Don Narciso Pérez Acosta.Foto álbum familiar, retocada por Ramón Alfredo Corniel
Por Oscar Carrasquel
En una época que el comercio de la Villa de San Luis, a mediados del siglo xx era más boyante, con el grueso de sus tiendas y almacenes importadores y de venta al mayor que se instauraron en la ciudad, entre ese colectivo supimos de este próspero personaje nativo de Villa de Cura, que en vida se llamó don Narciso Pérez Acosta. Un hombre de honor, visionario y de gran iniciativa; conocido y reputado comerciante.
Narciso Ramón Pérez Acosta era su nombre de pila bautismal. Había nacido en Villa de Cura el 26 de agosto de 1909, primogénito hijo del bachiller Prisco Pérez Monasterio, meritorio maestro de escuela, y además desempeñó cargos públicos importantes, probo en el manejo de fondos públicos. Su madre se llamó Carmen Acosta de Pérez. A temprana edad le correspondió asumir el mantenimiento del hogar en virtud que su padre era enemigo del régimen del general Juan Vicente Gómez y sufrió cárcel y persecución. Narciso aprendió el oficio de contabilidad. Su primer empleo fue como tenedor de libros de la firma comercial BENDAYAN & BENARROCH, como los primeros judíos radicados en Villa de Cura. En 1930 ingresa a trabajar en el Almacén de don Andrés Bravo. Unos años más tarde con el auge de un capital le permitió adquirir la mitad de las acciones de esta compañía. En 1936 muere don Andrés Bravo, y la viuda, que era la principal heredera, le vende su participación al socio Narciso Pérez Acosta.
Don Narso, así le conocieron algunos, en La Villa formó numerosa estirpe, junto con la familia habitó una vivienda en la calle Comercio, enfrente de la Gruta Nuestra Señora de Lourdes, vecino del doctor Manuel F. Rondón. Su fondo de comercio se conoció con el nombre de "Narciso Pérez Acosta Sucesores", la placa metálica estaba ubicada en la calle Real, frente a la barbería y casa de habitación de don Inocencio Utrera, entre calles doctor Manzo y Urdaneta.
En el año 1954 adquiere la Hacienda Montero, situada en la carretera que conduce a San Juan de los Morros; Algunos la recuerdan como una gran vaquera productora de leche y un sitio ideal. Han dicho que hoy presenta un territorio agreste improductivo. Don Humberto Arocha, el encargado de la finca, se ocupaba de la cría de ganado lechero, allí comenzó por la agricultura, el cuido de caballos y la cría de animales domésticos. Don Narciso Pérez Acosta con el señor Dionisio Infante, Genaro de Mayo, unidos con otros ganaderos de la zona fundaron la antigua fábrica de leche SILSA, que producía el vaso de leche escolar, por medio del cual llegaba el producto a la totalidad de las escuelas públicas. Cuya Junta Directiva va a presidir don Narciso.hasta 1972 que traspasa sus acciones, quedando en calidad de asesor. Era la Finca Montero atravesada de rumorosos riachuelos frecuentada por los mejores coleadores de la región y otras personalidades vinculadas a la actividad comercial. Visitada por la familia el caserón de la hacienda era emblema de los Pérez Zamora.
De la política no fue un dirigente activista, sin embargo, el año 1943, pleno de vida, ejerció como Presidente del Concejo Municipal del entonces Distrito Zamora, Estado Aragua, que lo integraron además, Plácido García Zamora, Javier Mena, Rogelio Tavío Tosta, Luis Rosendo Hernández Pérez y Francisco Álvarez Rodríguez, entre otros. Don Narciso fue diputado en representación del Distrito Zamora, junto a don Candelario Matos, a la Asamblea Legislativa del Estado Aragua, deliberantes comprometidos con las necesidades de su pueblo. Esto fue durante el régimen del General Isaías Medina Angarita. Luego del asesinato del doctor Aníbal Paradisi en 1945. La política y el comercio ganadero lo vincularon en amistad con nuestro padre J. Eugenio Carrasquel, que también fue diputado de esta ciudad a la Legislatura de Aragua. Eso también es parte de esa historia.
Narciso Pérez Acosta fue un ser muy sencillo, cotidiano, lo confirman quienes lo conocieron de trato, o de oídas. Amante de la lectura. Contrae nupcias el año 1938 con la señorita María Josefina Zamora Pulido, pariente lejana de los Zamora, de dónde proviene el general Ezequiel Zamora Correa. De la unión de Narciso y María Josefina nacieron nueve hijos, Andrés Prisco, Narciso Ezequiel, Alexander Nicolás; Saúl Enrique, Humberto José, Carmen María, Aníbal Hernán, Trinidad Belén y Freddy José Pérez Zamora (apodado Pancho) nacidos todos en Villa de Cura. Fue característica de esta familia su devoción por la religión católica. Don Narciso, el patriarca, era devoto del Santísimo Sacramento y de la Virgen de Coromoto.
Del apellido se desparraman los Pérez Zamora, Pérez Almenar, Pérez Curvelo, Pérez Santodomingo, Pérez Rodríguez, Pérez Torrealba, Pérez Aponte. Quizás otros que el autor de la nota desconoce. Una investigación de calle sugiere que ese apellido Pérez está entroncado con la familia Parra, don Narciso Pérez y don Ramón Parra Pérez (eran primos).
La rúbrica de Don Narciso Pérez Acosta aparece estampada entre las personalidades que le dieron impulso, a mitad del siglo pasado, a la creación del Liceo Alberto Smith de Villa de Cura. Y también para que se instalaran en la ciudad las primeras instituciones bancarias y su desarrollo. Se afirma que por sus deseos de libertad y democracia, pudo haber pasado por la Junta Patriótica el año 1958, en una sigilosa lucha que dio el traste al régimen dictatorial de Pérez Jiménez.
Don Narciso Pérez Acosta se despidió de la política, dedicándose a tiempo completo a sus negocios. Debemos recordar que fue fundador de un establecimiento comercial en San Fernando de Apure, su negocio era un centro de acopio que comerciaba, plumas, pieles, pescado seco, queso, granos, y era comisionista para la venta de vacunos. No hay duda de sus relaciones empresariales en Apure con el prestigioso comerciante Saverio Barbarito, que dirigió la firma Hermanos Barbarito y Cia. De aquí se extendió para Caracas donde se integra al negocio de importación de mercadería por el puerto de La Guaira. Por esos años funcionaba un grupo mayor de tiendas y almacenes importadores en Villa de Cura.
Sus actividades comerciales continúan intactas no sufren ninguna mengua, hasta que cayó en cama por un padecimiento en la vejiga, pese a todas las atenciones médicas, terminó su presencia terrenal en la ciudad de Caracas el 6 de noviembre de 1978, a los 69 años de edad. Sus restos fueron trasladados a su terrón nativo, sepultados en el panteón familiar en el cementerio municipal, ante una multitudinaria manifestación de duelo de la sociedad villacurana, de familiares y amigos, incluyendo dirigentes de gremios empresariales, laborales y políticos, a través de expresiones de dolor y abrazos de pésame.
La lucha de don Narciso Pérez Acosta por el progreso de Villa de Cura fue dura, titánica, se marchó satisfecho de la labor cumplida. Es una prerrogativa poder decir: realicé, convertí un ideal en obra. Preocupado siempre por la educación de sus hijos y el bienestar de su familia. Dejó un cúmulo de enseñanzas en beneficio de sus hijos, nietos, bisnietos; sobrinos; que hoy son profesionales, músicos, trabajadores que han dado su aporte al comercio, a la educación, la cultura y a la sociedad en general. Los años pasan raudos, aprisa, Dios dispuso que algunos de sus miembros se ausentaron prematuramente de la vida, es lo único que no podemos evitar.
El objetivo de este trabajo es quizá conocer el actuar de un personaje social y comercial de los de antes. Ha sido posible a la interpretación de quien escribe la nota, pero en especial a las aportaciones, no obstante las horas difíciles, tristes y conmovedoras por la que está pasando la familia, de nuestros estimados amigos Aníbal Pérez Zamora y su hijo José Ignacio Pérez Santodomingo.
Que en la paz del Señor descase el alma de don Narciso Pérez Acosta.
Oscar Carrasquel. La Villa de San Luis, septiembre 2023.
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