Por Oscar Carrasquel
EL CORDONAZO AYER
Oscar Carrasquel
Como un palo de hombre
contundente
Francisco, el diácono,
se portó ayer
como un auténtico varón
Se ajustó bien temprano
de la túnica el cordón
Hizo honor a su tradición
anegó los campos
los caminos reales
aromados de mastranto
Llenó la olla de embalses
de ríos y quebradas
Un diluvio
subyuga el valle,
Derramó agua bendita
subyuga el valle,
Derramó agua bendita
el cielo villacurano
Volvió a florecer lo verde
las golondrinas emigraron
las golondrinas emigraron
Abundaran frutos
parirá el vientre de la tierra
La tarde lóbrega
por encima de la serranía
un relámpago se desprende
como una serpiente
El viento da brincos
mordisquea el ocaso
San Francisco, el patrón
comenzaba su disertación
Una cortina oscura
envolvió el ancho cielo
con un silencio de oración,
Un rugido de trueno,
de golpe se escuchó,
como un quejido
de fiera hambrienta
como un quejido
de fiera hambrienta
encendiendo lejanías
La gente sin duda navegó
en ese preciso instante
era un torrente de agua
por la calle Curita
con amago de inundación
El cuatro de octubre
me trajo la reminiscencia
cuarenta y cinco minutos
fue la duración
del san franciscano chaparrón.
04 de octubre 2018
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