerpo de radio-teatro y comedias. Teobaldo Parra Coronado fue el encargado de realizar los efectos de sonidos. . También su estelar y dinámico programa de  7 a 9 de la noche  “Variedades Pampas”, con la animación y conducción del vate Vinicio Jaén Landa, con la interacción de Teobaldo Parra, como humorista, cuentista y declamador.

Se recuerda entre los actores a Teobaldo Parra, Vinicio Jaén, Adelita Martínez y una chica venida de Guayana que llamaban “La Chiroca”; y  José Sterling, artista  del humor, protagonizaban un espacio basado con libretos  del poeta Aquiles Nazoa y del humorista Rafael Guinand. 

El último horario del día era un espacio dedicado  al romance,  a los enamorados,  la poesía en la  voz de Carlos Miguel López, y declamadores invitados. 

Como yo residía a 50 metros me gustaba ir a la radio a presenciar las  presentaciones, vimos a  Héctor Murga; al  famoso Trío Los Latinos; Rafael Deyón, el maracayero Tony González,  a la cantante peruana María de Jesús Vásquez; al maestro del bandoneón Alberto Di Maggio y el afamado intérprete del tango Raúl Iriarte, acompañado de un grupo orquestal argentino, y otros venidos de  países vecinos.

La gestión de contratación para presentar artistas venezolanos y extranjeros, estaba a cargo del comisionado de la emisora en Caracas, señor Francisco Vásquez Cárdenas. Contando además con la participación de la agencia de espectáculos  "Producciones José Sterling". 

Se presentaron  una constelación de trovadores del patio, entre ellos Raúl Maestre, José Manuel González, Isabel Córdova, José Fagundez,  el bolerista José Campos, el tanguero Ramón María Acosta,; José Pérez; Ramón Serrano, que fue llamado  el Sadel villacurano; el Trío conformado por los hermanos Víctor, Carlos y Ramón Parra. Lo acompañaron guitarristas locales extraordinarios como Julio Martínez, Antonio Tamiche, Andrés Delgado y un maestro de la Escuela Arístides Rojas de nombre Rafael González.

El maestro Vicente Emilio Guevara y su piano maravilloso,  también acompañaba a los noveles cantantes y otros artistas invitados.

La destacada concertista, bandolinista y violinista villacurana doña Otilia Martìnez Briceño, de la dinastía musical de los Briceño, disponía de un espacio de una hora, para deleitar al público presente con sus finas y variadas interpretaciones. En el estudio "A" se asomaban los rostros de los habitantes para disfrutar de su actuación.

No era fácil  trabajar en la radio con la verdad..En la actualidad se sigue aplicando la norma de control a los medios de comunicación privados.. En aquellos días era ejecutada directamente por un censor que usaba un lápiz de tinta roja y de buen trazo, a fin de subrayar todo aquello que no se debía transmitir durante la programación regular.

Nos contó toda la historia Manuel Vicente  Zapata, en su casa de campo de Los Tanques, la  oportunidad que "Radiodifusora La Villa" fue acusada de quebrantar normas por su apego a la democracia en una trasmisión en cadena el 1 de enero de 1958; por cuya razón lo vino a recoger a la propia Emisora una comisión de la  Seguridad Nacional, para que que fuera a  pasar una temporada en la Cárcel Modelo de San Juan de los Morros, liberado el 23 de enero de 1958 cuando ocurrió la caída del General  Pérez Jiménez.

La vida independiente en manos de su dueño  y la fama repentina de esta potente emisora villacurana fue relativamente corta, apenas tuvo una duración de menos de un año; no se puede negar que para los villacuranos aquellos fueron unos años alegres y felices por contar con la primera  emisora de radio.

A nuestro entender, “Radiodifusora La Villa” tuvo prácticamente dos historias; la que se inicia en Villa de Cura aquel primer día de mayo del año 1955; y la otra,  cuando llega a convertirse en repetidora de la programación cotidiana de la más potente cadena de emisoras que se haya conocido en Venezuela. La verdad es que tuvo una duración breve a pesar de los esfuerzos de su director y gerente general Manuel Vicente Zapata

Según se pudo conocer, sus dueños reales sin conocimiento de  Manuel Vicente Zapata, ya que no estaba planteado; de un solo plumazo la traspasaron en su momento más cumbre al mejor postor. Mayúscula sorpresa se llevó nuestro amigo Zapata.
 
En ese tiempo el Ministerio de Comunicaciones había sorprendido a sus directivos con uno de los galardones más preciados en la comunicación radial; fue certificada por el Ministerio de Comunicaciones, como la Emisora con la mayor programación  trasmisión de programas en vivo de toda Venezuela. Además se sabía que contaba con la antena repetidora  más grande de América del SurEn sentido general los villacuranos le debemos mucho a Manuel Vicente, por su lucha sin descanso en favor del progreso del pueblo de Villa de Cura..."Radiodifusora La Villa" fue su obra fenomenal en la radiodifusión venezolana a mediados del siglo pasado.

No tenemos a mano la fecha de fallecimiento de este maestro de la locución y pionero..Así terminaba la vida de “Radiodifusora La Villa”, convertida en un empeño imposible. Muchos de los que fuimos jóvenes en aquel tiempo la seguimos guardando en el corazón. Aquel pueblo que la vio nacer, también la sentía desparecer; pero marcando el camino como un legado de la radiodifusión venezolana. En el terreno de Los Tanques siguió operando como Radio Rumbos La Villa, con personal del Gigante Rumbos.

No podíamos limitarnos a una Radio ajena, teníamos que crear la nuestra propia. En el Municipio Zamora del estado Aragua cuya capital es Villa de Cura, en la actualidad operan  una cantidad de  emisoras de radio FM, con una extraordinaria programación y amplia audiencia, cada una cuidándose al extremo de cumplir las normativas de Conatel, y mostrando sus propios recursos humanos para la emisión de sus mensajes. No es cosa fácil dirigir a una emisora de radio.

 Manuel Vicente Zapata. Foto archivo de su hijo Manuel Vicente. Corregida por Ramón Alfredo Corniel


Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, Tricentenaria.







                 






lunes, 24 de abril de 2023

MAESTRO CADENAS

 

Foto de la Web

     MAESTRO CADENAS


                 Oscar Carrasquel


Desde aquí 

de mi edad

Que no es ningún pretexto

viendo los aconteceres

Desde el mismo corazón

Con mi vaivén de tabla

sobre la ola 

De aprendiz de poeta

Desde mi pueblo mudo

Con su reloj que no da la hora

Revivo su poesía

Que camina

En mis oraciones de media noche

Para que siga multiplicando

El fuego de sus premios en hilera.

Maestro Rafael  Cadenas

¡Felicitaciones!


                   La Villa de San Luís, abril 2023

 

 

viernes, 21 de abril de 2023

EL ANIVERSARIO DE NUESTRA CIUDAD Y UN CONJUNTO DE REMINISCENCIAS

 


EL ANIVERSARIO DE NUESTRA CIUDAD Y UN CONJUNTO DE REMINISCENCIAS
                                        



Por Oscar Carrasquel


Con estos apuntes a través de una larga experiencia y de un simple razonamiento, abrevamos y nos atrevemos a contar sobre el camino transitado, lo que hemos guardado en el  cofre de los recuerdos, así lo queremos sustantivar. Es una hermosa senda la que nos tocó en la vida de la cual nos sentimos satisfechos. Nuestra juventud fue bonita. Ya lo hemos dicho en anterior oportunidad, campeaba la pobreza pero dentro de un ambiente de dignidad, respetando a los mayores y a la obediencia cristiana.. Nuestra juventud fue siempre con dedicación al calor del hogar, preocupados por el estudio y amor por los maestros,. de trabajar desde temprana edad para meter el hombro. De gusto por  los paseos, de bañarnos en los ríos, y así mismo atracción por el campo y el llano. 
A veces por simples tonterías los muchachos nos dábamos puñetazos a la salida de la Escuela Arístides Rojas, pero enseguida estábamos juntos y luego otra vez al aula sin rencor.. Entregados al ejercicio del deporte y a la sana diversión. Todo esto nos guió en la ruta de la juventud y deja una marca indeleble que nunca se olvida, con todas sus vicisitudes, con tropiezos  y caídas. 

Los años transcurridos hacen que todo evolucione. Hemos andado y desandado caminos y conocido otros mundos, con acierto y también con errores. En la salud y en la enfermedad. Los años de experiencia nos han convencido que la juventud que nosotros conocimos fue nuestro mejor trofeo.. Hablamos de esto sólo para hacer una retrospectiva del camino  recorrido, en esa etapa inolvidable de nuestra vida. .

Nuestra amada Villa de Cura, para quien no la conoce, es una ciudad rodeada de colinas que se elevan por todo su contorno, una tierra de valles y ríos: donde se forma un bonito paisaje. El Vigía, Platillón, Cerro Azul, Picacho Blanco, Barranquilla, Cerro Pelón, Los Chivos, El Calvario, y La Virgen, se cuentan entre sus cerros.  Y un cañón por donde se desparraman los valles aragüeños hacia los llanos guariqueños y apureños y al sur de nuestro estado Aragua.

Este conjunto de reminiscencias nos lleva a decir que en este tendido valle zamorano tenemos de valores humanos a personas intelectuales, escritores, músicos, poetas, profesores,  periodistas, pintores, artista de teatro,, deportistas, gente de la radio difusión, etc.,  . 

Hace más de seis décadas atrás Villa de Cura era una ciudad de ríos rumorosos y de aguas limpias por todos lados. Y  ese mismo fluido abundante en el subsuelo. En todos sus linderos se sentía el accionar de la naturaleza. Había que saber lo que era antes Pozo Azul y sobre todo el pintoresco Valle de Tucutunemo, desarrollado por una amalgama de gente criolla conjuntamente con algunos emigrantes europeos.de la postguerra.. 

Hacen años en El Cortijo  no se percibía  otra cosa que el riego por gravedad y aspersión de regadores que parecían unas alas de garza. Siembra y cultivo de extensos sembradíos de maíz, tomate, yuca, papa, aguacate, caraota, pimentón, hortaliza, además  cría de ganado vacuno, porcino y caprino.  A un costado de la vía a El Cortijo siempre había una bodega que expendía toda clase de víveres con un caldero hirviendo de chicharrón y carne de cerdo, y un budare de la típica cachapa de maíz tierno.. Tucutunemo era de fama nacional. Uno de los programas importantes fue la producción que se daba de Semilla Registrada y Certificada de maíz, papa y caraota de la mejor calidad, requerida por los productores de la Colonia de Turén  y Asociación de productores de Calabozo estado Guárico, sin olvidar el estado Cojedes y Portuguesa, distribuida por ña firma Agro Isleña. 

Todo a punta de trabajo. Había que ver la cantidad de litros de leche y sus derivados que durante invierno y verano salían para consumo interno y hacia el centro del país de las haciendas  "La Providencia", "El Ancón", "Montero", "Santa Rosa",  "Caicara"  "El Banco",  "El Ocumo", "La Lagunita" y granjas de medianos y pequeños productores de Los  Bagres, El Pao de Zarate y El Cortijo. La base de eso era el cruce del ganado criollo con el mestizo.

Es obligatorio recordar aquellos tiempos de abundante cosecha cuando se podía observar en fila india los camiones 600 y 750 cargados hasta la coronilla de productos para ser  llevados a los Mercados Periféricos de Caracas y el centro del país. 
Es muy saludable recordar que los dueños de parcela, a mucha gente pobre le daban "luz verde" para el "rebusque", que no era otra cosa que el aprovechamiento de los frutos que en su paso dejaba las máquina cosechadora.. 
Seríamos injustos sino reconocemos el asesoramiento de las Facultades de Ciencia Veterinaria y  Agronomía de la Universidad Central de Venezuela, y por otra parte el interés del MOP en el asfaltado y conservación de la carretera hacia El Cortijo. Algo se había adelantado pero actualmente casi todo está abandonado.   . 

Seguramente nuestros coterráneos de esa época recordarán que a mediados del siglo pasado, algunas familias se organizaban en romería a visitar estos parajes, a darse un baño y la  pescar en el río  río Tucutunemo, porque siempre había en su curso una abundante cosecha de palometas, bagres, palambras y corronchos.

Si uno deseaba disfrutar de un  suculento hervido de "roncador",  o de una ración de pescado frito, solo había que llevar al río  anzuelos y guaral, caldero, manteca y  fósforo, porque el río le daba el alimento, y el bosque el haz de leña para el fogón. 

En los días de infatigable calor veraniego, de sol ardiente, los villacuranos de diferentes  edades y estratos, nos fuimos acostumbrando a darnos un baño en las pozas que se hacían en el curso del río Guárico. La mayoría de las veces  en excursiones dominicales. (Salíamos después de desayuno y regresábamos con el ocaso).... No está demás de recordar cuando por vía de la jubilada de nuestras horas de clases, burlábamos el seguimiento de los policías escolares de nombre don Brígido Alagar y el señor Lucio Reina..
 
¿Cuántas veces el grupo, de los cuales son muchos los nombres, pasó buscando por su casa a nuestro amigo Rafael Pasquier ?. Su madre fue doña Ana de Pasquier, recuerdo que para esos paseos al río,  nos brindaba una bandeja de tortas de "merengues" para que lleváramos de bastimento.

Marchábamos a pie  por la carretera de macadam disfrutando del paisaje y de sus campiñas; tirándole piedras a las  turcas que se encontraban por el monte y  derribando las iguanas de las ramas verdes de los samanes y caros, para degustar  la delicia de sus huevos salcochados. A disfrutar de las plantas frutales que crecían silvestres entre plantíos y en  las márgenes de los ríos. Los muchachos y adultos derrochábamos el gusto  comiendo gajos de mamón y cotoperiz, mango, algarrobo y jobo amarillo.. 

También viene al recuerdo los verdes aledaños del rumoroso río Tucutunemo, con sus pájaros de todas las especies sobre la arboleda. Los pozos que surcaban su caudal fueron nuestros mejores cómplices también frecuentados por las lavanderas de Las Mercedes:, "Quita Calzón", "El Caracol". "El Deleite", "La quebrada de las lavanderas" y "El Paso del Caballo", fueron una delicia.. 

A un costado de la carretera a San Juan de los Morros se ubican los pozos de "Quebrada Honda","La Planta" y  "El Carmen". En el limítrofe de Aragua con Guárico a orilla de carretera, "La Quebrada de Piritu"; siguiendo mas adelante  las profundas aguas del "Salto de Piritu"..

Flamea en la pantalla del recuerdo el balneario bajo el puente de la vía a Santa Rosa, con sus clarísimas y rumorosas  aguas   que descienden desde la Sierra del Sur. Allí calmaron su sed y llenaban sus taparitas de agua los  Peregrinos en febrero.  

El noble cañaote "Curita", metido entre un nudo de árboles, en cuyos remansos se  lanzaban anzuelos y redes para la pesca; y en especial las muchachas y muchachos se bañaban en las pozas que dejaba la crecida del río.. 

Las aguas represadas del "Paredón de la Represa". En su orilla los carreteros saliendo de la montaña se bañaban  y ponían a beber a sus cansadas mulas. En sus tranquilas aguas abundaba la sardina, la anguila,  guabinas, empollaban los gallitos de agua, nadaban en las tardes los patos silvestres y pernoctaban las garzas blancas y paletas en sus garceros.  

Por la salida de La Villa vía a Cagua los pozos "El Caño", la "Quebrada de Guayabal", convertida en aguas cloacales. Y de la misma parentela le sigue el caño  "La Chapellinera", bajo la sombra de amables árboles y bejucos que muchas veces usábamos como trampolín. . 

El río "Las Minas", corría libremente en invierno y verano,  ahora solo corre cuando son muy fuertes las precipitaciones en su cabecera.. 

Evoco en en esta crónica el caserío rural "Los Tanques", porque en medio de un bosque de cujíes, existía una laguna natural, allí iban a realizar su faena y echar cuentos las lavanderas del barrio Los Colorados. Después que sus aguas se secaron fue transformada en zona industrial (casi extinta) y también residencial.

Por la cercanía de San Francisco de Asís o Garabato, hay una chorrera de abundantes aguas cristalinas que se deslizaba por un elevado tobogán de rocas azules, bautizado  "La Ceniza". Algo así como un "Tobogán de la Selva" amazónica en miniatura. Me echan el cuento que ahora sus aguas se fueron evaporando..

Es tiempo de memoria, Toda esa maravilla de bondades que nos brindó  Dios a los villacuranos, que marcaron un tiempo de belleza natural y de progreso ya no están; pensamos que el hombre los abandonó, nunca los  cuidó y no lo supo valorar..El desarrollo de una región no se debe solo a la fertilidad de sus tierras, sino al amor y la sensibilidad de sus hijos, sus gobiernos  y sus habitantes.

.




jueves, 20 de abril de 2023

"JUAN DEL PUEBLO" MANEJADOR DE CARRETILLA EN LOS ALMACENES

 


Villa de Cura
Estado Aragua

Por Oscar Carrasquel

Fue muchas las veces en la adolescencia que escuchamos mencionar el nombre de JUAN DEL PUEBLO. De mediados del pasado siglo xx fue habitante del barrio Aragüita de Villa de Cura. Su nombre de pila era Juan Heriberto López; pero la vida cotidiana y el sentir popular lo bautizo con ese nombre bastante común. Fue otro de los personajes populares que deambularon en el pasado  por esta Villa de San Luis. En todos los rincones de esta Villa, que fue siempre su refugio, fue sentenciado Juan Heriberto con ese sobrenombre. 

JUAN DEL PUEBLO era un hombre sano, ameno, de regular estatura, vestía siempre de ropa de kaki color amarillo, calzado de alpargatas y camisa por fuera. Era medio sordo y hablaba con lengua enredada. Fue caletero a pulso en los almacenes de la población, pero aparte, se ocupaba de la limpieza de solares, hacía mandados a las familias del pueblo. Lo buscaban para entregar los regalos en las celebraciones de bodas. o llevar una corona a un entierro; y además era cómplice de amores de estudiantes que deseaban intercambiarse cartas y papelitos. Desempeñó una tarea por cuenta propia "cargador de borrachos"., buscando clientes en los bares. En la lejana Turquía los llamaban "porteadores".

JUAN, salía todos los días manejando un carretón de madera donde acarreaba escombros y basuras de los solares, y además era repartidor de pedidos de víveres y mercadería que los almacenes mayoristas despachaban a las bodegas.
 
JUAN DEL PUEBLO era un tipo muy popular, lleno de humildad y jocosidad, pero también tenia su carácter, no le gustaba forzarse mucho en su trabajo; solía decir que él no era una máquina ni un buey y  que los ricos estaban completos. Para ganarse los centavos hacia mandados, repartía volantes, invitaciones para entierros, cargador de agua de las "pilas", cuando en el pueblo  no había acueducto, 

Se refugió él  solo, porque no se le conoció familia, en la parte baja de un rancho deshabitado, ya que no se le conoció  familia, al menos yo. Vivió en el barrio Aragüita al oeste de la ciudad de Villa de Cura, en la salida hacia San Juan de los Morros, deambulaba con frecuencia por esas soledades, su sitial ideal fue esa barriada donde era muy querido. 

En algunas ocasiones fue también celador de la sede local  del partido Acción Democrática, que estaba situada  en la calle Blanca (hoy Miranda) en toda una esquina, cruzando para la calle doctor Manzo. Lo cual hacía presumir a la gente que fue un militante  de las filas de esa organización política.

JUAN DEL PUEBLO simbolizaba aquel recordado personaje dibujado en un afiche del partido Acción Democrática, donde aparecía “Juan” calzado de alpargatas, con  sombrero de pajilla y un pan de trigo asomado en el bolsillo derecho del pantalón.

En la Villa de Cura de aquella época, JUAN DEL PUEBLO, un hombre sencillo,  tranquilo, servicial, adquirió mucha notoriedad porque se convirtió en  perseguidor y en una pesadilla para los borrachitos. Todos sabían  que Juan, cuando veía tirado a un borrachito dentro de un botiquín o en la acera, enseguida se lo tiraba al hombro como el pescado de la Emulsión de Scott, lo colocaba encima de su carretón y lo llevaba para que pasara la borrachera en la sabana; así se llamaba un paraje solitario que quedaba al lado del campo donde se jugaba béisbol, y Juan, era asiduo y baqueano transitando ese camino. La gente ya estaba al corriente de sus propósitos. En ese sentido "Juan del Pueblo" se convirtió  en un hombre de mucha fama. 

Cuentan muchos que lo veían regresar, con la luz de los luceros, con la carretilla vacía sin la carga humana, y le preguntaban:

¿ Para dónde vas, Juan?

Mostrando una sonrisa picaresca, viendo hacia el claro de la sabana, lanzaba en su media lengua esta lacónica repuesta:

- ¡No voy, sino que vengo!

En lo último, soltaba una sonora carcajada y seguía su camino.

Estas cosas sencillas carentes de interés -si se quiere- ocurrieron en nuestro querido pueblo de Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela, en el pasado reciente. Ha transcurrido mucho tiempo  y  Villa de Cura lo sigue recordando, sus huellas siguen presentes, por todo lo que significó el personaje, por los hechos que adornaron su vida en el siglo pasado.

Oscar Carrasquel, La Villa de San Luis, junio de 2018 (corregido en abril 2023)

miércoles, 19 de abril de 2023

MARIA TERESA CASTILLO DE HERNÁNDEZ FUNCIONARIA DE LA ANTIGUA OFICINA DE CORREO

 

                                       Doña María Teresa Castillo. Foto archivo de la familia Hernández-Castillo


Por Oscar Carrasquel}


Hemos tenido  la dicha  que Dios  nos dio amigos a carta cabal.. Don Félix  Hernández Castillo nos ha colaborado en esta labor de investigación. Con él compartimos y aprendimos muchas cosas elementales  de la juventud que le tocó vivir. Por petición que le hice tuvimos la oportunidad de remover un conjunto de reminiscencias de la tierra donde nacimos,  a pesar de las dolencias del cuerpo y del alma.  Es por .eso  que la crónica viene a referirse  sobre la presencia de una dama amante de este pueblo  que llevó por nombre doña María Teresa  Castillo de Hernández, perteneciente a la vida social villacurana de la tercera y cuarta  década del siglo xx.

María Teresa Castillo Delgado había nacido un 25 de febrero de 1898 en la población de Tinaquillo, capital del Municipio del mismo nombre, estado Cojedes, donde se crió y estudió. Fue hija del matrimonio pactado entre María Teresa Delgado Ilarramendi y  Francisco Castillo León, ambos del estado Cojedes,  desde muy joven se radicó en Villa de Cura.

Con el correr del tiempo se sintió atraída por Cupido y contrajo nupcias  con el comerciante y educador villacurano   Manuel María Hernández Utrera. El matrimonio Hernández-Castillo levantó siete hijos todos nacidos en La Villa, Manuel Enrique, Ana Teresa, Estela María, Juan Bautista,  Félix Lisandro,  Carmen Teresa y Ana María (Mery). Dedicó parte de su vida a la atención del hogar y educación de sus hijos. Sus manos eran mágicas para la confección de ropa  para damas y niñas. Su recorrido por la vida fue de 64 años pues murió en Villa de Cura el 19 de junio de 1962.Del linaje Hernández-Castillo descienden las damas Gloria, Diana, María Soledad y Cecilia Hernández Bencid, nacidas en Villa de Cura..

En la década de los 40 la señora María Teresa Castillo de Hernández fue nombrada Regidora de la Oficina Postal de Correo de Villa de Cura. En  esa etapa casi rural  de la Villa de San Luis del siglo pasado la Oficina de Correos estaba ubicado en una casona tipo colonial de grandes espacios en el casco central, ubicada en la calle Comercio frente a la plaza Francisco de Miranda, la cual a la vez era casa de habitación de la familia Hernández- Castillo. Recuerdo que en la pared del frente había un cartel visible dónde se leía *Correos de Venezuela". En el mismo terreno está  construido  lo que es hoy el  Centro  Comercial Plaza.

Doña María Teresa de Hernández, como queda dicho, fue una mujer de dignidad, de muchas virtudes fruto de su trabajo como funcionaria pública, prestando un servicio eficiente a la ciudadanía y al comercio. Fue una persona  apta y  preparada  movida por el cumplimiento de sus obligaciones y deberes.

 Eran tiempos cuando existían en La Villa  las escuelas Unitarias Integrales de Rafael Delgado Oliveros y la de don Manuel María Hernández con sus oportunas enseñanzas, y otra de  doña Pepita Peraza. En estas escuelas se aprendía las primeras lecciones leyendo en el recordado  "Libro de Mantilla", del autor Luis Felipe Mantilla. 

Cómo no recordar que  a los maestros de aula se le permitía dar pellizcos, regaños y palmetazos a los  alumnos desatentos y de mala conducta, tal como lo reza un lienzo  pintado por Francisco de Goya "la letra con sangre entra”. Cierto que este método se utilizaba en las primeras décadas del siglo xx  pero con mucha responsabilidad.

Escribir sobre la rama de la educación en Villa de Cura es  recordar  que en 1928 fue fundada la  escuela para hembras "Teresa Carreño".  En noviembre de 1926 abrió sus puertas la Escuela Federal Arístides Rojas, para varones, hoy casi centenaria. Como consecuencia del progreso se fue reduciendo la presencia de la Escuela Unitaria o Escuela Rural, pero es natural que siguieran apareciendo. En años escolares posteriores abrieron las escuelas privadas fundadas por misia Angelina de Roldán, doña Antonia Rodríguez de Bolívar, las hermanas Poleo y la señorita Josefina Rojas Lovera.

No puede olvidarse  las más grandes y acogedoras posadas. Existían entonces la pensión  de las hermanas Rachardell  y la pensión de Juanita Echangarai,  llamada también “Juanita las tres lunares”,  entre las más emblemáticas que habían en aquellos tiempos en Villa de Cura. A estos sitios llegaban los peones provenientes del llano guariqueño y apureño con arreos de ganado.  Además de posada y sitio de comida, en una  ranchería  pernoctaban en la noche las  carretas de  mulas, caballos y arreos de asnos que llegaban de la Sierra.

Doña María Teresa era una dama de firmeza catolica asidua participante  en los retiros espirituales y  misas en la Iglesia San Luis Rey de Francia, con la fe de la familia puesta. en las procesiones del Santo Sepulcro en Semana Santa y Peregrinación. 

El apellido Hernández se extendió en el centro y Apure; en Villa de Cura es de mucha preeminencia, relacionados con la educación, el comercio agrícola y pecuaria en este ámbito aragüeño. Después de casada doña María Teresa de Hernández permaneció largos años de servicio al frente de la Oficina de Correos de La Villa brindando atención a la población que no era tan grande,  podríamos concluir que su mayor mérito fue la constancia y su espíritu de servicio.

Los carteros encargados del reparto de correspondencias en la década del 40 , cuyo trabajo realizaban a pie o en bicicleta, fueron los jóvenes Remigio Marchena, Rómulo Bermúdez que llegó del llano y La Villa le dio cabida;  Teodoso Ríos y José Ramón Coronado.

Un personaje muy especial en la Oficina de Correo era el “Posta”, el cual  era desempeñado por un joven llamado José Leocadio Villalobos que se caracterizaba por tener a su cargo,  llevar  y recoger las valijas  en las oficinas y puntos intermedios de todos los pueblos del estado Aragua. Esta figura del “Posta” no se trasladaba cabalgando como antes, sino que llevaba la alforja de cuero como pasajero  en los ancianos autobuses de la Línea Demócrata, como medio para realizar su trabajo.

Cómo hemos escrito en columnas anteriores, la Oficina de Correo de aquella época  servía para hacer transferencias de dinero, ante la ausencia de entidades bancarias en la población.

La  rectoría del correo en la población  llenó algunas expectativas importantes en la vida de doña María Teresa Castillo de Hernández que tenía buen carácter para atender al publico y sus requerimientos.  A finales de la década del 40 asume la jornada  como regidor de la Oficina de Correo, por designación del Instituto Postal Telegráfico (IPOSTEL)  el barinés de Sabaneta don Salustiano Yusti Prieto (Sabaneta 1898/ Villa de Cura 1987).

De  manera que lo que queremos  con esta amable tertulia con don Félix es que la nueva generación se entere de la evolución de la ciudad y por dónde hemos transitado en este largo discurrir en la vida.

Hoy en día los elementos que recibimos de todas partes del país y del mundo llegan por Internet. Es evidente el progreso y  los avances de la humanidad en materia de comunicación. Quizás el  señor Yusti Prieto junto a su esposa, con sus repartidores,  quien legó un modelo de honra, constancia y responsabilidad, fue el último jefe postal de Correo de La Villa.

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, febrero 2021

 

sábado, 15 de abril de 2023

"MENECO" UN PERSONAJE ICÓNICO DE LA VILLA DE SAN LUIS

         Natividad Bermúdez "Meneco" durante la entrevista. Foto tomada por O C


INTRÓITO

"Meneco" se había convertido en uno de los personajes más populares de la ciudad. Ya no está en el plano terrenal, su muerte fue un sinsabor que se apoderó de los villacuranos..Poco a poco se le fue yendo la vida a nuestro querido amigo Natividad Bermudez.. El 18 de abril 2020  un día como hoy se le acabó el tiempo, no pudo resistir más. Hacía meses que había dejado de alegrarnos con su presencia, Jamás seremos capaces de ganarle la batalla al destino y a todos nos tocará ese momento.. A "Meneco" le llegó el minuto final en este pueblo donde hace tiempo llegó .  Ojalá Dios  tenga un lugar reservado para  él en el cielo....Como un sentido homenaje a su memoria, volviendo la vista al pretérito, comparto con sus amigos y con sus hijos esta conversa que sostuvimos en La Villa un día cualquiera, fue la última vez que nos vimos. En esa ocasión nos contó  algo de su vida. Descansa en paz Meneco.  

A SUS HIJOS, DEDICO

"Meneco" Un personaje icónico de la Villa de San Luís 

  Por Oscar Carrasquel



¡Natividad¡ Así con este nombre lo llevó a bautizar su madre porque nació en víspera de  Navidad en el mes más alegre y esperado del año, como hasta  hace poco solíamos llamar a diciembre, el mes más alegre, la última hoja que desprendemos del calendario. El diciembre de antes, de mesa servida en todo hogar por pobre que fuese, de vino y ponche crema, pan de jamón, cesta navideña, utilidades, estreno de telas y calzados, hallacas, de intercambio de tarjetas y regalos, de Niño Jesús, de cantadores de aguinaldos de casa en casa.

Su apellido es el mismo de la madre: Bermúdez,  porque ella fue madre soltera.  El párvulo vio la primera luz en la población de Tucupido el 12 de diciembre de 1931, capital del municipio José Félix Rivas, estado Guárico. También son nativos de allá sus dos hermanos don Rómulo Bermudez y doña María Bermudez. La solícita madre, un día al despuntar el alba, después del café, con el viento  a  favor trazó la ruta  del centro  y sus pasos anclaron en Villa de Cura para el resto de su vida. Cuando eso el chaval contaba apenas seis años de edad. Aquí asistió a la escuela Arístides Rojas. Siendo un adolescente la sabiduría popular de La Villa de San Luis decidió borrar su nombre de pila y lo reemplazó por un apodo cariñoso, corto pero sonoro: ¡Meneco¡ Así se quedó y es como lo conoce todo el mundo. Ese me lo pusieron los jodedores (Fue exactamente la frase que me soltó). La inspiración de su sobrenombre parece que proviene de una melodía cubana.

Nuestro personaje fue un hombre sensible con una estampa jocosa, estrechamente ligado a un grupo de apasionantes compañeros  de una raza que ha sido catalogada como la  "de los años dorados"..Meneco reía  a carcajadas en algún grato momento.  La vida le ha enseñado un poco de cada cosa para disfrutarla, Por eso sus andanzas son innumerables.

Cuando nos habla de su infancia esboza su apego por los juegos infantiles tradicionales, paseos al campo y los ríos, travesuras,  el ponedor de sobrenombre, el humor ácido, largas tertulias, cuentos,.mucha chispa criolla, siempre formando un circulo que unía a los muchachos forasteros  con los del patio. Algunos llamaron a este grupo: “cuerdita de jodedores”; pero fueron jóvenes sanos, de grato compartir, incapaces de irrespetar, ni tampoco de provocar daños al semejante. Aquel que entraba a esta órbita no quería salirse nunca. Los círculos en que se reunía, la mayorìa eran estudiantes, deportistas, placeros, galleros, jugadores de billar y apostadores. . 

Después de pasados los años  avanza por el otoño de la vida, ahora su voz es apagada, sus pasos lerdos deslizándose por las aceras, visitando algún mercado, mirando  de frente los espacios de la ciudad. A veces se detiene y vuelve la vista al pasado. Quizás rememorando sueños inconclusos, bares que lo acercaron a mujeres, amores que llegaron y se fueron, y rememorando los nombres de sus antiguos  compañeros. Una parte parte de ellos se fueron de la ciudad, y otros ya emprendieron el viaje a la eternidad. 

Meneco no es ni la sombra de aquel que pedaleando un caballito de dos ruedas veíamos pasar velozmente a reunirse con sus amigos alrededor de un banco de la plaza Miranda. Ahora no es ese joven buenmozo, enamoradizo, acostumbrado a rociarse con perfumes de la "Tienda de Cuadros", que lucía un copete en  su lisa y oscura cabellera.

En un salón de billar laboraba haciendo el trabajo de coime, con jugadores de experiencia y de novatos como yo, o cazando y pagando apuestas de dupletas en un conocido bar ubicado en la calle Bolívar donde además de bebidas, se conseguía una variedad de dulces del arte de misia María Palumbo: Confeccionaba semanalmente una "dupleta" para apostar a las carreras de caballos del 5 y 6, y el lunes cuando le preguntaban por el ganador, siempre te respondía:  "Ganó Cruz Parra", con lo cual te indicaba que tu dupleta estaba perdida por mala suerte.  
 . 
Natividad Bermúdez fue preparador, seleccionador y jugador de gallos de pelea de la cuerda gallística "La Molinera". Contando con el asesoramiento y la protección de don Ángel Molina (Molinita) se hizo buen gallero. "Molina me enseñó lo básico del juego" Aprendió perfectamente el método de preparar gallos para las peleas  y conoció centímetro a centímetro el lenguaje de los galleros y las apuestas.

Gregorio García, el célebre vendedor de chicha de La Villa irónicamente le llamaba “doctor”, porque "Meneco", adrede lo llamaba “chichero”,  sabiendo que al larense le disgustaba al extremo que le identificaran por el oficio, lo cual celebraba con una sonrisa.

No se puede soslayar que Meneco fue un tipo exitoso en el mundo femenino. Narrador  de cuentos y anécdotas y amigo de jugar tretas. Genial para derrochar jocosidades. En un tiempo fue la picardía hecha hombre. Sabía imitar otras voces para  que no creyeran que era la suya. Le echaba bromas  a la persona que conocía, pero un extraño tampoco escapaba de sus ocurrencias. 

Hubo un día que  se le ocurrió colocar una enorme corneta de pera en un cruce de esquina de la calle Real, y cuando Leopoldo Figueroa venía muy tranquilo frente al volante de un camión donde transportaba ganado , "Meneco" activó el  sonido largo de la corneta, lo que provocó  que Leopoldo pegara un frenazo que casi lo hizo salir  por el parabrisas, mientras él salía en disparatada carrera buscando la calle Comercio. Se ocultóó detrás del mostrador del bar "El Teide".

Otro día se apareció a la lunchería de Míster Botta, en la calle Real, exigiendo que le preparara un sándwich “económico”; y cuando el comerciante italiano le preguntó si era con jamón o queso, "Meneco" le respondió que lo quería con galleta de soda, y de seguidas salió en veloz carrera.

Aquellas pequeñas salidas humorísticos del personaje causaban hilaridad entre la gente. Se peinaba su ondeada  cabellera con brillantina Palmolive y siempre llevaba sus  patillas y bigote bien arreglados, al  mismo estilo de un galán del cine norteamericano. Los mamadores de gallo le decían que se parecía a  Errol Flynn,  "Meneco". era un tipo con chispa para galantear con respeto a las damas. .Amigo de todo el mundo.

Fue un ser nacido en el llano pero convertido en villacurano por adopción de donde no salíó nunca. Me invitó a visitar su casa de familia, está residenciado en la calle Miranda. Dinámico y con una voluntad  decidida para ganarse con claridad  los centavos. Así, llevando la vida tranquila y transparente  lo recuerdan hombres y mujeres de su generación. 

Hoy lunes de diciembre, metidos en una conversa en una acera de la calle Blanca (Miranda), mirándome fijo a los ojos  me indicó que se sentía enfermo. Me dijo que casi no lo dejaban salir afuera, que se asomaba a la reja para ver los rayos del sol, aguardando el momento propicio para salir a la calle. "El ñero Manuel (El Indio Eulogio) es más viejo que yo"me dijo  haciendo siempre comparaciones y jugando una broma a su amigo Manuel Jiménez.

Lógicamente Meneco  no es el mismo de antes, todo lo dejó en el camino, en la ancianidad se entregó a representar al hombre solitario y melancólico y pausado en su recordar. Al principio de la conversa  no se acordaba mucho  por no contar ya con  con el aroma fresco de la memoria. Pero después me sonrió. posee la misma sencillez y sonrisa cariñosa de antes.

Hay días que nos detenemos en una acera, circulando en fila india para no tropezar  con los tarantines de los buhoneros..Conversamos un largo rato. Es tiempo para darle varias palmadas en el hombro ahora que puede sentirlas, siempre resaltando el amor por la familia y su terruño villacurano. Los años llegan, no se detienen, son como el caudal de agua de una represa que aumentan en cada  invierno. Creo honestamente que "Meneco" pertenece al patrimonio icónico de esta Villa de San Luis de Cura, para la eternidad...

Oscar Carrasquel. La Villa de San Luís, diciembre 2019
Foto tomada por O C con celular JEZZ 


viernes, 14 de abril de 2023

EL GRILLAR

  

                  

                   EL GRILLAR


                Oscar Carrasquel


Me conmueven

tus ojitos de candela

en un rincón de mi habitación

como si fueras un avión

 

Hallarlo en los entresijos,

oculto entre los tabiques

en mi cuarto

es cosa común de este insecto

 

Entre las ropas,

en el escaparate,

y en el desaguadero

atrapando otros bichos

 

Tranquilo, en paz,

metido entre los bolsillos

de un anciano flux


Danzando

por la pretina de un pantalón

moviendo las extremidades

 

Detrás del cortinero

cortejando a su prometida


En una madriguera

rumiando la soledad

con su eufórico grillar

anunciando prosperidad.

 

Despierto con su chirrido

Con su largo taladrar

Aunque el filo de la madrugada

le arrugue  el pellejo de frío.

 

Se queda mirando 

con enojo y con inquina

cuando lo obligan a heder 

peloticas blancas de naptalina.

 

         La Villa de San Luis, marzo 2023

 

 

¿QUÉ SE COMPRABA?

  Foto colección Ramón Alfredo Corniel   ¿QUÉ SE COMPRABA?           Oscar Carrasquel   Utilidades y Vacaciones Estas dos palabrot...