viernes, 28 de marzo de 2025

DOÑA RITA MERCEDES ÄLVAREZ... DE LA PASCUA A VILLA DE CURA



                                Foto álbum familiar. rectificada por Ramón Alfredo Corniel

 

DOÑA RITA MERCEDES ÁLVAREZ

                          DE LA PASCUA A VILLA DE CURA

 

                                        Por Oscar Carrasquel

 

Sumergido en mi deseo de traer a la crónica el nombre de personas vinculados a este terruño, vengo  a evocar recuerdos de viejas reminiscencias del tiempo que se fue. En mis lejanos años de la adolescencia tuve la suerte de conocer a esta  matrona. Me satisface y enorgullece  traerla  a las páginas de nuestro blog, me ha tocado recordarla y lo hago con alegría; hablarles de esta dama nacida en una ribera del río Orinoco, apreciada y querida, que por su arraigo de muchos años en esta ciudad, muchos creían que era villacurana. Aquí se quedó en esta comarca hasta el final de sus días.

Rita Mercedes Álvarez nació el 22 de mayo de 1920 en un pueblo a la costa  del río Orinoco en Caicara de Orinoco, municipio Cedeño, estado Bolívar, de la unión de don Jesús Pouset con doña Juana Álvarez, la cual era natural de Valle de La Pascua. Siendo una niña sus padres tomaron el camino de regreso a la ciudad de Valle de la Pascua... A Villa de Cura llegó  con sus padres por la década de los años cuarenta, de edad adolescente quizás entre los 16 y 17 años.

Doña Rita era de tez morena y en su rostro una sonrisa lenta que habitaba en ella, una mujer de exquisita bondad, batalladora, de una gran calidad humana. 

Inicialmente se residenció en la populosa  comunidad de “Las Tablitas” en Villa de Cura, sus últimos años vivía en  casa propia ubicada en el centro de la población.

Asidua visitante de la casita solariega donde vivían mis padres  en la calle Urdaneta, en la llamada “cuadra larga”, de allí nació una amistad que siempre perduró, por eso somos testigos de su abnegación.  Colaboradora y entusiasta con el deporte,  con el béisbol menor en especial, en la preparación de comida  y recibimiento de los niños, se caracterizó por ser una persona diligente y servicial.

Una mujer humilde, gran persona, muy  sencilla. Ella era prima hermana de doña Rosario Álvarez, la madre de la señora Hilda Álvarez de Núñez, que casó con mi primo el negro José Núñez, natural de Villa de Cura. La gran mayoría de su familia materna provino de Valle de la Pascua.

Hablar de aquellos días en que Rita,  junto con  otros miembros de su familia arribaron a estos Valles de Aragua;  es regresar la mirada a aquella Villa de Cura donde se respiraba olor a cuerería  de talabartería, y con diversidad de talleres en donde se elaboraba la criolla alpargata. En esos días,  a la villa todavía le faltaban  años para ser ciudad. Nos estamos refiriendo a un pueblo pequeño con un número importante de pulperías  y de almacenes mayoristas, y famoso también por la compra- venta de ganado en pie en los corrales de La Romana,  en estos rubros estaba sustentada su economía.

El ritmo comercial de esa época sirvió de estímulo para hombres, mujeres y jóvenes  de los estados llaneros Apure y Guárico, que en sus planes estuviera buscar nuevos horizontes para vivir, entonces pararon y se establecieron en esta Villa de San Luis de Cura.

Entre los que salieron de Valle de la Pascua en esa caravana, además de Rita Álvarez, Josefina Alvarez "chepina": Hilda Alvarez y estaba también nuestro recordado amigo Alcides Álvarez, en la Villa fue que aprendió el oficio de talabartero.

Por una de sus hijas supe que doña Rita era un ser de profunda fe católica. Su primer trabajo fue en una institución educativa privada. Durante diez años  cumplió  la función de Bedela en el “Colegio Simón Bolívar” de Villa de Cura, cuando comenzó a funcionar en la calle Bolívar, en un inmueble situado enfrente del almacén  de don Adolfo Ramirez, cerca de la Panadería La Reina.

Recordamos que doña Rita Álvarez laboró  en el primer período del Concejo Municipal de Zamora que se instala posterior a la caída de la dictadura del General Pérez Jiménez, y en sucesivas administración municipal hasta su jubilación; entró como empleada de mantenimiento y considerada como personal de confianza muy apreciada porque supo encontrar muchas amistades  en todos los demás departamentos. primero realizaba  sus labores domésticas durante el amanecer y alistaba a sus hijos para mandarlos a la escuela, tal como es la costumbre en el llano.

La señora Rita Álvarez sembró semilla fértil en este generoso vallecito aragüeño llamado Villa de Cura, fue madre de ocho hijos en el siguiente orden : Luz Isbelia (Secretariado Comercial), Ahitza Coromoto (Profesora Educación Integral Magister), José Ignacio (Médico)  Belkis Josefina (Secretariado Comercial); Iris del Valle (Educación Preescolar), Alexis Rafael (bachiller),  José Gregorio (TSU en Administración), Amilcar de Jesús (Lcdo en Administración).

Tres décadas atrás, una familia  pobre podía  mandaba a estudiar a alguno de sus hijos a la Universidad. El doctor José Ignacio Álvarez  fue el primero de los vecinos del barrio que cursó la carrera de medicina en la Universidad Central de Venezuela. 

Solo nos resta decir que la vida le enseñó a ser una madre y ciudadana ejemplar. Fueron transcurriendo los años, ciertamente el tiempo cambia todo. El ser humano es como la flor que da fragancia y con el tiempo se marchita. Rodeada del amor y cariño que le dieron sus hijos y nietos, después de estar batallando con diversas enfermedades. Rita Mercedes Álvarez falleció el 22 de febrero de 2008 en Villa de Cura. Su recorrido por la vida terrenal fue de 88 años.  

Su osamenta reposa bajo el cielo azul-gris villacurano, la tierra que ella sentía y quería, quizá igual o más que la Patria chica donde nació

Que Dios la tenga en su Gloria.

Oscar Carrasquel La Villa de San Luis, Tricentenaria. 

 

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