viernes, 21 de abril de 2023

EL ANIVERSARIO DE NUESTRA CIUDAD Y UN CONJUNTO DE REMINISCENCIAS

 


EL ANIVERSARIO DE NUESTRA CIUDAD Y UN CONJUNTO DE REMINISCENCIAS
                                        



Por Oscar Carrasquel


Con estos apuntes a través de una larga experiencia y de un simple razonamiento, abrevamos y nos atrevemos a contar sobre el camino transitado, lo que hemos guardado en el  cofre de los recuerdos, así lo queremos sustantivar. Es una hermosa senda la que nos tocó en la vida de la cual nos sentimos satisfechos. Nuestra juventud fue bonita. Ya lo hemos dicho en anterior oportunidad, campeaba la pobreza pero dentro de un ambiente de dignidad, respetando a los mayores y a la obediencia cristiana.. Nuestra juventud fue siempre con dedicación al calor del hogar, preocupados por el estudio y amor por los maestros,. de trabajar desde temprana edad para meter el hombro. De gusto por  los paseos, de bañarnos en los ríos, y así mismo atracción por el campo y el llano. 
A veces por simples tonterías los muchachos nos dábamos puñetazos a la salida de la Escuela Arístides Rojas, pero enseguida estábamos juntos y luego otra vez al aula sin rencor.. Entregados al ejercicio del deporte y a la sana diversión. Todo esto nos guió en la ruta de la juventud y deja una marca indeleble que nunca se olvida, con todas sus vicisitudes, con tropiezos  y caídas. 

Los años transcurridos hacen que todo evolucione. Hemos andado y desandado caminos y conocido otros mundos, con acierto y también con errores. En la salud y en la enfermedad. Los años de experiencia nos han convencido que la juventud que nosotros conocimos fue nuestro mejor trofeo.. Hablamos de esto sólo para hacer una retrospectiva del camino  recorrido, en esa etapa inolvidable de nuestra vida. .

Nuestra amada Villa de Cura, para quien no la conoce, es una ciudad rodeada de colinas que se elevan por todo su contorno, una tierra de valles y ríos: donde se forma un bonito paisaje. El Vigía, Platillón, Cerro Azul, Picacho Blanco, Barranquilla, Cerro Pelón, Los Chivos, El Calvario, y La Virgen, se cuentan entre sus cerros.  Y un cañón por donde se desparraman los valles aragüeños hacia los llanos guariqueños y apureños y al sur de nuestro estado Aragua.

Este conjunto de reminiscencias nos lleva a decir que en este tendido valle zamorano tenemos de valores humanos a personas intelectuales, escritores, músicos, poetas, profesores,  periodistas, pintores, artista de teatro,, deportistas, gente de la radio difusión, etc.,  . 

Hace más de seis décadas atrás Villa de Cura era una ciudad de ríos rumorosos y de aguas limpias por todos lados. Y  ese mismo fluido abundante en el subsuelo. En todos sus linderos se sentía el accionar de la naturaleza. Había que saber lo que era antes Pozo Azul y sobre todo el pintoresco Valle de Tucutunemo, desarrollado por una amalgama de gente criolla conjuntamente con algunos emigrantes europeos.de la postguerra.. 

Hacen años en El Cortijo  no se percibía  otra cosa que el riego por gravedad y aspersión de regadores que parecían unas alas de garza. Siembra y cultivo de extensos sembradíos de maíz, tomate, yuca, papa, aguacate, caraota, pimentón, hortaliza, además  cría de ganado vacuno, porcino y caprino.  A un costado de la vía a El Cortijo siempre había una bodega que expendía toda clase de víveres con un caldero hirviendo de chicharrón y carne de cerdo, y un budare de la típica cachapa de maíz tierno.. Tucutunemo era de fama nacional. Uno de los programas importantes fue la producción que se daba de Semilla Registrada y Certificada de maíz, papa y caraota de la mejor calidad, requerida por los productores de la Colonia de Turén  y Asociación de productores de Calabozo estado Guárico, sin olvidar el estado Cojedes y Portuguesa, distribuida por ña firma Agro Isleña. 

Todo a punta de trabajo. Había que ver la cantidad de litros de leche y sus derivados que durante invierno y verano salían para consumo interno y hacia el centro del país de las haciendas  "La Providencia", "El Ancón", "Montero", "Santa Rosa",  "Caicara"  "El Banco",  "El Ocumo", "La Lagunita" y granjas de medianos y pequeños productores de Los  Bagres, El Pao de Zarate y El Cortijo. La base de eso era el cruce del ganado criollo con el mestizo.

Es obligatorio recordar aquellos tiempos de abundante cosecha cuando se podía observar en fila india los camiones 600 y 750 cargados hasta la coronilla de productos para ser  llevados a los Mercados Periféricos de Caracas y el centro del país. 
Es muy saludable recordar que los dueños de parcela, a mucha gente pobre le daban "luz verde" para el "rebusque", que no era otra cosa que el aprovechamiento de los frutos que en su paso dejaba las máquina cosechadora.. 
Seríamos injustos sino reconocemos el asesoramiento de las Facultades de Ciencia Veterinaria y  Agronomía de la Universidad Central de Venezuela, y por otra parte el interés del MOP en el asfaltado y conservación de la carretera hacia El Cortijo. Algo se había adelantado pero actualmente casi todo está abandonado.   . 

Seguramente nuestros coterráneos de esa época recordarán que a mediados del siglo pasado, algunas familias se organizaban en romería a visitar estos parajes, a darse un baño y la  pescar en el río  río Tucutunemo, porque siempre había en su curso una abundante cosecha de palometas, bagres, palambras y corronchos.

Si uno deseaba disfrutar de un  suculento hervido de "roncador",  o de una ración de pescado frito, solo había que llevar al río  anzuelos y guaral, caldero, manteca y  fósforo, porque el río le daba el alimento, y el bosque el haz de leña para el fogón. 

En los días de infatigable calor veraniego, de sol ardiente, los villacuranos de diferentes  edades y estratos, nos fuimos acostumbrando a darnos un baño en las pozas que se hacían en el curso del río Guárico. La mayoría de las veces  en excursiones dominicales. (Salíamos después de desayuno y regresábamos con el ocaso).... No está demás de recordar cuando por vía de la jubilada de nuestras horas de clases, burlábamos el seguimiento de los policías escolares de nombre don Brígido Alagar y el señor Lucio Reina..
 
¿Cuántas veces el grupo, de los cuales son muchos los nombres, pasó buscando por su casa a nuestro amigo Rafael Pasquier ?. Su madre fue doña Ana de Pasquier, recuerdo que para esos paseos al río,  nos brindaba una bandeja de tortas de "merengues" para que lleváramos de bastimento.

Marchábamos a pie  por la carretera de macadam disfrutando del paisaje y de sus campiñas; tirándole piedras a las  turcas que se encontraban por el monte y  derribando las iguanas de las ramas verdes de los samanes y caros, para degustar  la delicia de sus huevos salcochados. A disfrutar de las plantas frutales que crecían silvestres entre plantíos y en  las márgenes de los ríos. Los muchachos y adultos derrochábamos el gusto  comiendo gajos de mamón y cotoperiz, mango, algarrobo y jobo amarillo.. 

También viene al recuerdo los verdes aledaños del rumoroso río Tucutunemo, con sus pájaros de todas las especies sobre la arboleda. Los pozos que surcaban su caudal fueron nuestros mejores cómplices también frecuentados por las lavanderas de Las Mercedes:, "Quita Calzón", "El Caracol". "El Deleite", "La quebrada de las lavanderas" y "El Paso del Caballo", fueron una delicia.. 

A un costado de la carretera a San Juan de los Morros se ubican los pozos de "Quebrada Honda","La Planta" y  "El Carmen". En el limítrofe de Aragua con Guárico a orilla de carretera, "La Quebrada de Piritu"; siguiendo mas adelante  las profundas aguas del "Salto de Piritu"..

Flamea en la pantalla del recuerdo el balneario bajo el puente de la vía a Santa Rosa, con sus clarísimas y rumorosas  aguas   que descienden desde la Sierra del Sur. Allí calmaron su sed y llenaban sus taparitas de agua los  Peregrinos en febrero.  

El noble cañaote "Curita", metido entre un nudo de árboles, en cuyos remansos se  lanzaban anzuelos y redes para la pesca; y en especial las muchachas y muchachos se bañaban en las pozas que dejaba la crecida del río.. 

Las aguas represadas del "Paredón de la Represa". En su orilla los carreteros saliendo de la montaña se bañaban  y ponían a beber a sus cansadas mulas. En sus tranquilas aguas abundaba la sardina, la anguila,  guabinas, empollaban los gallitos de agua, nadaban en las tardes los patos silvestres y pernoctaban las garzas blancas y paletas en sus garceros.  

Por la salida de La Villa vía a Cagua los pozos "El Caño", la "Quebrada de Guayabal", convertida en aguas cloacales. Y de la misma parentela le sigue el caño  "La Chapellinera", bajo la sombra de amables árboles y bejucos que muchas veces usábamos como trampolín. . 

El río "Las Minas", corría libremente en invierno y verano,  ahora solo corre cuando son muy fuertes las precipitaciones en su cabecera.. 

Evoco en en esta crónica el caserío rural "Los Tanques", porque en medio de un bosque de cujíes, existía una laguna natural, allí iban a realizar su faena y echar cuentos las lavanderas del barrio Los Colorados. Después que sus aguas se secaron fue transformada en zona industrial (casi extinta) y también residencial.

Por la cercanía de San Francisco de Asís o Garabato, hay una chorrera de abundantes aguas cristalinas que se deslizaba por un elevado tobogán de rocas azules, bautizado  "La Ceniza". Algo así como un "Tobogán de la Selva" amazónica en miniatura. Me echan el cuento que ahora sus aguas se fueron evaporando..

Es tiempo de memoria, Toda esa maravilla de bondades que nos brindó  Dios a los villacuranos, que marcaron un tiempo de belleza natural y de progreso ya no están; pensamos que el hombre los abandonó, nunca los  cuidó y no lo supo valorar..El desarrollo de una región no se debe solo a la fertilidad de sus tierras, sino al amor y la sensibilidad de sus hijos, sus gobiernos  y sus habitantes.

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